☆56☆𝖥𝖫𝖠𝖲𝖧𝖡𝖠𝖢𝖪

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—un placer hacer negocios contigo, querida hermana —le dijo ocho a Vanya recibiendo tres litros de pegamento blanco

—gracias, gracias y gracias por el trabajo, se tiene que entregar hoy y nadie me quizo pasar nada. Cinco me cerro lo puerta en la cara

—oye, tómalo como ese favor que te debía —la alentó ocho escondiendo los baldes

Vanya frunció el ceño y rodó los ojos

—okey, como digas. ¿Ya se lo pasaste a alguien mas? ¿Para que usaras el pegamento?

Ocho la ignoro y agarro unas hojas de impresora blancas en un folio bien ordenadas

—¿ese es el trabajo? ¿El pegamento es para la broma de Cinco? ¿Porque nadie empezó con las bromas todavía? ¿Crees que Alliso-...

—Vanya —la corto ocho agarrándola de los hombros— se que estas nerviosa, pero deja de preguntar —pidió y su hermana solo asintió suspirando— este es el trabajo, lo de el pegamento no te lo dire. Y lo de las bromas. Creo que nadie comenzó porque ni bien comience uno ya los demás caerán como moscas. Y tranquila, Allison como mucho te cambia el shampoo por el acondicionador

Vanya asintió aun un poco nerviosa y después de volver a darle las gracias se fue del cuarto dejando a ocho sola

La chica una vez que cerro la puerta de su habitación, se iba a acostar un rato si no fuera porque se encontró a cinco sentado en su escritorio mirando cada movimiento que hacia

Ocho rodó los ojos y se apoyo en la puerta cruzándose de brazos mirándolo

—¿como entraste? —le pregunto fastidiada

Cinco levanto los hombros con indiferencia y se le quedo mirando a los ojos

—me teletransporte, ¿no es obvio? —él se cruzo de brazos sin cortar el contacto visual que tenían— quise venir a ver a mi hermana favorita

—pues Vanya ya se fue, corre que por ahí la alcanzas —respondió con sarcasmo

Cinco rodó los ojos y cortando su guerra de miradas, para gran alivio de ocho, empezó a inspeccionar su habitación

—fíjate estas noches las cerraduras, la de tu puerta se puede abrir fácilmente. Y tienes el cerrojo de la ventana flojo, yo también me fijaría en eso. Y si te das cuenta, la tercer madera del piso, cerca de la puerta, también esta floja, yo diría que la repares, no sabes que cosas pueden entrar por ahí —él soltó paseándose por la habitación para quedar enfrentado junto a ella

—cinco... ¿que estas planeando?

—¿yo? Nada —levanto los hombros con indiferencia

—mas te vale, porque si no-...

—¿si no, que? —el la corto y ella apretó su mandíbula— te recuerdo, cariño, que tu nombre me salió en el papel. Por fin una ocasión para hacerte una broma. ¿Tú mides 1.62, no?

Ocho solo rodó los ojos y se acerco a su oído, pudiendo sentir su aliento chocar contra su mejilla

—mas te vale no hacer algo que lamentes —susurro

Él sonrió y ahora volteando un poco su cara le dijo de la misma manera

—ya veremos, cariño

Se levanto, ya que estaba un poco encorvado para llegar a su altura, y luego de guiñarle el ojo desapareció en un brillo azul

Ocho suspiro molesta y cuando se iba a tirar a la cama escucho una voz

—¡pero que tensión! No coman pan frente a los pobres —Klaus entro a su habitación

𝐒𝐚𝐫𝐜𝐚𝐬𝐭𝐢𝐜 -- 𝐜𝐢𝐧𝐜𝐨 𝐲 𝐨𝐜𝐡𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora