42: Por primera vez.

Magsimula sa umpisa
                                    

El beta asintió con cordialidad y continuó su camino para llevar la caja al departamento. Mientras observaba a los empleados trabajar, SeokJin se sintió agradecido por mantenerse ocupado con la mudanza. Era una forma de tener su mente ocupada y evitar pensar en cosas improductivas ahora que iba a vivir solo.

Completamente solo.

De todas formas, independizarse no era una idea que nunca se le hubiera cruzado por la cabeza en el pasado; siempre estuvo ahí, dentro de sus aspiraciones y metas para el futuro. Sin embargo, con la llegada de ese alfa a su vida, la idea se transformó por completo.

Aunque no quiso admitirlo durante mucho tiempo, SeokJin pasó de imaginarse a sí mismo viviendo una solitaria vida de soltero a imaginar una cálida familia: un alfa que lo amaba y un par de pequeños cachorros adorables. Pensó tanto en esto que, sinceramente, creyó que el cariño de ese alfa por él no tardaría mucho en convertirse en amor.

Lo pensó tanto que incluso se vio deseando, más de una vez, poder darle un cachorro.

Pero ahora todo había terminado.

En un abrir y cerrar de ojos, con unas cuantas palabras y un par de latidos, todo se desvaneció para siempre.

Ni siquiera podía concebir en qué estaba pensando cuando creyó que realmente iban a funcionar juntos. Pero las cosas sucedían por un motivo, y por esa misma razón, no lo pensó dos veces cuando decidió no torturarse a sí mismo esperando un mes por una respuesta, incluso si se arrepintió a los pocos minutos.

Ahora, se encontraba solo una vez más, y aunque le dolía como la mierda, no planeaba quedarse estancado o ir a suplicarle a ese hombre que regresara con él.

Debía seguir adelante y olvidarlo por completo.

Debía fingir que Kim NamJoon solo fue un evento pasajero en su vida y nada más.

Lo haría, y tarde o temprano, se convertiría en una realidad.

Se quedó de pie, justo al lado del camión de la mudanza, y observó a los trabajadores subir y bajar las escaleras. Aunque estaba presente físicamente, una vez más, su mente parecía estar en otro lugar, como si estuviera desconectado de la realidad que lo rodeaba.

Después de un momento de sentirse vagamente distante, tomó una bolsa con algunas de sus cosas y decidió subir para inspeccionar que estuvieran dejando las cajas en los lugares correctos.

Su departamento se encontraba en el tercer piso; era el más grande de ese nivel y tenía una agradable vista. Sin embargo, el edificio era antiguo y tan modesto que carecía de ascensor, lo que hizo el proceso de mudanza aún más complicado.

A medida que subía las escaleras, SeokJin empezó a sentir esa sensación de vértigo que lo había estado acosando en los últimos días. Cada escalón parecía más inestable que el anterior, y su respiración se volvió un poco agitada. Con la bolsa colgando de su hombro, sintió que la fuerza en sus brazos también flaqueaba. Aunque no era tan fuerte o musculoso como otros omegas por culpa de su fisiología, sabía que no debería sentirse tan agotado por cargar una bolsa de apenas tres kilos.

Finalmente, llegó al tercer piso, pero sintió como si el mundo a su alrededor girara rápidamente. Su visión se nubló, dejó caer el bolso al suelo y tuvo que apoyarse en la pared para mantener el equilibrio. El vértigo se intensificó y también sintió arcadas. Intentó respirar profundamente para calmarse, pero la sensación de mareo solo empeoró. Cerró los ojos y esperó pacientemente a que pasara.

Afortunadamente, sintió una presencia a su lado, y al abrir los ojos, vio a uno de los trabajadores de la mudanza mirándolo con preocupación.

—¿Está bien, señor? —preguntó el hombre, ofreciendo una mano para ayudarlo.

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon