43. Nueva Trasformación

870 56 0
                                    

-Elea entra en razón.

-No quiero pelear contigo padre.

Es obvio que la espada no me va a obedecer, lo mejor es irme antes de que me encierren por traición.

Agilmente esquive a mi padre y a dos guerreros que lo acompañaban, salí corriendo de su casa cuando me percate que estaba rodeada de muchos guardias.

-Fue una trampa.

-Elea es hora de enfrentar tu castigo.

El Rey Adriel me coloco dos esposas doradas la cuales neutralizan mis poderes y caí de rodillas ante él.

Pero de repente el Cetro de Abalám apareció frente a mis ojos y rompió las esposas -Es tu última oportunidad Elea.

Hice uso del Cetro y lance un ataque de fuego azul hacia él Rey, fue tan rápido mi hechizo que logre herirlo de un hombro.

Mi padre me grito -¡Elea basta!.

-¡No pienso parar! voy a terminar de una vez lo que empecé-. Enseguida abrí mis alas y volé hacia el Rey, varios guardias intentaron defenderlo pero de un solo movimiento los lance por el aire, el Cetro me daba la fuerza necesaria para derribar a mis enemigos.

El Cetro se convirtió en un lanza muy filosa y de un solo golpe atravesé el corazón del Rey Adriel.

Abrió los ojos de golpe, no podía creer lo que sucedió, mate al gran Rey Adriel, uno de los ángeles más poderosos del este Reino.

Enseguida apareció Raziel -¡Padre!.

La magia oscura rodeó todo mi cuerpo, la trasformación estaba ocurriendo, todo el cuerpo empezó a doler, como si todos mis huesos se rompieran en pedazos. Gritaba de dolor pero deje fluir la oscuridad dentro de mí.

-Elea ahora eres un demonio.

Mis alas ahora son completamente negras, los cuernos y cola aparecieron, mis ojos dejaron de ser verdes para ahora ser de un color rojo intenso.

Extendí mis alas y subí a lo más alto, verlos mirarme con miendo e incertidumbre alimentaba mi poder.

-Elea bienvenida al Inframundo.

-¿Quién dijo esas palabras?-. No lograba ver a nadie, de repente mis ojos se volvieron pesados, el cansancio me domino y me desvanci. Alcance a sentir como unos brazos me rodeaban y me sostuvieron en el aire. Todo se volvió oscuro y perdí en conocimiento.

Abrí los ojos y me levante de la cama rápidamente  -¿Dónde estoy?.

Eschuche una voz familiar -Te encuentras en el Infierno, este es mi castillo.

-¡Lilith!. Intente ponerme de pie pero fue inútil, estaba muy débil.

-Debes dormir un poco más para recuperar fuerzas, la trasformación absorbe mucha de nuestra energía vital.

-Mientes ¿Qué me hiciste? Recuerdo tu trasformación en el Cielo y tenias la fuerza suficiente para pelear conmigo.

-Soy un demonio Supremo, no soy tan débil, en cambio tú eres un demonio convertido. Eso significa que tu nivel es inferior al mío.

-Yo tengo el Cetro, soy mucho más fuerte que tú.

-Actualmente el Cetro esta resguardado en el Cielo, cuando te desmayaste Raziel utilizo mucha magia para reter el Cetro, mi hermano Zagan fue él que te trajo aquí.

¿Perdí el Cetro? Intente llamarlo pero fue imposible, una fuerza superior evitaba que me comunicara con él.

-Eres una inútil Lilith, debiste traer el Cetro contigo.

-Más bien fui inteligente, es lógico que vas intentar matarme, por ello deje el Cetro en el Reino Celestial.

Lilith se acerco más a mí -Por cierto deberías agrader a Zagan por salvarte, si te dejamos en el Cielo ahora estarías condenada a un encierro de por vida por haber matado al Rey Adriel.

-No pienso darle las gracias a tu hermano, fue su decisión ayudarme.

-Ahora eres todo un demonio no hay duda-. Lilith me sonrió y se fue.

Antes de salir de la habitación me dijo    -Aún debes descansar, hay un poco de comida a lado de cama, afuera hay varios de mis guardias, si intentas algo contra mí pagarás las consecuencias.

Cuando cerró la puerta vi como un plato de comida estaba a mi derecha, es carne roja totalmente cruda.

-Yo jamás he probado la carne, no se me antoja, quiero algo dulce-. No había comido en días, debía alimentarme pero no quería consumir carne roja.

Llame a un guardia -¿Qué se le ofrece?.

-Quiero comida dulce.

El demonio se burlo de mí  -No tenemos esa clase de alimentos aquí.

-Dile a Lilith que no quiero comer carne.

El demonio se enfureció  -Eres un simple demonio nivel 2, no puedes darle órdenes a nuestra Reina.

El ambiente estaba tenso pero en ese preciso instante llegó Zagan a la habitación. 

-Veo que ya estás despierta.

-No quiero esa comida.

Una pequeña risa -Aquí tengo un par de pasteles que estoy seguro que te pueden gustar.

Tenía tanta habré que devoré cada postre que estaba en la bandeja pero de repente el dolor de estómago se hizo presente y las náuseas fueron incontrolables.

Me pare de mi asiento y devolví cada pastel que había comido -Saben horrible.

Veo a Zagan riéndose de mí -¿Qué tenia esa comida?.

-No tenia nada, solo quería comprobar que efectivamente eres un demonio.

-¿De qué hablas?.

-Los demonios no toleramos la comida dulce, tranquila después de vomitar ya no habrá más náuseas, aunque a partir de ahora tu alimentación será carne roja, intenta probarla.

-No tenia idea que los demonios no podía comer postres.

Con un poco de duda, agarre un trozo de carne, lo acerque a mi boca y sin pensarlo dos veces lo comí.

Nunca había probado carne cruda, la sensación chiclosa al instante de masticarla era un algo desagradable pero su sabor es muy bueno.

-¡Esta rico!.

-Sabían que te iba a gustar, ahora come y descansa para que te recuperes.

Pasaron varios días en el Inframundo, me fui acostumbrado a mi nueva vida, extrañaba un poco la luz del día, aquí siempre es de noche, el único que me visita es Zagan, me daba algunos consejos para controlar mis poderes.

Creo que se quiere ganar mi confianza, él sabe que si recupero el Cetro de Abalám los eliminaré de golpe, escuché por Zagan que Raziel ahora es el nuevo Rey Celestial.

-Elea debes tener cuidado de ahora en adelante.

-Raziel quiere hacer justicia, él quiere encerrarme verdad.

-Eres un ángel que cometió traición a su propio Reino, tienes protección mientras estés en el Inframundo, pero si sales de aquí habrá consecuencias.

-Lo tomaré en cuenta.







Un Amor Hecho Pedazos (Angeles Y Demonios)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu