𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝑩𝒐𝒚 || 𝑮𝒆𝒎𝒆𝒍𝒐𝒔 𝑺𝒕𝒚𝒍𝒆𝒔 𝑿 𝑳𝒐𝒖𝒊𝒔

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒄𝒂𝒕𝒐𝒓𝒄𝒆

Louis:

Un molesto sonido resonaba en mi cabeza, pero estaba lo suficientemente cómodo y calentito como para interrumpir mi sueño prestándole atención a eso. Así que en cambio fruncí el ceño y succioné mi pulgar enterrando mi rostro entre la almohada y el colchón.

 Escuché risas leves y suspiré al sentir varias caricias en mi espalda que luego de unos segundos me sacaron de contexto. Abrí los ojos perezosamente y visualicé a Harry de costado frente a mi y a Edward acuclillado detrás de él. Yo estaba entre el respaldo del sofá y el pecho de Harry, quien me daba las caricias en mi espalda brazo y rostro. Solté mi pulgar avergonzado y ambos sonrieron, me senté y sentí mi rostro arder.

—No te avergüences, pequeño.—Tranquilizó Edward, sonriendo.—Debes contestar tu celular, ya te han llamado dos veces.

Me recosté de nuevo intentando alejar la pereza. Hazz retiró el cabello de mi rostro y apretó juguetón mi nariz. Froté mis ojos suspirando y una pequeña sonrisa se asomó en mis labios.

—¿Puedes pasármelo? porfis—Pregunté. Él abrió mi mochila y me pasó mi celular, en el vi varios mensajes de mamá y dos llamadas perdidas.—Es mi mamá..—Expliqué. Me volví a sentar y Harry también se puso a revisar su celular.

—¿Está todo bien?—Indagó.

—Ajá.—Asentí y le regresé la llamada a mi madre, quien contestó al instante.—¿Mami?

—Louis, ¿Donde estás?—Preguntó extrañada.—No te volví a ver en la empresa y pensé que estabas aquí en la casa. ¿Saliste con Niall, o algo?

Un bonito sentimiento llenó mi pecho. Puede que ahora sea un poco difícil de admitir, dado a los años que pasé sin su atención, pero creo el que se preocupe por mi bienestar es un gran paso para el cambio que se propuso. Lo rápido que pasamos de palabras hirientes al despertar, a palabras de apoyo cuando le cuento algo de la escuela, se me hace mágico. Como todo lo que siempre quise. Aun falta por pulir la relación madre e hijo, y tengo fe de que en poco tiempo lo lograremos. Solo hay que demostrar que ese lazo oculto entre ambos es mas fuerte de lo que creímos, si, porque honestamente nunca pensé que esto llegara a pasar.

El día de ayer fuimos de compras, y me sorprendió cuando entramos a una librería y se tomó la libertad de comprar mi libro de historia. Y creo que sonará exagerado, pero juro que se me escaparon algunas lagrimas sigilosas al tenerlo entre mis manos. Que tomara esta siesta se debe a que ayer me acosté tarde, de nuevo, mientras hablaba con mi madre. 

Esta vez se disculpó por sobrecargarme con algunas cosas que según ella no me correspondían, justo como decía Niall. Intenté justificarlo diciendo que eran cosas que yo debía de hacer para agradecerle el estar bajo su techo, y aun así ella negó y me abrazó diciéndome:  "Nunca mas pienses eso, yo fui quien actuó mal. Yo soy quien debo cambiar." yo solo me recosté de ella y continuamos toda la madrugada conversando sobre sus sentimientos y el "Por qué" de muchas cosas.

Miré la hora y elevé las cejas. Son las nueve con tres de la noche, lo que quiere decir que me dormí casi cuatro horas.

—No, mamá..—Bostecé—Me quede dormido con... En la oficina de Edward.—Tragué saliva y miré a Harry brindándome una sonrisa de labios cerrados igual a la de su hermano, quien en algún momento se había ido a entrar varias cosas en los cajones de su escritorio.

—¿Edward?—Cuestionó, comprobando haber escuchado bien.—¿Edward, mi jefe?

—Ajam—respondí.