Nuevo integrante

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Los meses pasaban y Sakura cada vez se sentía más a gusto con los Akatsuki. Aprendió sobre Jashin-sama, que aunque no lo venerara lo respetaba por el hecho de concederle inmortalidad al Akatsuki peli blanco. Ella supo con el tiempo que Hidan era una persona amigable, si se lo proponía aunque tenía una lengua muy floja.

El que organiza el dinero del lugar se llama Kakuzu; peculiarmente tenía cinco corazones y eso le aterraba, pero aprendió que siempre y cuando no malgastase dinero sin razón este no le haría daño.

Estaban también Sasori y Deidara, los dos se la pasaban discutiendo constantemente referente a sus conceptos del arte, a ella no le molestaba más sí fastidiaba. Sasori había venido de la aldea de la arena y le dijo que este se fue de allí ya que la gente no entendían los conceptos del arte que practicaba, era tan fiel al mismo que se convirtió en una marioneta, qué loco, aunque Deidara no se quedaba muy atrás, ya que tenía dos bocas en sus manos para amasar su arcilla, para ser sincera la niña muchas veces se preguntaba cómo se bañaba.

Con la duda en mente, ella lo había interrogado durante la cena. Él se quedó en shock con un sonrojo en las mejillas, mientras que el resto de las personas se reían a carcajadas, incluso algunos prácticamente lloraban sin evitarlo (si, eran Kisame e Hidan), al final, nadie le había contestado su pregunta.

Descubrió que Zetsu era una planta carnívora la cual ayudaba con el rastreo y además era el médico del lugar, en secreto ella se reía cuando se lo imaginaba vestido de enfermera preguntando por el estado de uno.

Konan, sin habérselo propuesto unió lazos con la pequeña, al verla como los niños huérfanos que una vez ella y sus compañeros lo fueron.

También estaba Pain; él era el líder del grupo sólo lo había visto contadas veces y jamás se lo había topado en su camino a alguna parte, según tenía entendido este no vivía en la guarida, sino que en conjunto con Konan residían en la aldea de la lluvia, aunque normalmente dejaba una de sus copias por ahí.

Kisame se había convertido en el compañero de bromas de la pequeña. Se hacían llamar a sí mismos maestros de las artes del fastidio. Una vez pintaron las hojas del vivero con símbolos de dinero, lograron atraer al avaro cual no pudo evitar caer en la broma, sólo siendo llevado de vuelta a la realidad por el portador del sharingan que pasaba por ahí en ese momento.

Y por último Itachi, él era frío de actitud pero no podía evitar comparar a la pequeña cada vez que la veía con su hermano en casa. Ella había descubierto el secreto de clan, cuando herido de una misión y con una fiebre muy alta, le había confundido con Sasuke pidiéndole perdón y contándole la verdad. Al final cuando estuvo bien ella juró no contarle nada a nadie, con la condición de que le permitiera llamarle nii-san (hermano mayor), ya que jamás había tenido uno.

Actualmente Sakura tenía casi un año cumplido allí, y aunque nadie lo dijera todos se sentían orgullosos de ver que la chica había sobrevivido a sus duros entrenamientos.

En ese momento, se hallaban todo el mundo en frente a la entrada de la guarida en espera del nuevo miembro. Nadie había recibido mucha información, aparte de que este era fuerte y que había sido probado personalmente por el líder, causando curiosidad en más de uno de ellos. Kisame se imaginaba a un gigante de 3 metros con una espada capaz de partir montañas, mientras que Sakura le decía que podía ser una mujer con la capacidad de envenenar a todo lo que estuviera a su alcance.

-¡Hola a todos!

El grito de un hombre alertó a todos, y nadie se podía creer lo raro que era.

Llevaba una máscara naranja con un solo ojo visible parecido a una chupeta, usaba por supuesto la capa de la organización y saludaba eufórica mente con la mano al mismo tiempo que venía corriendo en dirección, pero debido a una roca tropezó cayendo así de cabeza al suelo.

Lobo de AkatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora