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¿ROSÉ FOLLA DE NUEVO?:

~*~

Le sonrió tras darle un sorbo a su café y por encima del paquete de cereales, Jennie le devolvió el gesto mientras a su alrededor Jisoo y Rosé parloteaban de cosas que en comparación carecían de importancia.

Era jueves y tocaba desayunar en casa de la rubia, la noche anterior Jennie y ella habían tenido una conversación bastante interesante vía WhatsApp y, por eso, acompañó su beso de buenos días con un «por favor, duerme en mi casa hoy», susurrándolo contra sus labios en cuanto se separaron apenas unos milímetros. La castaña había vuelto a besarla como respuesta, mordiendo su labio inferior, así que se había tomado eso como un «sí, por supuesto».

Volvió a sonreírle, mordiendo después su tostada, porque Jennie no dejaba de mirarla mientras desayunaban y le gustaba la sensación. El no poder dejar de observarse, porque cada vez que sus miradas conectaban, segregaban endorfinas, sentaba demasiado bien como para renunciar a ello. Y es que no podía dejar de mirarla, de tocarla y de sonreírle, y no sabía si se debía a una simple fase del enamoramiento, pura química, o en el fondo era Jennie. Apostaba más por la segunda opción, porque había estado enamorada antes y nunca había sido tan intenso. El martes la castaña había dormido en su casa, y utilizaba el verbo «dormir» en un sentido muy poco literal. En su cama, ¿cuántas veces se había imaginado poder hacerle de todo en aquella cama? Joder, muchas, muchísimas incluso, y no decía infinitas por no exagerar, pero seguro que se acercaba bastante. Y habían hecho unas cuantas cosas, en particular Jennie, porque debía tener el orgullo un poquito herido después del resultado inconcluso de su primera práctica de sexo oral lésbico y se había propuesto «compensarla». En honor a la verdad, no duraba mucho la pobre, pero su ejecución era jodidamente interesante.

Jennie le sonrió de esa forma increíble que le encantaba, con aires inocentes porque tan solo estaban desayunando y seguro que no tenía ni idea de que su cabeza estaba llena de aquellos pensamientos pervertidos. En su defensa tenía que aclarar que había sido la castaña quien inició la famosa conversación de WhatsApp la noche anterior, al parecer no podía concentrarse mucho en la lectura de El retrato de Dorian Gray y decidió compartir sus inquietudes con ella. «Me encanta tu culo», así había iniciado la charla, se le había escapado una sonrisa al leerlo y había dejado abandonado sobre la mesilla el último best seller que le había prestado Jisoo. Le había respondido con un «Él también te tiene aprecio», que le valió un «Imbécil. Me encanta sentirlo contra mí» y se le quitaron las ganas de seguir diciendo tontadas, porque se acordó de lo que le había encantado a ella su ataque por sorpresa el martes por la noche en su cocina, por sorpresa y por detrás.

Al final una cosa había llevado a la otra y a ella a confesarle que no podía dejar de pensar en su cuerpo desnudo. A lo mejor por eso Jennie había decidido ponerse aquella camisa increíblemente ceñida justo esa mañana, se había soltado un par de botones incrementando el impacto. Y le había salido de puta madre la jugada, porque sus ojos se desviaban una y otra vez donde se resaltaban sus curvas, aprovechando los momentos en que Jennie estaba distraída.

"Rosie, esta noche duermo en casa de Lisa," anunció de pronto la castaña.

Conectó sus miradas y ella le sonrió, porque acababan de cerrar el trato y le encantaba tener a la castaña en su casa. Borró su sonrisa en cuanto vio a Jisoo sacándole la lengua y moviéndola en plan guarro entre dos de sus dedos. Le propinó una patada por debajo de la mesa y la pelinegra se quejó soltando un taco.

"De todas formas, llegaré un poco tarde hoy. Toca comprobar las caducidades de los medicamentos en la farmacia," dejó caer la rubia mientras se untaba una tostada.

Destiny : Diario de Jennie Kim 《Jenlisa》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora