Mr. Bates ᴺᵒʳᵐᵃⁿ ᴮᵃᵗᵉˢ

5. La primera vez

Todo parecia ir tan perfecto, se veía bien, no olía mal (se había asegurado de eso), y había reunido el valor como para invitar a Norman a tener una especie de cita, había ido a un restaurante de comida rápida cercano al motel y habían comprado unas hamburguesas, algo que sabía bien que al Bates le encantaban. Y cuando todo marchaban perfectamente cuando comenzó a marchar de mal a peor con la presencia de aquella pareja de casados, ahora Norman debía de mantenerse atento a lo que estos nuevos huéspedes del motel y no podrían continuar con su cita... Mierda. Esto no podría empeorar, dio gracias a Dios cuando Norman le dijo que podían continuar aún con su cita, y no puso evitar sonreír cuando dijo la palabra cita, era como single hubiera puesto énfasis al decir la palabra, todo volvía a ser tan perfecto en su día. Sentados en la parte trasera de la camioneta bajo la sombra de un arbol, comieron las hamburguesas su la mirada perdida en el motel, hablando de trivialidades, en verdad no les importaba de que hablarán, sólo querían pasar tiempo juntos. Desde el interior del motel eran observados por la presunta pareja, quienes planeaban cual sería su siguiente movimiento en este juego de parejas tan arriesgado, aunque no lo parezca.

-Vicky quiere comenzar hacer entregas de comestibles-comento de pronto, Oliver-Dice que quiere ganarse ella misma el dinero de su bolsillo.

-Esa niña crece muy rápido-dijo sonriente- ¿Cuantos años ya tiene? ¿Doce, trece?

-Tan sólo tienen diez-exclamo en tono trémulo-, no se que tiene en la mente esa niñita.

-Es sorprendente lo rápido que pasa el tiempo-expresó, dando el último bocado a su hamburguesa-Parece que fue ayer cuando te vi llegar con tu padre la primera vez.

-Recuerdo que estaba muy nervioso, ya que era la primera vez que acompañaba a mi padre a su trabajo...-admitio ruborizado, Oliver, aun qsi no desvio la mirada de Norman-Y luego te vi a ti, y todo ese temor desapareció de mi cuerpo.

Norman estaba sin palabras. No sabía que decir, todo estaba sucediendo tan rápido. Sintió su piel erizar con el tacto de la mano de Oliver en su mejilla, sus respiraciones chocaban. Estaba tan cerca, emaciado cerca, lo estaba por besar y... ¿Eso era algo que quería? Se sorprendió al darse cuenta de que sí, el quería a Oliver y no como a un simple amigo, como algo más, pero...-Señor Bates-se separaron am instante. Era uno de los huéspedes, Norman tan sólo le hizo una seña de que ha iba, y cuando se regreso donde estaba Oliver, él ya no estaba. Tubo que bajar de la camioneta de un salto por el repentino encender del motor... Mierda. Ese malnacido había arruinado el momento, y ahora Oliver se había ido.

[...]

Era un lunes como cualquier otro, era temprano y no hace mucho había salido el sol, pero él no había pegado un ojo en toda la noche, había permanecido despierto con sólo una cosa en la mente como meta, terminar su tarea de historia, estaban viendo sobre la primera guerra mundial, y ese era un trabajo que debía entregarlo esa misma tarde, un trabajo que se los habían dado hace más de una semana para completar, pero si no hubiera sido por Freddie (su vecino y compañero de clase) que le pregunto si lo había terminado, tal vez jamás lo hubiera hecho. Era como un muerto vivo, como ese que vio una vez en una película en el cine. Estaba por tumbarse en la cama y descansar hasta la hora que entraba a la escuela, de no ser por su padre que abrió la puerta repentinamente haciéndolo sobresaltar- ¡Ollie, levantarte muchacho que me vas acompañar al trabajo! -anuncio este, y sin darle tiempo a reaccionar lo había arrancado de su cama y llevado su padre hasta el piso inferior-Hoy quiero que vengas conmigo al trabajo, tengo muchas cosas que entregar y necesitaré de alguien fuerte que me ayude... ¿Me estas escuchando Ollie?

- ¿Ehh? -dijo apenas. Ya dije, era tal para cual con un zombie.

-Ve a vestirte, lavate los dientes y apurate que tenemos mucho que hacer-decia, a la vez que lo empujaba de regreso a su cuarto.