La Tiranía de la Rosa Roja I

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Hiroko llegó al salón principal del dormitorio con el adormilado Grim sobre su hombro.

—¿Quién es a esta hora?—preguntó Hiroko, acomodando la zona del pecho del sencillo yukata blanco que había estado usando como pijama.

—¡Soy Ace! Sólo déjame pasar — Se escuchó la voz del pelirrojo al otro lado de la puerta.

Confundida, Hiroko abrió la puerta para dar paso al chico, quien parecía un poco irritado y tenía un curioso collar rojo y negro que se le hacía familiar ¿No era ese el collar que le habían puesto a Grim para sellar su magia y atraparlo?

—Ese collar...

—No volveré a Heartslabyul. A partir de ahora soy un estudiante de tu dormitorio —refunfuñó Ace cruzándose de brazos.

—Explícate... —pidió Hiroko arqueando una ceja.

—¿Y por qué tienes ese collar? Es el mismo que me puso ese loco durante la ceremonia de bienvenida.

—Me comí una tarta.

—Tú... te comiste una tarta —Repitió cuidadosamente la chica sosteniéndose la barbilla.

—Sí, solo eso. Después de lo que pasó en la mina tenía hambre, pues no estábamos aquí para la cena. En la nevera había 3 tartas enteras, yo solo me comí una pequeña pieza y el líder me puso el collar por eso. Me parece bastante injusto que me haya quitado mi magia por comer una rebanada tarta ¡para un mago es como tener los pies y las manos atadas! —Se quejó el pelirrojo— ¡Eran tres tartas grandes! ¡Él solo no se va a comer todo eso!

Hiroko no dijo nada al respecto, sosteniendo su barbilla, pero Grim sí lo hizo, indicando que si eran tres tartas podrían ser para una fiesta. El robar comida era un poco mal educado y en eso ella le dio la razón a Grim, pero para ella era un poco excesivo el quitarle la magia por algo como eso. Claro que el líder de Heartslabyul podría estar molesto por ello y estaba en su derecho de poner un castigo para dar una lección de disciplina.

—¿Y al menos te disculpaste? —preguntó la japonesa.

—¿Disculparme? ¡Soy víctima de la tiranía! Creí que podías simpatizar con mi situación.

—Entiendo que es un castigo excesivo, pero si comiste una de sus tartas al menos pudiste disculparte y tratar de reponer de alguna manera la tarta —Hiroko se cruzó de brazos.

—Robar comida está mal. Uno solamente no puede comerse la comida de alguien —continuó Grim.

—Lo mejor sería disculparse. Estoy segura que con una disculpa, tu líder entenderá y te quitará ese collar. No hay nada de malo en disculparse cuando se comete un error.

—¡Sólo fue una rebanada! —Siguió quejándose el chico, pero al ver la mirada imperturbable de Hiroko, soltó un bufido —Bien, me disculparé mañana, pero tendrás que venir conmigo, Hiroko. Fue tu idea.

—Lo haré —dijo la muchacha en un asentimiento.

Ya que las cosas parecían estar arregladas, Ace miró a Hiroko. Realmente le era curioso como parecía ser imperturbable, siempre con una mirada tranquila, manteniendo un rostro serio y expresión calmada, y no era precisamente una persona sonriente. Cuando se conocieron por primera vez, notó que sus comentarios no parecían causar algo negativo en ella, como sí lo hicieron con Grim.

—De todas formas ¿Hay algún lugar donde pueda pasar la noche?

—A parte del dormitorio que compartimos Hiroko y yo, todo lo demás está cubierto de polvo. Si quieres quedarte, tendrás que limpiar —dijo el gato cruzando las patas.

Un Retorcido Cuento de Hadas [Twisted Wonderland x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora