—¡Valentina!— me zarandea— ¡Cariño, necesitas calmarte!—

—¡No puedo!— exclamo ahogadamente— ¡Por que cada día que pasa, cada día pienso que ella debió estar con nosotros! ¡Conmigo! ¡Siendo una niña feliz!—

Grito y jadeo en sus brazos mientras que el dolor me consume como cada día, hora, minuto y segundo que pasa, cuando no tengo a mi pequeña bebé en mis brazos o mi pequeña niña corriendo por el patio de la casa persiguiendo a una mariposa mientras que su padre y yo la observamos.

¿Por qué la vida me la ha cobrado así? ¿No les fue suficiente que me quitaran a mis padres? ¿Tenía que quitarme a mi pequeña bebé que merecía ser feliz?

Hubiera preferido mil veces yo con tal de saber que mi pequeña Alisha estaría con vida y siendo una niña feliz a lado de su familia, porque ella era un ser indefenso y puro que necesitaba conocer el mundo.

¿Por qué me la han quitado? ¿Que les hice para que mi pequeña bebé haya pagado las consecuencias de sus padres?

—Alisha, mi princesa...— sollozo— sé que ella es un pequeño ángel, pero...—

—Lo sé, amor— besa el topo de mi cabeza, siento como varias de sus lágrimas caen en mi cuello— yo también me pregunto a diario, que hubiera pasado si...—

—Duele...— digo en un murmullo— daría mi vida entera con tal de verla cinco minutos, solo cinco, Xander. Solo para saber si es feliz, si sonríe o si...—

—Yo cambiaría mi vida por la de ella, con tal de saber que la princesa de papá está feliz con su mamá, abuelo y tíos...—

—Ella hubiera querido que su papá estuviera ahí, cucciolo—

—Ella merecía estar con nosotros—

—¿Crees que ella nos odie?— inquiero entre sollozos— ¿Nos odiará por haberla dejado ir? ¿Por no haber luchado por ella? ¿Por habernos rendido tan rápido que ahora nosotros los que cargamos con el dolor y culpa?—

—No lo creo, cariño...— se ríe ahogadamente— creo que ella hubiera preferido vivir feliz en un lugar donde no tuviera tanto dolor, como lo hubiera sufrido con nosotros en el mundo—

—Le hubiéramos dado todo, todo con tal de saber de que estaba con su mamá y papá—

—Lo entiendo...—

—Quiero abrazarla, quiero llenarla de besos y mimos hasta que se harte de mí y corra con su padre a ocultarse—

Quiero a mi bebé de regreso, ¿es mucho pedir eso?

Solo cinco minutos. No pido más, solo cinco minutos.

—La vida es una mierda desde que ella no está— digo.

—Lo sé, solnischko—

Me suelto de los brazos de Xander para dar dos pasos temblorosos hacia la lápida y mi mano acaricia su nombre antes de dejarme caer de rodillas, oculto mi rostro en mis manos, sollozando y pidiendo a los cientos de infiernos que me llevarán a mi en vez de a ella, no lo merecía.

Mi Alisha no, ella no lo merecía.

Con los ojos llenos de lágrimas, miro la lápida acariciándola suavemente con mis dedos, siento la presencia de Xander a mi lado, cuando se coloca de rodillas a mi lado y como suele ser habitual, comienza a hablarle.

Moya malenʹkaya luna— coloco mi cabeza en su hombro, cuando escucho un pequeño sollozo de su parte— hoy se cumple otro año...— traga saliva— otro que no estás con nosotros de manera en que lo hubiéramos querido, pero lo estás en nuestros corazones y almas— tomo su mano en la mía— no hay en que no desee que estés conmigo, ¿sabes? Estoy seguro que hubieras disfrutado de los conciertos privados que le hacía a tu madre y que se los haría a la princesa que gobierna mi corazón...— niega— no puedo...— solloza de nuevo— no puedo, Valentina...—

El amor del ZarWhere stories live. Discover now