41: Está bien si lloras.

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Si NamJoon no fuera un alfa, le resultaría casi imposible levantarse de la cama debido a la resaca. Afortunadamente, su naturaleza de alfa lo dotaba con una alta tolerancia al alcohol y una recuperación más acelerada.

Cuando abrió los ojos esa mañana, solo sentía un dolor de cabeza pulsante, pero esto era algo común en él. Siempre sufría de migrañas cuando estaba bajo mucho estrés, y los acontecimientos del día anterior habían sido un gran desencadenante para su estrés.

Se llevó una mano a la cara y se restregó los ojos. Necesitaba urgentemente tomar una pastilla para el dolor de cabeza y una buena taza de café. Sin embargo, cuando estuvo a punto de levantarse de la cama, se dio cuenta de que tenía un peso adicional sobre él.

No importaba en qué posición se acostaran por la noche; al día siguiente, Kim SeokJin siempre estaba ahí, encima de él. A NamJoon le parecía lindo, incluso gracioso, cómo el omega siempre tenía parte de su cuerpo sobre o debajo de él. No obstante, no se quejaba.

Le encantaba tener a SeokJin acurrucado contra su cuerpo, sentir su calor, su aroma y su peso. Pensó que nunca se cansaría de esa sensación matutina, siempre era algo muy placentero. Sin embargo, debido a los acontecimientos del día anterior, creyó que esa mañana sería diferente, que se sentiría incómodo, extraño o confuso, y para su sorpresa, no fue así.

NamJoon no sentía nada diferente a lo usual.

Todavía se sentía bien tener el peso reconfortante de SeokJin sobre él, mientras disfrutaba de su aroma, su calor y su suave aliento acariciando su piel.

Todo se sentía tan perfecto como siempre.

NamJoon suspiró y llevó sus dedos a su entrecejo para masajearlo. —¿Por qué es tan difícil enojarme contigo...? —se preguntó en voz alta.

Con cualquier otra persona, se habría molestado y enfurecido, puede que incluso lo habría confrontado de la peor forma, tal y como lo hizo con Jungkook, que era como su hermano menor, cuando lo único que deseaba en un principio era mantener al omega alejado de él por un tiempo.

Pero, oh, con SeokJin... con él era diferente.

El omega poseía una extraña habilidad sobre él, algo que le hacía bajar la guardia, sentirse vulnerable y dispuesto a perdonar cualquier error. Era como si el mocoso tuviera el poder de manejarlo a su antojo, de penetrar en lo más profundo de su ser y tocar fibras sensibles que nadie más podía alcanzar.

Kim SeokJin había logrado cambiar ciertas concesiones profundamente arraigadas en él y también había puesto su vida de cabeza, no de la noche a la mañana, sino en un proceso lento y tortuoso. Sin embargo, al final del día, querer implicaba muchas cosas, entre ellas la posibilidad de decepcionar y ser decepcionado.

NamJoon temía defraudar a las personas que apreciaba, así como temía ser defraudado por ellas. A pesar de ello, sabía que el amor y las relaciones implicaban ciertos riesgos. Era una elección consciente que había hecho al abrir su corazón a SeokJin, y estaba dispuesto a enfrentar las consecuencias, sin importar cuán difíciles pudieran ser. No obstante, aún no se sentía preparado para abordar ese tema. Iba a dejar esa conversación de lado por el momento y concentrarse en resolver otros asuntos que requerían su atención con urgencia.

A pesar de que su cuerpo se sentía pesado y su cabeza le dolía como un infierno, sabía que debía levantarse y lidiar con toda la mierda que era su vida fuera de esa habitación. Se desprendió lentamente de SeokJin, con cuidado para no despertarlo, pues lo último que quería era que el omega lo retuviera con un interrogatorio, y luego se dirigió hacia la mesita de noche para buscar una pastilla para su migraña.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Where stories live. Discover now