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Segundo día en que podemos ver cómo el espécimen calificado como "inútil" entra a la pastelería con una sonrisa de oreja a oreja, que en un punto le da miedo a los clientes.

Jimin quien ya lo vio entrar desde la puerta de la cocina, corre hasta la caja para atender especialmente al pelinegro. Nota rápidamente como no hay nadie acompañándole, está solo.

Era su oportunidad.

—Buenas tardes ¿Que va a pedir?

Jungkook, se siente en una nube de amor dónde el único sonido que existe es la melosa voz de Jimin. ¿Ese chico podía ser más único? Seguramente si.

—¿Joven?

Jungkook descubrió que podía tomar leche de almendras, coco y descremada, ese era un punto importante. ¿Porque no lo busco antes? Porque es un boludo.

—U-uh una taza de leche de almendras y unas tostadas ¿Puede ser?

Jimin asiente desanimado, por un momento se ilusionó en pensar que ese chico iba a pedir algún postre.

Jungkook sonrie y se encamina hacia la mesa de siempre, sin embargo para en seco al ver algo o mejor dicho alguien.

—¡Kook, mi bebé!

Oh no, papá Namjoon estaba en su lugar favorito.

El azabache decidido hace como que no conoce en lo absoluto a aquel hombre que está gritando su nombre como si fuera un maniático o algún asesino a punto de darle un balazo en la frente. Se sienta, para su lamentable desgracia, en una de las mesas donde no se ve como Jimin entra y sale de la cocina.

—¿Jeon, cómo te atreves a ignorar a tu padre?

Jungkook cierra los ojos y cuenta hasta diez, su papá nunca, nunca hace como que lo conoce cuando se ven. Si ellos dos se encuentran en la calle ni se saludan porque se dan vergüenza.

A menos que ...

—Soyeon, hija de puta.

Siente como una mano le pega en la cabeza. Mira mal a su padre quien se sienta frente a el.

—No hables así de tu mamá porque te peleo Jungkook.

Por primera vez en su vida, desea que Jimin no venga hacia el. Pero eso no pasa, Jimin se acerca con una hermosa sonrisa hasta el y deja su pedido en la mesa.

—Traigo su pedido~

Jungkook sonrie más grande al escuchar su voz, olvidándose de que Namjoon está frente a el sonriendo como un psicópata. Oh claro que se dió cuenta al toque del gusto de su hijo.

—Disculpa, ¿Cómo te llamas?

A Jungkook se le fue los colores.

Jimin nota al hombre que está sentado allí, le sonríe cordialmente.

—Park Jimin, dueño del lugar.

Namjoon abre los ojos en grande y comienza a aplaudir, Jungkook quería esconderse bajo las losas del suelo y no salir hasta que tenga 70 años.

—Oh vaya ¡Vas a lo grande hijo!

—No puede ser...

Jimin no entiende para nada lo que está pasando, mira a su crush quien parece querer tirarse por un edificio de diez pisos. Vuelve a mirar al señor y a su crush y así como diez veces, luego lo entiende.

—Oh.

Eso es todo lo que sale de su boca, el nudo de vergüenza que tiene en su interior hace que quiera sudar como abuela en baile.

—Gracias, Jimin.

El rubio se queda pálido ¿Acaso su crush, dijo su nombre? Miró a el chico como si tuviera una aureola en la cabeza y tentáculos. Namjoon estaba divertido con la situación, pero en vez de seguir avergonzando a su hijo decidió ayudar.

—Jimin, es un gusto. Soy el papá del campeón que está acá frente a mi ¿Verdad Jungkook?

—No.

Jungkook suspira, ya sintiéndose nervioso. Le da una mirada de muerte a su papá y automáticamente podemos ver cómo Namjoon se levanta lentamente y se despide antes de que a su hijo le agarre los cinco minutos y mate a todos los que estaban ahí o en específico a el.

—Lamento eso, es mi papá.

El azabache se disculpa, de verdad que su padre era tan... Idiota. No diría molestó, porque su papá jamás sería una molestia pero aveces era tan tonto.

—Oh si lo noté, no te preocupes. Uhm ¿Jungkook, no?

—Si, si soy.

Jimin se ríe ante el nerviosismo del azabache y Jungkook necesita con todo su corazón que de la taza salga algún tipo de mounstro carnívoro y se lo trague.

—Se que es repentino pero... ¿Me darías tu número?

¿Escucharon eso? Es el orgullo de Jeon Jungkook viajando por el infierno de tan bajo que cayó porque se suponía que el le pediría al rubio su número, cómo todo macho alfa que es.

—Mejor tu dame tu número.

—¿Cuál es la diferencia?

—Que te lo pido yo.

Jimin sonrie asintiendo y le dicta su número, las manos de Jungkook tiemblan como cuando aquella vez que vio a Bam comiendo el helado favorito de Taehyung.

—Te hablo luego.

—Bien, adiós Jungkook.

Se queda unos minutos mirando la leche de almendras que seguía intacta en la mesa.

¿Que acaba de pasar?

¿Acababa de.... OH DIOS.

Ya podía escuchar a Soyeon cantar y Star por toda la casa, a Taehyung mirándole con cara de "ese es mi crío" a Hoseok mirándole con cara juzgadora y a su padre con el orgullo por el cielo porque su hijo era un campeón.

Ah, que buena tarde.

O eso pensó hasta que llegó a su casa.

O eso pensó hasta que llegó a su casa

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UYYYY Y? Esperó que les esté gustando, lxs amx, estén sanxs ❤️

Pandifruty ❥ Kookmin Mini Au ©Où les histoires vivent. Découvrez maintenant