Run Boy Run || 2da Temporada +18

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Las cartas que había recibido anónimamente lo dejaban pensando muchas cosas, era muy difícil el que pensar, pues todas estas cartas que comenzaron a llegarle, narraban una perspectiva muy diferente a como Jimin estaba comenzando a volver a ver su actual vida.
Comenzó a recibir cartas de "un viejo amigo" que decía firmar que se preocupaba por él, en ella relataba muchas cosas que habían vivido juntos y como es que estuvieron a la par un cierto tiempo, eso relataba la primera carta, que n la segunda que se encontró nuevamente en su ventana, hablo un poco de cómo se llevaban y algunas "anécdotas" pero se desvío y comenzó a hablar de como un chico se había interpuesto ante ellos, él hablaba de este chico como lo peor que pudo haber llegado, el peor demonio que Jimin pudo haber conocido, pero era lo que este no entendía, en serio hablaba de un chico completamente desconocido, nada de lo que Min le había demostrado, incluso lo inculpada de aquel accidente en la casa de SeokJin, algo que él por obvias razones no podía recordar, al menos que le preguntará a los amigos del pelinegro, por qué al parecer Kook y Tae no sabían que era lo que había ocurrido y la verdad no sentía confianza para hablar con los otros tres.
Los primeros días de volver a conocer a Min pensó mucho, creía que era una persona demente que estaba obsesionado con él y mentía compulsivamente para tener atención del rubio, pero después ocurrieron varios hechos que ocasionaron que todo lo que había pensando de él, se esfumara.
Había comenzado a ver que Min Yoongi era una persona muy noble, dulce y sobre todo, muy protector él, no entendía el por qué siempre que estaba cerca de él, sentía cierta calidez emanar de su cuerpo, como si una conexión quisiera que estuviera con él.
Cómo aquella vez cuando lo abrazo, sintió una sensación que nunca en su existencia la había sentido, creyó que todo sus miedos y preocupaciones ya no estaban.
En serio pensaba que él era un buen chico, pero gracias a todas estas cartas que le comenzaron a llegar, lo que creía acerca de Min, otra vez se estaba esfumando, estaba cambiando y para mal.
Sentía mucha Impotencia, no sabía a quien creerle, por ello había optado a ponerse en una perspectiva neutral, no odiaba a Min, solo odiaba lo que lo hacía sentir.

El sólo si quiera escuchar su voz, el despedirse de él, el avisarle cuando había llegado, el escucharlo cocinar ¡Joder! ¿Por qué me hacía sentir bien oírlo? Pero también... ¿Por qué siento mucha tristeza y confusión?
Tan solo había pasado una semana viviendo con él y todas sus emociones estaban muy revueltas.

— ¿Qué haces Park? — escucho la grave voz de Taehyung acercarse a él.
El rubio rápido guardo esta carta arrugandola y metiéndola a su bolsillo de su suéter.

— Ho-hola Taehyung — sonrió cálido al mirar a su amigo justo enfrente de él.

— Hola — le regaló una sonrisa cuadrada y después prosiguió a sentarse a un lado de él, en esas mesas de la cafetería. — ¿Por qué tan alejado? — cuestionó refiriéndose al estar solo en la cafetería. — te estuvimos buscando por todos lados.

El rubio sonrió
— intentaba estudiar un poco — cabizbajo respondió sin apartar su mirada de aquel libro.

El castaño sabía que su amigo tenía algo, desde hace unos días acá no parecía ser él, era como si fuera un cuerpo pero sin alma, un cuerpo vacío, eso no le agradaba en lo absoluto, frunció el seño y se sentó en una silla aún costado del rubio.

— Jimin-ah ¿Qué te ocurre? — Procedió a tomar el brazo derecho de este para poder llamar su atención.

— Nada, mañana tenemos examen, tú también deberías estar estudiando.— volvió a mirar su libro y se limitó a seguir hablando

— No es eso, tienes algo más, yo te conozco más que lo que me conozco a mi mismo — tomo la barbilla del rubio con su mano derecha para que esté no apartara su mirada

— Ey ¿Qué te pasa? — Jimin soltó el agarre empujando las manos de Tae

— Yo te conozco, tú tienes otra cosa — Taehyung se levantó de su lugar para hablarle autoritario