Habían pasado 6 meses desde que vi a Seb por última vez, me había mudado a Londres y comencé a trabajar.
Hoy era una noche lluviosa, el cielo se caía y yo aprovechaba el sonido de la tormenta para concentrarme y seguir diseñando, la luz se fue de repente, me asome por la ventana y todo estaba obscuro, había ocurrido un apagón en gran parte de la ciudad, encendí la linterna de mi celular y busque algunas velas para encender, pero no encontré ninguna, la batería de mi teléfono casi moría, así que decidí apagar la linterna e irme a recostar, no había otra cosa que pudiese hacer.
Horas más tarde el apagón seguía, era casi media noche y el timbre de mi departamento sonó, la verdad me aterraba un poco la idea de ir a abrir, sobre todo porque no había luz y no podía ver por la mirilla de la puerta quien era.
- quien es? - pregunté en una voz apenas audible, moría de miedo
- Soy yo, Sebastian.
Sentí un frío que recorrió todo mi cuerpo, como si de un fantasma se tratase, no había vuelto a saber nada de él desde la última vez que nos vimos, no quería verlo ahora, no quería que me viera ahora.
- se que estás ahí, puedes abrir la puerta? Estoy empapado.
- hola - solo abrí un poco la puerta - que haces aquí
- vine a buscarte, me dejas entrar?
- no creo que sea lo más prudente
- se que estás sola, porque no me dejas entrar?
- está bien - me hice a un lado y el entro.
- no tienes una lámpara o una vela o algo?
- no, mi teléfono murió y no encontré ninguna vela, iré a buscarte una toalla
A tientas fui hasta mi habitación a buscar una toalla para Seb, rogaba que la luz no volviera antes de que el se fuera, nunca tuve la intención de volver a buscarlo y el me encontró a mi.
Volví hasta donde estaba el, le di la toalla y justo en ese momento todo se iluminó, mi mirada conecto con la de el de inmediato, el me vio de arriba a abajo, centrándose en mi vientre.
- cuanto tienes? - me preguntó sin quitar la vista de mi ya abultado vientre.
- 6 meses - le dije
- porque no me lo dijiste? - se puso de pie y me miró de frente - no crees que tenía derecho de saberlo?
- no es tuyo, no tenía porque avisarte
- cariño, te conozco tan bien que se que mientes - se acercó y tomo mi rostro - no sabes mentir, dime, porque me lo haz ocultado?
- Tu no eres el tipo de hombre que desea convertirse en padre, Seb - me aparte y me senté en el sofá - yo quiero a este bebé, y se que si tú lo hubieras sabido no hubieses querido que naciera
- no puedes estar tan segura.
- lo estoy, completamente, esto ya pasó Seb, ya vivimos está situación , la vez pasada fue solo una falsa alarma y te volviste loco, de inmediato te pusiste a buscar clínicas de abortos sin tomar en cuenta mi opinión primero - le dije molesta - así que no me vengas a decir que quieres a este bebé.
- es por eso que vine a buscarte - tomó mi mano - lo se hace dos meses.
- que? - pregunté sorprendía - quien te lo dijo?
- Kenji, estuve hablando con el y se le salió decirme que estabas embarazada, obviamente el no sabía que podría ser mío, ya que tú no le quisiste decir quien era el padre.
- lo mataré la siguiente vez que lo vea.
- podemos intentarlo, ser una familia - me dijo - yo sé que no confías mucho en mi para hacerlo, pero creeme que estoy dispuesto a intentarlo, no me separes de mi hijo o hija.
- hija - le dije sonriendo - es niña, lo supe ayer.
- piénsalo, tu, yo y nuestra hija
- sigo sin creer lo que dices, te conozco lo suficiente para saber que esto no es lo tuyo Seb, nunca se te pasó por la cabeza la más mínima idea de ser padre.
- déjame intentarlo, tengo el derecho, también es mi bebé.
- y si no te funciona? Abandonarás a mi hija y le romperás el corazón? - se quedó callado - vez? No estás seguro de lo que quieres, si, es tu hija y tienes el derecho, pero no crees que ella también tiene derecho a la estabilidad emocional? Prefiero que mi hija no tenga un padre a que tenga uno que a veces está y a veces no porque no está seguro de querer ser papá.
- voy a poner todo de mi parte para que funcione.
- necesitas estar 100% seguro de esto Seb, si te dejo entrar en su vida tienes que estar seguro de querer estar.
Un incómodo silencio se formó en la habitación, Seb estaba con la vista clavada al piso, pensando.
- necesito dormir - rompí el silencio - será mejor que te vallas, Seb.
- si, lo siento, yo volveré mañana.
- si, como gustes.
Estaba segura de que Sebastian no podría con todo esto, ni siquiera podía imaginarlo convertirse en padre, no era un tipo hogareño y estaba segura de que no existía ni una pizca de instinto paternal en su cuerpo, incluso algunas veces llegue a pensar que detestaba a los niños.
Esa noche Sebastian se fue y no volvió al día siguiente como prometió, ni al siguiente, ni a la semana, dentro de mi siempre supe que este bebé sería solo mío.
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Habrá pt.3 🤭
