Capítulo 32.

78 10 1
                                    

Taeyong sintió que sus entrañas se revolvían y por un momento pensó que iba a vomitar. Solo guardó su celular, aceleró el motor de su moto y se dirigió en busca de Ten.

.

.

.

Todo se sentía irreal, en menos de un minuto dos autos con la música fuerte y gritos incesantes que provenían del interior llegaron a nosotros. Se estacionaron y todos nos tensamos en el lugar, no entendíamos qué sucedía ni quienes eran pero todo esto era malo, muy malo.

— ¿Y ellos quiénes son? — dijo Yuta casi en susurro, sentíamos que cualquier sonido podía provocar a esos hombres. Y aquel tono con que lo dijo solo me dejó más asustado.

— No lo sé, pero no digan nada a menos que ellos nos digan que es lo que quieren — dijo Kun quien junto a Jaehyun tenían a Doyoung casi moribundo.

Tres hombres se bajaron de uno de los autos y creí reconocer a uno, pero no le tome importancia.

— Quédate tras de mí, no te alejes de mi — escuche como Yuta le decía a Winwin en susurro y a la vez sentí como Yuta quien estaba a mi lado depositaba por detrás mío una herramienta, no supe que era pero creí que era una navaja, lo había visto jugar con ella. Como sea, la usaría, no dudaba de eso.

El hombre con rostro conocido se aproximó mientras uno de sus secuaces parecía estarnos grabando con su celular.

— ¡Saluden amigos! — dijo el que grababa y río de manera desquiciada.

— ¿Pero qué hacen estás personitas por estas zonas y a estas horas? ¿Acaso no saben que los monstruos salen a pasear cuando las luces se van?

— No queremos problemas, solo vinimos por nuestro amigo pero ya nos vamos — dijo Kun firme.

— ¿Pero porque se van tan luego? Acabamos de llegar ¿No quieren divertirse un poco? — dijo el de aspecto conocido y todos sus amigos rieron como malditas hienas.

— No gracias, ya fue bastante por esta noche — dije y aunque no lo vi, supe que Kun me había mirado con su tan usual mirada de "cierra la boca"

— Vaya, vaya. Me gusta tú lengua — me dijo y sentí repugnancia al instante—. ¿Por qué no me dejas jugar contigo solo un momento? Prometo devolverte sano y salvo en la mañana.

Sentí que todas las palabras se atascaron en mi garganta por el miedo que todo esto me estaba causando.

— No te atrevas a tocarlo, ya te dijimos que no queremos problemas — dijo Yuta y eso fue bastante provocativo.

— ¿Acaso ya tienes dueño? — me preguntó el mismo hombre mientras miraba de soslayo a Yuta. Sin mencionar que se aproximaba aún más.

Mis nervios estaban en su clímax y sentía que mis piernas me abandonarían en algún momento.

— No.. — dije casi sin aliento y con la voz temblorosa.

El hombre se acercó demasiado, tanto que sentía el hedor a alcohol y todo me repudiaba. Empecé a sentir la calidez de su aliento y mi mano apretó con fuerza aquella navaja que tenía en mi mano.

O bueno, pensaba que eso era.

— Es extraño— me dijo—, ¿Porque siento que hueles a alguien más?

¿Qué? ¿Que yo olía a alguien más?

No entendía a qué se refería.

— Y déjame decirte una cosa— esta vez se puso serio—, odio cuando alguien más  toma algo que me ha gustado.

¿Quien eres tú? | TaeTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora