—Cinco vueltas a la casa del árbol —me ordenó.

—¡¿Cinco vueltas?!

—¿Quieres diez?

—¡No, yo...!

—Corre.

—¡Es que...!

—Veinte.

—Me quedo con las cinco.

—Apúrate que me duermo.

Le hice fuckyou con mi dedo y, mientras me alejaba trotando como podía, me Intentaba atar un moño en mi cabello.

Liam se había sentado sobre el cajón de madera y me observaba fijamente mientras realizaba la entrada en calor. Una de sus piernas se movía bastante, como si estuviera muy ansioso porque terminara el recorrido. Sobre su cuello no estaba solo su cadena de siempre y ya, ¡también tenía un silbato! ¡Un silbato naranja fosforescente! ¡Un silbato que...!

—¡Me has asustado, joder! —chillé luego de pegar un salto por el pitido que Liam había provocado apropósito.

—Corres más lento que una tortuga —lo miré mal—. No me mires así. Si no te apuras no me queda otra opción.

—¡Es que me duelen las piernas!

Liam sonrió pícaramente.

—Ahora acepta las consecuencias de lo que me provocaste hace unas horas y sigue —vaciló antes de volver a abrir su boca para que yo no lo juzgue—: Quedan dos, anda.

—Genial. Dos.

Y seguí corriendo sonrojada luego de volver a pegar un salto al escuchar otro pitido proveniente de su silbato.

Minutos después, ya estaba casi sin aliento a sus pies. Agotada. Muy agotada.

—Eres una exagerada.

—Mira quién lo dice, el que se quedó sentado observando —dije como pude.

—Los entrenadores no juegan.

—Las tortugas no corren.

Sonrió.

—¿Crees que sabes dar unos buenos puñetazos? —inquirió de la nada.

—Claro que sí.

—Entonces golpéame.

Enarqué una ceja, confundida.

—No te golpearé.

—Hazlo —insistió.

—No lo...

—Dije que lo hagas.

—¿Para qué quieres que...?

—Solo hazlo, pesada.

Y sin pensarlo, de un segundo a otro, estiré mi brazo con mi puño cerrado intentando llegar a alguna de sus mejillas. Creí que lo había golpeado. Creí que lo había destruido. Creí que le había roto el tabique de la nariz pero no. No fue así porque él me lo impidió agarrándome de la muñeca y rotándome el brazo para que así, de esa forma, nunca tuviera alcance a él.

Efecto Mariposa ©حيث تعيش القصص. اكتشف الآن