Naruto: Una Alma Pura [EN CORRECCIÓN]

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KUMARA: - "Debes calmarte, Naruto." – Pidió sintiendo como en sus hombros se sentía una tensión muy pesada, no lo quería admitir, pero sentía que no lo podía resistir por mucho. – "Debes detenerte, no lo estás haciendo bien. Cálmate... Regresa a tus sentidos, ese no eres tú." – Sentía como parte de su chakra era absorbido por el peli-blanco.

Todo había cambiado desde que Minato y Kushina habían vuelto a la aldea, eran los únicos responsables de que su cachorro no tuviera tranquilidad, pero, sobre todo, que no fuera el mismo. Que parecía que su brillo estaba desapareciendo.

KURAMA: - "Eres alguien mejor, no dejes que tus instintos oscuros tomen posesión de ti, sé que puedes detenerlos. Eres mi cachorro, regresa conmigo." – Le dolía ver cuanto daño había sufrido y que parecía seguir sin importarle las cosas, pero había un límite.

Tuvo miedo que sus sentidos nublaran su juicio y tomara decisiones malas, aunque quisiera salir y detenerlo, no podía. Estaba encerrado en ese maldita jaula y agarrado con las cadenas, solo podía ver como aquel niño, con la más pura alma, alegre e inocente sonrisa estaba perdiéndose. No quería perderlo.

NARUTO: - "Solo quiero saber que quiere. Eso es todo, Kurama." – Su voz había sonado tan diferente.

Kurama negó con efusividad, Naruto no quería eso. Naruto quería respuestas y el método que fuera a utilizar solo le traerían problemas, más de los que ya tenía. No quería que viviera en aquel oscuro lugar del que siempre volvía cada vez que había una recaía, Naruto se aferró a ello, sentía que dependía de eso.

KURAMA: - "No, eso no es lo que quieres. Sabes muy bien lo que deseas, tks..." – Chasqueo su lengua en impotencia. – "¡Debes detenerte Sarutobi Naruto! No llegaras a nada y lo único que conseguirás es dañar a tu gente, ¿eso quieres?" – gruño tratando de hacerlo reaccionar.

NARUTO: - "Estas mintiendo, eso no sucederá. Sabes muy bien que, si yo hago algo, el único responsable en la aldea, ¡Soy yo! Para todos soy yo, estoy cansado de todo, pero parece tan malditamente que no les importa nada más que sus miserables y patéticas vidas..." – Frunció su ceño, mirando la dirección donde estaba el rubio Namikaze.

Con paso firme estaba decidido a terminar esa farsa que sus supuestos padres se habían empeñado a serle creer, que desde un principio era un huérfano, un demonio para su propia aldea, sacrificando en el proceso su inocencia, ¡Su vida! Había sufrido mucho y lo único que quería era sanar esa herida, vivir en paz.

Por otra parte, estaba seguro que su acción traería muchas controversias.

NARUTO: - "Solo quiero sanar, ¿es muchos pedir?" – Kurama abrió sus ojos, sintiendo el dolor de esas palabras, sin embargo, sabía que Naruto no estaba bien para llevar a cabo su plan.

Sus ojos se tiñeron de rojo, su mirada era salvaje y la acompañaba de dolor y tristeza, solo quería saber todo, ¿por qué dejarlo?

Estaba en una sala, no había nadie más que él, debía aprovechar el tiempo. Así que de una patada abrió la puerta.

MINATO: - Pero ¿qué? – Murmuro saltando en su asiento. – Naruto. - Dijo sorprendido por la presencia de su hijo.

NARUTO: - ¿Por qué has estado vigilándome? No entiendes que no quiero nada tuyo, no tenemos lazos, mi único padre es Sarutobi Asuma. – Apretó sus manos mirando enojado al otro. – No quiero que te me acerques y mucho menos mandes a otros a protegerme, no lo necesito. Entiende que ustedes están muertos para mí, desde el primer día en que decidieron abandonarme y sacrificar mi vida por esta aldea que lo único que ha hecho es despreciarme. – Afirmo frunciendo su ceño en molestia e ira.

MINATO: - Lo siento, pero solo quiero que medes una oportunidad, sé que cometí un error y estoy verdaderamente arrepentido, lo lamento tanto. Causarte dolor y nunca estar ahí para ti. – Intento acercarse para tener un contacto con el peli-blanco, pero solo hizo que retrocediera.

NARUTO: - ¡No! No entiendes que eso no se arregla así, ¿sabes cuanto sufrí? ¿Por qué me preguntaba todas las noches que hice mal? ¡Ni un maldito día estuve en paz! Todas las noches lloraba preguntándole al cielo si mis padres me habían querido, ¿por qué estaba solo en este mundo? Le pedí al cielo poder verlos y que me dijeran que me amaban y que estaban orgullosos del hijo que tenían, pero no. Mis padres habían preferido a mis otros dos hermanos y decidieron que lo mejor era abandonarme, para que así la aldea tuviera con quien desquitar su ira. – Limpio sus lágrimas con furia. – Deseé con tanto anhelo no existir, me estaba cansando de la vida que estaba llevando, pero ni eso pude tener. – Sus ojos miraron con tanto dolor al oji-azul.

KAKASHI: - ¡Naruto! – exclamo viendo como estaba el menor, su mirada también fue a dar con su sensei.

Sabía que el hablar y soltar información habían llevado al menor a tal estado, cada uno, poco a poco, estaban llevando a Naruto a sumirlo más en su dolor.

KAKASHI: - Debemos irnos, no estas bien. – Susurro con cariño, tratando de alejarlo de tal situación.

NARUTO: - ¡No! Solo quiero que me diga todo, ¿por qué a ellos? ¿Por qué no a mí? ¿Qué tienen ellos que no tenga yo? ¿Por qué decidieron abandonarme? Pase sufriendo toda mi vida, me aferre a pensar que si moría los podía ver, podía recibir un abrazo de ellos, que me dieran todo el amor que no pude recibir en este mundo. Pero ¡Estaban vivos! ¡Vivos! Mientras yo estaba muriendo poco a poco. – Exclamo estrujando los corazones de los tres hombres. – ¡No sabes cuando me duele que todo esto esté pasando! ¡Yo los quería! ¡Los creía los mejores padres, anhelaba conocerlos! Y ustedes, ustedes... - Su labio tembló conteniendo su llanto, sus ojos ya estaban rojos al no querer derramar sus lágrimas y, sin embargo, algunas eran rebeldes y bajaban. – Ustedes estaban vivos, quien sabe dónde y sin mí, me duele pensar que me hice una farsa con ustedes, ¡con todos! Por Kami, soy tan ingenuo, por creer en todos, pensar que algún día estaría bien. ¡Pero mírame! Estoy roto, nadie me querrá así. – Tembló en su lugar abrazándose el mismo.

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