Érase una vez... En el mundo de los villanos

791 24 3
                                    

—Qué sueño tan extraño... —pensó la chica mientras abría poco a poco sus ojos, recordando haber soñado con un jardín de rosas y cartas de forma humanoide.

Los ojos castaños de Hiroko miraron al techo. La oscuridad no era absoluta, pues algunos rayos de la luz de la luna iluminaban la habitación por unos minutos. Estaba tratando de volver a dormir pero, gracias a ese curioso sueño, comenzó a pensar en los eventos ocurridos en las últimas 48 horas

Lo último que recuerda antes de llegar a ese lugar fue abordar el tren que la llevaría de regreso a casa después de la competencia de Kyūdo, donde salió con la medalla de oro como era de esperarse. Era un camino largo, por lo cual decidió tomar una pequeña siesta lo que durara el recorrido.

Fue entonces que tuvo un sueño extraño de un espejo, un espejo del cual salió una mano invitándola a entrar y ella, por inercia, tomó la mano desconocida y una luz verdosa iluminó la interminable oscuridad de su sueño.

Entonces la locura comenzó, despertando en un ataúd, cuya tapa salió volando gracias al fuego azul de un gato parlante. Gato que ahora mismo se encontraba acurrucado a sus pies en aquella cama de madera crujiente y polvorienta.

Lógicamente, pensó que se trataba de un sueño en un inicio, pero sentir dolor gracias al golpe de un látigo le hizo saber que realmente no lo era. Ni siquiera el sueño más lúcido lograría el efecto del dolor. Por más que fuese difícil de creer y tratar de insistirse a sí misma que estaba soñando, Hiroko no era estúpida y pronto se dio cuenta de que realmente estaba en un mundo que no era el suyo.

No tener magia la había puesto en una situación de desventaja, pues el director, Dire Crowley, le había dicho que no podía dejar que alguien sin magia asistiera a Night Raven College y mucho menos cuando supo que era una jovecita, siendo aquella una escuela para varones. Pero al intentar devolverla a donde pertenecía, el espejo había dicho que el lugar del cual venía no existía.

Todo lo que sucedió la primera noche no había sido nada menos que inusual. Terminó por seguir a Crowley hacia la biblioteca para su investigación, pero nada había salido sobre su hogar.

— No hay ningún registro de ese lugar, Japón, del que hablas... Tal parece que vienes de otro mundo. Un extraterrestre.

Escuchar que alguien le llamaba extraterrestre fue curioso sin duda, después de todo, nunca imaginó que alguna vez sería llamada de esa forma... Pero lo era. Al fin de cuentas, Twisted Wonderland, como dijo el director que se llamaba ese mundo, no era el suyo.

—No puedo dejar que te quedes, pero tampoco puedo mandar a la calle a una señorita que no tiene ni un solo madol a su nombre, ni una manera de ponerla en contacto con su tutor —dijo Dire, haciendo que se sintiera aliviada de que él no la dejaría desamparada-. Porque soy tan amable, dejaré que te quedes en un edificio que nadie usa. Necesita sólo algunas mejoras, pero puedes quedarte mientras busco una manera de llevarte a casa.

"Algunas mejoras" no era todo lo que necesitaba Ramshackle. El edificio estaba casi en ruinas, había goteras y había olor a humedad en todos lados, por no mencionar el pequeño detalle de que había fantasmas en aquel destartalado edificio. Sin embargo, Hiroko no se quejaba, después de todo tenía un techo en donde pasar la noche y no era malagradecida, pues Crowley no la había dejado a su suerte, sino que la acogió bajo su ala, aunque no en los mejores términos.

La muchacha se levantó de la cama, teniendo cuidado de no despertar a Grim.

—El grandioso yo será el mejor mago de todos —murmuró el gato gris en sueños.

Hiroko se acercó a la ventana y apoyó su cuerpo en el marco de la puerta, peinando suavemente con sus dedos su largo cabello negro. Un suave suspiro salió de sus labios.

