『 ¿T h e e n d?

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La música dejó de sonar por los altavoces, y con ello tu movimiento cesó. Respiraste hondo, limpiaste tu sudor con la camiseta y volviste a reproducir una vez más aquella canción. Marcabas el ritmo de una manera limpia y sin fallos, dejabas ver cada movimiento de la coreografía sin ningún problema haciéndola parecer una obra de arte. Eso era para ti la música y el baile.

Dos toques en la puerta te hicieron parar de tu rutina y giraste la cabeza para ver a uno de los chicos allí asomado. Sonreíste al verle y fuiste a apagar la música a la vez que este terminaba de abrir la puerta y se dejaba ver por completo.

-Hola Mimi - sonrió. Sabías lo que ocultaba esa sonrisa, sabías lo que había debajo de ella y supiste que la hora había llegado.

-Bambam, hola -sonreíste viéndole a los ojos. Sonreíste por verle, porque estuviese ahí, pero te echarias a llorar en cualquier momento si no fuese porque ya habías derramado todas las lágrimas posibles, aunque ellos no lo supieran.

-Es la hora -anunció, con una mueca en su rostro. Asentiste hacia aquello, cogiste tu mochila y móvil, y ambos os fuisteis de allí, no sin echar una mirada melancólica a aquel lugar.

Caminasteis por los pasillos, no había palabras entre vosotros y creías que tampoco había necesidad de aquello. Todo estaba hablado y decidido, no había marcha atrás. La música del ascensor te hizo sonreír. Last Piece se estaba reproduciendo por aquellos altavoces, misma canción que estabas bailando minutos antes en aquella sala, que casualidad. O causalidad.

El ascensor llegó a la planta marcada por el botón y nada más abrirse las puertas, viste a tus seis chicos restantes y una sonrisa se apoderó de ti. Tu familia durante tanto tiempo, y la cuál siempre seguiría siendo para ti. Se levantaron del suelo los que estaban allí sentados, los que estaban mirando el móvil lo guardaron en su bolsillo y todas las miradas cayeron en ambos recién llegados. Fuiste a darle un pequeño abrazo a cada uno, y te quedaste al lado de tu persona especial, la cuál te cogió la mano entrelazando vuestros dedos inconscientemente.

-¿Entramos? -preguntó el aún líder. Todos asentisteis, y poco a poco fuisteis caminando por el pasillo y entrando a aquella sala ya bien conocida.

Cada uno cogió un asiento y esperó pacientemente a que el CEO apareciese por la puerta. Aunque bueno, quien dice pacientemente significa no estar chillando, pero todos allí estabais buscando algo en lo que entretenerse para no morir de los nervios. Algunos sacaron el móvil, otros no paraban de mover la pierna, y algunos comenzaron una pequeña charla. Tú miraste la mano que estaba entrelazada a la tuya y sonreíste mientras acariciabas el torso y veías como los anillos cabían en sus dedos a la perfección.

-Todo va a ir bien, ¿vale? -miraste a sus ojos y una vez más encontraste hogar en aquellas pupilas, en aquellos iris marrones. Asentiste regalándole una pequeña sonrisa y justo en aquel momento la puerta se abrió, mostrando a Jinyoung PD-nim. Todos os levantasteis de vuestro asiento y os inclinasteis en forma de saludo y respeto.

-Parece que estamos todos aquí -cogió asiento justo al frente tuyo, dejando papeles sobre la mesa y abriendo algunas carpetas con más papeles en ella. Aquella reunión parecía ser larga y algo dura, pero como él te dijo, todo va a ir bien.


🌼



-¿Queréis ir a cenar todos juntos? - preguntó Jackson metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón y terminando de formar el círculo que habíais formado los ocho.

-Por favor, necesito algo de carne y de alcohol -rió Jinyoung después de su aclaración. Todos les dieron la razón y comenzamos a andar hacia algún bar cercano que vendiesen aquello que pedíamos. El anteriormente mencionado pasó el brazo por tus hombros y sonrió comenzando a andar con todos haciendo pequeños grupos de charlas- Echaba de menos salir así con vosotros después de tantas reuniones.

☽ «sɪ ᴇsᴛᴜᴠɪᴇʀᴀs ᴇɴ ɢᴏᴛ7» ☽Where stories live. Discover now