8. Una bienvenida poco convencional

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Veinte años fueron los que paso sin atreverse a visitar a Norman al hospital mental en donde se enclntraba, por temor a esto mismo, de encontrarlo cara a cara sin saber nada mejor que hacer que salir huyendo de allí, estaba aterrado y a la vez tan feliz de que por fin él había regreado, pero tenia miedo de volver a confiar en el tan ciegamente como lo hizo antes que no se dio cuenta de que estaba conviviendo con un psicópata, ¿porque eso lo notas verdad?

Tenía de que la repuesta fuera afirmativa, porque de ser asi eso quería decir que todos estos años estuvo cegado porque estaba enamorado, un amor que jamás tendría frutos, porque, eso era algo que ya tantas veces habia escuchado en el pasado, un hombre no puede estático otro hombre, y era igual con las mujeres y las relaciones amorosas entre ellas, por esa misma razon era que Murphy era ran infeliz, ella estaba enamorada de alguien de su mismo genero, ambos amigos se hallaban en la misma penosa situación, tan deprimente. Pero era lo mejor, debía de mantener cierta distancia con Norman al igual que su amiga hacia con su amada, oara así no sufrir tanto el rechazo, ¿pero como haría eso con él siguiendole mientras corren alrededor del Bates motel? Parecían niños pequeños que jugaban a perseguirse los unos a los otros, dando vueltas por el terreno como un carrusel, sin parar. Ciertamente, esta no era la bienvenida que Norman se esoeraba por parte de Oliver, más bien esperaba recibir un cálido abrazo por parte de su unico amigo en el mundo, en vez de eso, este huía de él, o al menos así parecía, pero la verdad es que este mas bien escapaba de los sentimientos que tenia por el Bates.

Entre risas, Victoria se alejaba, teniendo que abandonar a su hermano, ella desde hace tiempo sabia de lo sentimientos que este poseía por su amigo, y pues, ya era momento de afrontar esos sentimientos que tenia Oliver por Norman, y volviendo con este par, seguian corriendo, casi se caen en un par de ocasiones, pero a pesar de eso no se rendían y seguian corriendo como si se trataran de niños pequeños. Y la aparición de Murphy por el motel fue como la salvación para Oliver, ella venia en compañía de Janice y el esposo de esta, Clark, tenia cara de imbécil y si que lo era, corriendo en su direccion ocultándose detrás de su amiga, en verdad que parecía un crío por lo infantil que estaba actuando a pesar de ser un hombre adulto.

- ¡Hola Norman! -lo saludo, tomando del brazo a su comñañero- ¿Cuando regresaste?

-Hoy-respondio tajante, ya en el pasado habia conocido a la actual dueña del hotel Adams, y desde el primer instante en el que el pelinegro los presento, jamas le habia agradado esa mujer-Nos permites un momento, debo hablar con Oliver.

-Oh claro-dijo despreocupada, empujando a su amigo hacia el Bates-Nosotros volveremos mas tarde.

Empujando a la pareja a su lado de regreso a la camioneta, algo que en el fondo norman agradecio, quizá, solamente quizá ella no era tan mala como él creía en un inicio.

Volviendo a lo otro, tomando de la mano al fe menor altura, tiro de ella hacia el interior del motel, hacia la que era antiguamente su oficina, si Norman no hubiera estado tam cegado por ese pequeño enojo que habia surgido recientemente, hubiera notado el claro sonrojo en las mejillas del menor de altura. Y sentado uno frente al otro, ambos igual de nerviosos, hace años que no se veían y ciertamente, ninguno de los dos se esperaba dicho encuentro tan peculiar-Perdona mi-mi yo, no me esperaba que aparecieras de pronto por la puerta-dijo titubeante, Oliver estaba avergonzado, ¿que clase de bienvenida era esa? ¿Veinte años sin verse y asi era como reaccionaba? Ciertamente, cualquiera hubiera reaccionado de manera diferente al ver a la persona a la que ama luego de tantos años. Intento arreglarse el cabello inútilmente, se lo habia dejado crecer un poco estos últimos meses, y ahora, como decía Victoria, parecia tener un nido de ratas allí por lo alborotado que siempre estaba. Tambien se arreglo sus prendas, no vestía tan formal como de costumbre, básicamente, esa era la ropa con la que estaba en casa haciendo nada. Se sentía realmente avergonzado por todo en general, por su actitud, su cabello, su ropa, por todo en él ante los ojos de Norman-Eh estado cuidando de este lugar durante los ultimos años en tu ausencia, no sería justo que algun don nadie cuidara de este establecimiento.

Pero Norman no respondió, aterrando todavia más al pobre de Oliver, quien deseaba con todas aus fuerzas que el suelo lo tragara allí mismo. Por su parte el Bates, no dejaba de mirar sorprendido al contrario, sabia bien que era su amigo ese que se hallaba sentado frente a él, pero se veia tan cambiqdo, aun así, eso no evitaba que su corazon se acelere como en veces pasadas, sin poderlo evitar, sonrió con calidez, y al pararse de su lugar el pelinegro hizo lo mismo, y sin pensarlo mucho, lo abrazo, sorprendiendo al más bajo-Me da gusto verte, Oliver-le murmuro al oído, haciendo erizar al ya susodicho por el chocar de la respiración del mayor contra su cabello. Correspondiendo em abrazo, hundió su rostro en el pecho del mayor, en un intento de que no se nótase el claro rubor rojo en sus mejillas.

El resto de la tarde fue bastabte corta en realidad, pero para aquel par fue eterna, hablando de puras trivialidades, recordando el pasado y poniéndose al día el uno con el otro, aunque Norman por su parte no tenia mucho que contarle, aun así lo hacia y el contrario lo escuchaba atento al relato del mayor. Y cuando la noche llego, Oliver tenia que regresar a casa, no sin antes insistir varias en regresarle los papeles de propiedad al Bates, logrando su objetivo se pudo retirar en paz, no sin antes depositar un tenue beso en la mejilla de su amigo, sintiendo un déjà vu al hacerlo.

Mr. Bates  ᴺᵒʳᵐᵃⁿ ᴮᵃᵗᵉˢWhere stories live. Discover now