Besos y caricias

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— ¿Por qué quieres que baile contigo? — preguntó alejándose un poco.

— Porque me siento solito — hizo un puchero y se acercó más.

— Bueno — se rindió. Apartó al castaño y se levantó.

El de mayor altura lo tomó de la mano y lo guió hasta la pista de baile.

Sonaba una suave balada lenta y tranquila; por ende, HoSeok acercaba mucho a YoonGi, este no renegaba, de hecho le gustaba la calidez de HoSeok con el frío viento que los rodeaba. El contrario se se sentía a volar con el gatuno pegado a su pecho, abrazandolo, su respiración en su cuello, estaba sonrojado y muy feliz. Tal vez el alcohol lo influía a estos impulsos atrevidos; ya que, empezó a besar los cabellos negros de su mayor, este se sorprendió, pero no se quejó, sólo hundió más su cabeza en el cuello contrario.

La respiración en su cuello le erizaba la piel. Su mente tenía un deseo y el alcohol lo haría realidad. Lentamente subió sus manos de la cintura hasta las mejillas del pálido, este tenía las mejillas rojas, al igual que su nariz, las manos del canela estaban heladas, lo que hizo recorrer un escalofrío en el cuerpo del de menor estatura.

Ambos se miraban fijamente. YoonGi tenía sus mejillas apachurradas y HoSeok tenía una dulce sonrisa en su rostro, sus dedos pulgares comenzaron a acariciar las mejillas del gatuno.

— YoonGi — dijo en un tono cariñoso, pero sin honoríficos. El nombrado estaba tan centrado en el toque y mirada de el canela, que no le corrigió. — ¿No te e dicho lo lindo que eres? — preguntó.

— Sí — murmuró. Su mano tomó la derecha del castaño.

— Pero no te lo e dicho suficientes veces — confesó con una expresión de tristeza fingida. YoonGi sonrió. — YoonGi te vez aun mas hermoso sonriendo — una de sus manos se dirigió al cabello azabache dando pequeñas caricias. Esto causó cosquillas en el azabache, sacándole pequeñas carcajadas, lo cual hizo que los ojos del castaño se iluminaran más.

— YoonGi tienes unos ojos hermosos — seguía con sus movimientos. El de menor estatura estaba anonadado, el castaño tenía algo hipnotizante. — Tiene un cabello sedoso y brillante. Tu piel tan suave. Tu cuerpo es tan esbelto. Tu cara es tan linda. Tus labios... tus labios se ven tan... — la distancia se acorta a cada segundo, la vista del castaño ahora se encontraba en los rosados belfos del pálido.

Sin querer hacerse esperar más, el azabache tomó la iniciativa dándole un pequeño piquito, su cara se tornó roja al instante.

— YoonGi~ — llamó la atención del mencionado. — ¿Puedo probar más? — sus respiraciones se sentían en la boca contraria. El mirar del canela se paseaba de los ojos a la boca del contrario.

— Puedes — su tono era algo nervioso, pero el también tenía curiosidad sobre el castaño.

Jung sonrió ampliamente. Tomó en sus brazos a su mayor y lo llevó hasta un columpio que se encontraba al fondo del jardín. Ahí se encontraban algunas luces de color amarillo, iluminándolo. Se podría decir que generaba una ambiente romántico.. A JiMin le encantaban estas cosas; por lo que, cuando se mudo a esa casa lo mando a construir.

Dejó cuidadosamente a su mayor en el columpio y después se sentó a su lado.

Los dos se miraron, ambos con sonrisas en sus rostros y un sonrojo en sus pómulos. Las manos del canela tomaron la cintura del azabache y las de este tomaron las mejillas del menor. Se miraron por unos segundos y la impaciencia les ganó. Ahora el de sonrisa de corazón inició.

Los besos eran lentos, suaves, inocentes, se sentía como flotar en algodón de azúcar. Caricias se hicieron presentes en la cintura del pálido; al mismo tiempo que, lo atraían al otro cuerpo. Las manos del gatuno se empezaron a mover repartiendo caricias en el pecho de su menor.

Ojos de Diamante || HopeGaWhere stories live. Discover now