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Ya habían pasado un par de días desde aquel bello momento en la habitación de Yoongi.
En realidad solo habían pasado cuatro pero se sentía como si fuera una eternidad pues, desde aquel día Jimin se había vuelto un poco distante, la mayor parte del día no hablaban, Min se la pasaba llendo a la cafetería y cuando regresaba al departamento el rubio solo se quedaba en su habitación.
Incluso este le había comentado a Yoongi que Jungkook se había ofrecido a llevar a la escuela para que no se llegara a sentir un poco incómodo y este la acepto sin dudar, y Min lo entendía, pues eran amigos desde hace muchísimo, antes de que él y el rubio se conocieran.
Aunque los avances con Jimin parecían haber muerto, el mayor no se rendía, tenía una lucha constante consigo mismo, seguía llenando de notas adhesivas toda la casa, le preparaba toda la comida que él se pudiera imaginar, le traía cosas de la cafetería, ordenaba sus medicamentos y sobre todo siempre trataba de estar ahí para él, aunque Park parecía no querer verlo, estos tres días se iba antes de que Min despertará, llegaba de la escuela y comía felizmente sin que Yoongi se encontrará ahí y después corría a su habitación y se encerraba hasta al día siguiente, en serio parecía no querer verlo.

Era otra mañana, el pelinegro se estaba arreglando en el baño, secaba su cabello de un lado a otro con su toalla blanca para después dejarla caer en el depósito de ropa.

Noto su reflejo en el espejo y miro como pequeños vellos comenzaban a salir en su barbilla, sin más, lo ignoro, hace cuatro días no se afeitaba y no lo iba hacer hoy, no tenía ganas ni tiempo, aparte de que todo el día estaría con cubrebocas, no lo veía necesario, aparte siempre quería verse lindo para Jimin ¿Pero qué caso tenía ahora?

Sin ganas se arregló, se puso una camiseta negra básica y unos vaqueros rotos de ambas rodillas, para darle el toque de Yoongi se puso un gorro pesquero y por último  unos tenis de botita oscuros.

Unas horas más tardes aún se encontraba en su asqueroso puesto en la cafetería, el día había estado un poco tedioso, venía mucha gente a pedir cosas realmente elaboradas, prefería servir muchas veces, cobrarles a muchas personas y ver el lugar lleno que estar preparando Cafés con el nombre más largo del mundo que casi parecen trabalenguas o cafés que no tenían nombre pero si códigos, detestaba estar buscándolos en el manual del empleado, en serio odiaba a esas personas y no podía ir peor el día, Kim Yu na era su compañera de trabajo por el día de hoy, no podía empeorar el día más de lo que ya estaba siendo.

Después de finalizar su servicio con una mesa, pudo tomar un Respiro,
Miro la hora de su reloj de pulsera y noto que ya eran las tres de la tarde, su pequeño debió haber salido desde hace un rato.

*Flashback*

— El café que preparas no debe de ser nada amargo — el pelinegro escuchaba la melodiosa voz de su amado hablar.

— ¿Por qué dices eso cariño? — ladeó su cabeza extrañado.

— por qué los preparas tú y tú eres la persona más dulce que he conocido en toda mi vida — hablo para después tomar las manos de su novio y apretar de ellas.

Min no pudo evitar sonreír ante aquel comentario de su novio, sin duda siempre sabía que decir.

— ¿Quién tiene la sonrisa más bella de todo el mundo? — el rubio tomo ambas mejillas de Min con sus manitas — mi novio tiene la sonrisa más hermosa de todo el mundo.

El pelinegro solo sentía como su cara comenzaba a calentarse y rápido ocultaba su rostro ante la mirada de Park, pues no quería demostrarle el sonrojo que su novio había ocasionado.

— No importa que ocultes tus lindas mejillas rojas Yoonnie — él chico cruzo sus piernas y miro a otro lado fingiendo indignación. —

— No estoy sonrojado ¡solo me entró algo al ojo! — excusaba sus reacciones para no verse vulnerable ante su novio. — nunca me he sonrojado ¿De qué hablas cariño? — reía nerviosamente ante las palabras de su novio mientras secaba sus manos en sus rodillas.

Run Boy Run  ||  2da Temporada +18Where stories live. Discover now