Capítulo 29.

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Taeyong miró la moneda entre sus manos.
— ¿Te quedarás a la pelea? — le preguntó el mayor.
— No está noche.





La lluvia se esparcía por toda la ciudad y los truenos no hacían que el ambiente mejorara. Le había pedido a Lucas que se quedara a ver una película conmigo pero ya había planeado una velada con Jongwoo. No voy a mentir, desde pequeño le temo un poco a los truenos, malos recuerdos tengo asociados a ellos y a la lluvia.

Decidí que lo mejor era dormir, si. Mañana era fin de semana así que podría descansar al menos un poco.

Revisé mi teléfono para saber algo de Taeyong.

Nada.

No había sabido nada de él toda la tarde, ni respondía mis mensajes. Quizás estaba ocupado.

¿Qué tan ocupado puede estar?

Me acosté esperando poder dormir plácidamente y que los truenos no me inquietaran. Pasaron al menos diez minutos cuando sentí la puerta abrirse.

— ¿Lucas? — dije en la oscuridad que rodeaba el lugar.

— ¿Siempre me confundirás con él?

— Taeyong — dije algo alterado. Encendí la luz rápidamente. — ¿sabes? No preguntaré cómo es que siempre llegas sin tocar ni cómo es que abres mi puerta sin llaves.

— Trucos — me guiñó el ojo y dejó su mochila en el suelo.

— ¿No respondiste a mis llamados? ¿Que hacías? — dije viendo cómo se acostaba encima de la cama.

— ¿Me estás controlando, Chittaphon? — dijo levantándose rápidamente y quedando frente a mi.

— ¿Me acabas de llamar Chittaph...

Coma mental.

Taeyong adhirió sus labios a los míos como si jamás los hubiera probado. Así se sentía siempre, como entrar en un frenesí, como si jamás nadie hubiese besado a alguien, como si la vida dependiera de ello. Mis labios definitivamente le pertenecían a Taeyong y yo jamás podría cansarme de ello.

Y así en cosa de segundos nuestros cuerpos ya estaban calientes por el deseo. Taeyong se comportaba justo en un límite entre lo agresivo y lo delicado, era cómo si fueras en un auto a toda velocidad pero cada vez que frenabas o chocabas se sentían cómo rebotar en una nube.

Placentero.

Deje que sus manos recorrieran cada parte de mi, que besara cada lugar y que jugara con él como quisiera. Quite su camisa y él hizo lo mismo con mi pijama, iba a tomar su cuello para regresarlo a mis labios y terminar con la tortura pero me tomó de ambas muñecas y me susurró muy cerca de mis labios.

— No aquí.

Diablos si cada palabra que salía de sus labios rojos y su mirada oscura no era lo más excitante del mundo.

Me tomó de la cintura y me estampo en el ventanal que daba hacia el mini balcón de mi habitación, detrás se podía ver toda la ciudad y sus luces, aunque ahora solo se podían ver gotas recorriendo el vidrio.

Luego de un momento las respiraciones iban de más a más, los sonidos de nuestros cuerpos y algunas quejas de nuestras bocas se hicieron presentes. Hacer él amor con Taeyong era sin dudas una de las cosas favoritas de mi vida.

— Ver tu cara durante el orgasmo es una de las cosas más hermosas que he visto en mi vida.

Lo mire y me ruborice. Nuestros cuerpos ya estaban agitados después de aquel momento y el sueño se hacía próximo.

¿Quien eres tú? | TaeTenWhere stories live. Discover now