Crowley había dejado a Grim quedarse, siendo que ambos serían parte del mantenimiento de la escuela, pues no los iba dejar quedarse de gratis. Hiroko accedió sin rechistar, después de todo era lo menos que podría hacer cuando Crowley se encargaría también de darle alimento.

Aquella noche Hiroko había ido a dormir esperando que cuando despertara, estuviese de vuelta en su futón, de vuelta en su tradicional habitación. Su madre estaría en la cocina preparando el desayuno y Kaori, su hermana menor, llegando adormilada. Sin embargo, eso no sucedió y terminó por despertar en la habitación de aquel ruinoso edificio.

Ese mismo día conoció a Ace, un chico que al inicio pareció agradable, aunque al final no fue el caso. El chico pelirrojo terminó por burlarse de ella y de Grim por lo de la noche anterior, terminado en una pelea que provocó que Grim incendiara una de las estatuas que estaban en el camino principal del edificio.

No hizo falta decir que terminaron castigados con limpiar ventanas. Ace terminó por escaparse de ese deber, pero al final pudieron detenerlo con ayuda de un chico llamado Deuce, al que Hiroko consideró realmente agradable, pero Grim terminó por escaparse.

La persecución terminó en otro desastre, en el cual se había roto un candelabro bastante antiguo y que no se podía reparar sin una joya mágica que sólo se podía conseguir en una mina abandonada. Y es allí cuando Hiroko terminó por meterse una vez más en problemas que no había pedido y en los cuales no había estado directamente involucrada.

Enfrentarse al monstruo de la mina fue agotador, pero ella había podido llegar a formar un plan bastante efectivo, pudiendo traer la joya mágica a Crowley. El que ella haya podido lograr hacer que Ace y Deuce, junto con Grim, colaboraran en su plan fue algo que hizo que Crowley terminara por inscribirla a ella y a Grim como un solo estudiante para iniciar su vida estudiantil en Night Raven College; además, dándole el puesto de prefecto.

—Domadora de bestias... Prefecta...— Ella miró el uniforme colgado en un perchero.

El uniforme era masculino, ya que no había uniformes femeninos al ser una escuela de chicos. Eso le hizo plantearse si debía ocultar el hecho de que era una mujer para evitar ser acosada por los estudiantes, aunque realmente no tendría diferencia si lo hacía o no. No es como si Ace o Deuce hayan comentado al respecto.

Sus ojos, ya adaptados a la oscuridad, miraron alrededor. Aquella habitación era la única suficientemente decente para pasar la noche tras haberla limpiado y aún faltaba mucho que hacer con tal de que aquel dormitorio se sintiera como un hogar. Miró el baúl donde estaban sus cosas. Había sido una sorpresa ver algunas de sus pertenencias, como su arco y algunas prendas de ropa que había llevado durante el viaje a su competencia de Kyūdo, pero no había rastro de su teléfono o su cartera con sus credenciales. No tenía mucho ciertamente, pero por ahora sería suficiente, ya que Crowley dijo que le daría algunas otras cosas para su uso.

Su situación no era la ideal y nunca imaginó verse en vuelta en tanta miseria, pero nuevamente, era mejor que no tener nada y estaba agradecida con el director, incluso si él no parecía realmente importarle demasiado lo que pasará con ella. Esperaba que al menos estuviese buscando una manera de llevarla a casa pronto.

Hiroko tenía intenciones de volver a la cama, pero alguien comenzó a tocar la puerta principal del dormitorio antes de poder poner un pie en la cama ¿Quién sería a esa hora? ¿Por qué alguien llamaría a la puerta tan tarde?

Debido a los fuertes toques que resonaban en la puerta, Grim terminó por deportar, hablando adormilado.

— Es medianoche ¿Quién estará buscando a esta hora? —murmuró el minino, dejando salir un bostezo mientras se refregaba el ojo con su pata.

Un Retorcido Cuento de Hadas [Twisted Wonderland x OC]Where stories live. Discover now