1O

7.3K 841 96
                                    

¡Ey! ¡No lo rompas! ¡Es de edición limitada!

—Te compraré la tienda entera si hace falta. -Dio respuesta mientras que con desespero intentaba luchaba con la camiseta hasta que no aguanto el sonido de la tela resonó por la habitación dejando en admiración el torso del omega. —¿Por qué cada parte de ti es hermosa? -Preguntó admirando su cuerpo con devoción y amor. Se acerco a su pecho empezando a dejar pequeños besos tomándose su tiempo para no asustar o lastimar al Omega aguantando su calor y dolor. —Por donde mire, eres maravilloso, bello. Hermosamente mío, donde sea que mire, me enamoras más...

¡C-cuidado con los dientes! -Se quejó tomando del cabello al alfa teniendo cuidado de no hacer demasiada fuerza. —Ah... Tartaglia... ¡Ngh! ¡Deja de jugar! -Protestó al sentir como el alfa empezaba a prepararlo, cosa que pensaba era menos importante en aquella situación mientras que se aferraba al alfa que lo acorralaba contra la pared de aquella suite de hotel, la más costosa que él alfa pudo encontrar en poco tiempo. Sujetandolo con una mano explorando y aventurandose por la espalda baja mientras que con la otra lo preparaba con cuidado ahora pasando sus besos a su cuello dejando marcas de amor en este. Marcas visibles que él ya sabía que serían difícil de irse.

Había malinterpretado las palabras "No pienso estar contigo en un callejón de Inazuma" en su defensa, aunque sintiera un calor parecido al ciclo no quería hacer nada en las calles de Inazuma sabiendo que había riesgo de que su familia se enterara de eso.

—Hasta que no me digas directamente que es lo que quieres no te lo daré. -Cantureo el alfa al oído del omega quien se aferraba a sus hombros. Ambos completamente libres de la tela que antes separaba sus cuerpos. —Quiero escucharte decirlo... Hace unos días, soñe con eso. Quisiera que tú cumplieras mi sueño.... Solo por hoy, por favor. -

Sentía su cara arder de vergüenza al igual que pequeñas lágrimas empezar a acumularse en sus ojos por el calor y la emoción que sentía en ese momento. Parecía que el que realmente estaba en su ciclo era él. —¡Por favor!... ¡Ah!... Por favor... ¿Pu-puedes hacerme tu omega?... ¡Mhn!... ¿Ah... ¡Ngh! ¿Asi esta b... ¡Ah! -No tuvo tiempo de terminar de hablar.
Apretó su agarre en los hombros de Tartaglia mientras que este lo besaba limpiando sus lágrimas con sus labios susurrando por lo bajo su amor acariciando su espalda en un intento de mantenerlo calmado tomándose su tiempo para que se acostumbraba al intruso. El alfa había ingresado de una contundente y preciso movimiento en su amado.

.......

Miraba la cara del alfa dormido abajo suyo. No se atrevía a levantarse sabiendo que este había anudado dentro ayer aumentandole el hecho de que este había entrado en ciclo inesperadamente.

Miraba su cara con curiosidad, era la primera vez que veía el mechón semi blanco en su cabello naranja al igual que noto que este no tenía pecas como tiempo atrás había pensado. Se veía calmado, durmiendo como un bebé.

Aunque tenía dudas sobre la jerarquía de este. Había escuchado sobre Alfas dominantes, aquella raza que estaba por encima de los alfas comunes. Tenía curiosidad sobre eso.

—Buenos días, cielo. ¿Sucede algo? -Un escalofrío pasó por todo su cuerpo al escucharlo hablar.

Rápidamente dejó de mirarlo al sentir que sus miradas chocaron. —N-No es nada.

—¿Te duele? Lo lamento mucho, no era mi intensión ser tan duro ni que esto pasará de forma repentina. Realmente quería primero ganarme tu corazón antes de que todo esto pasará.

No, no me duele mucho. -Confeso sintiendo como las manos de él se posaban en su cintura en un pequeño abrazo. —¿Y-Y... Qué haces aquí? Paimon siempre dice que donde estés es porque van a haber problemas.

—Es algo confidencial, solo puedo decirte que es una misión, y no soy el único aquí, pero si en serio quieres saber podrías hacer algo por mi. -Le guiño un ojo coqueto recibiendo un golpe en el pecho.

Ya calmate. Esta vez no estoy para pelear y como te dije: "Estoy aquí por un tema familiar". Cuando termine me iré de regreso a Liyue.

—¿No sería mejor si ambos nos vamos a...

No puedo. Quede con un amigo para hoy. -

El alfa bufo al escuchar eso.

Miro al Omega recostado encima de su pecho, tomó su cara con ambas manos acercandola a él para empezar a llenarla de besos. Pudo escuchar como este protestó ante eso aún dejándose besar.

Le gustaba ver el cambio que había. Ahora parecía tenerle más confianza, no le negaba los besos e incluso lo ayudó. ¿Qué más podría pedir? Ya tenía a un hermoso omega que apesar de las quejas lo amaba y aceptaba.

Oh, claro. Qué aquella zona semi-lisa tuviese su marca para que todos supieran que aquel omega ya tenía pareja eterna y no estuvieran como moscas detrás suyo.

Lo giro quedando el alfa encima de él levantando sus piernas tomándolas por los muslos rápidamente el omega apretó las sabanas blancas bajo él. —¿O-... Otra vez?

—Aún tengo calor, ¿Puedo? -

Pregunto siendo respondido por un "Si". No perdió tiempo en moverse lentamente hasta finalmente estar conectados escuchando los dulces sonidos del omega.

—Ahora que lo pienso, ¿No estas muy delgado? Incluso puedo sentirme sobre tí. -Declaró llevando una de sus manos en el vientre levemente abultado del Omega palmeando la zona en círculos sintiendo como se lograba tocar. —No importa. Eso solo me da más razones para llenarte de comida y otra co...—

¡Dios mío! Deja de ser tan cochino, Tartaglia. -Se quejó antes de volver a soltar un suspiro ante los movimientos más rítmicos del alfa.

No terminó yendo a su encuentro con Thoma, ninguno de los dos salió de la habitación en todo el día y de eso se encargó Tartaglia. Hasta llego a pedir servicio a la habitación con tal de que el omega no tuviera alguna excusa para irse.

𝐋𝐈𝐍𝐃𝐎 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 ⎯⎯⎯⎯⎯⎯  TARTAGLIA X MALE READERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora