The Seven: Luna Sanguis (FF Lizkook- J.J.K. * L.M.)

Capítulo 6

La mañana siguiente Lisa recuerda imprecisamente que JungKook había salido por regresar muy tarde en la noche, lo había escuchado entrar pero no había tenido la fuerza de levantarse por pedirles explicaciones, quizás su novio le había puesto un somnífero en el congee que le había servido para cenar porque ese sueño había sido verdaderamente innatural. Más tarde después de haberse vestido y haber tomado un pequeño desayuno se sienta a trabajar con su laptop, como por arte de mágia había encontrado toda su ropa y sus efectos personales en su habitación, había sido Mook presionado por JungKook a entregarle todo. Su mejor amigo tiene una copia de las llaves de su departamento y de su coche pero esto no le da derecho a darselos a quienquiera sin su consentimiento, lo había llamado por reclamarle y él habia suplicado su perdón con voz tan apenada que al final no había podido que ceder, es que su novio es muy persuasorio nadie logra decirle que no, pero tiene que admitír que tenerlo como guardaespaldas al fin y al cabo no la fastidia para nada piensa sonriéndo, sin embargo detesta que tome iniciativas tampoco sin consultarla, odia no sentirse libre de elegir por su cuenta. Suspirando se apoya al respaldo de la silla y mira el caos que reina arriba la mesa de la cocina, una montaña de hojas aovilladas cubre el entero anaquel, bufando por el desorden se levanta y recogiéndolas abre la basura cuando arquea una cega perpleja, suelta las bolitas de papel que se esparcen a sus pies y enseguida se inclina a observar mejor el pedazo de tejido empapado de sangre condensada, con los dedos temblorosos lo levanta parece ser un jersey hecho trizas, el mismo que Kook vestía la tarde anterior, brotes rojizos lo arruinan irremediablemente. La chica de chasquido se restablece de pie y tomado su móvil trata de llamar a su novio pero no contesta entonces llama a la B.T.S, Nayeon le refiere que el Presidente Bang está empeñado en una junta muy importante y el Secretario Jeon está con él como de costumbre. Sin pensarlo dos veces toma las llaves de su coche y se precipita fuera del Penthouse. Una vez a su destinación con los ojos llenos de fuego asesino se dirige en su estudio, abre la puerta cogiendo desprevenidos a todos.

"¿Dónde está V?" pregunta no viéndolo a su postación. Momo y JiSoo sorprendidas se encogen de hombros, Kunpimook se levanta y se le acerca.

"¿Lita que pasa?¿Estás bien?"

"¿Dónde está?" repite esta vez con voz alterada.

"Lo he dejado en la sala de edición con InSuk" dice SuHo entrando en la habitación y pasándole cerca. Como una furia sale y sorda a las llamadas de sus colaboradores se dirige en la sala de edición, abre abruptamente la puerta y mira el maldito parásita delante las pantallas, con el técnico está trabajando sobre el último episodio grabado... ambos se vuelven y ella sin proferir palabras se acerca, levanta la mano y le da una violenta cachetada que hace voltear la cara del azabache. El ruido retumba en el lugar, V mira InSuk que comprendiendo la situación inmediatamente se levanta y se retira, una vez a solas pone de nuevo la mirada sobre ella.

"Buenos días a ti también"

"¡Maldito psicópata!¿A qué viniste?¿Qué es lo que quieres realmente?"

"Tengo que recobrar algo que me pertenece... no me gusta que alguién más toque mis cosas" sonríe pero el tono y la mirada son de pura maldad.

"Cabrón ahora se la verdad y si te atreves a acercarte de nuevo a JungKook yo..." levanta la mano para abofetearlo pero esta vez él le aprieta la muñeca haciéndole daño, le tuerce el brazo tras la espalda mientras la empotra en la pared, con la otra mano le agarra la garganta apretando levemente.

"¿Tú qué?¿Estás segura de saber la verdad?" le pregunta desafiándola. Parece divertirse y es en ese preciso momento que Mook abre la puerta quedándose petrificado frente la escena, intenta abrír la boca pero V le gruñe a regañadientes.

"Sal de aqui mierda....¡Vete!" el chico retrocede asustado por su actitud y volviéndose huye por hacer lo único en que logra pensar. Ella está demasiado enfadada para escuchar el timbre de alarma que la advierte de dejar de provocar ese individuo por lo tanto sigue engreída.