Capitulo dos

853 56 10
                                    


|cuchitril|

La última vez que visitó la casa de Wakasa fue hace años, cuando él aún vivía con sus padres.

Ambos iban caminando por las calles de la ciudad en silencio, no era muy tarde por lo que los autos aun pasaban por las calles y se podían ver algunas tiendas abiertas, caminaron con tranquilidad por ahí, deteniéndose únicamente para pasar a comprar pan, y algo para el pan.

Convencer a Mel de que se fuera con él no fue difícil, aunque si bien ella se negó en un principio, no se pudo resistir a dormir en un departamento sin ratas y con aire acondicionado.

-¿Oye tienes hambre? -preguntó Wakasa cuando pasaron por fuera de un carrito que vendía churrascas.

Cinco minutos después ambos estaban sentados en una banquita que había por ahí, comiendo lo que habían comprado hace poco.

-¿Takeomi se endeudó? -preguntó Mel aun confundida.

Su amigo a su lado asintió con la cabeza.

Wakasa estaba soltando todos los cahuines que una vez le había contado a Mel por mensaje, pero que ella nunca llego a leer por culpa de su celular viejito.

-¿Y como va con eso?

Le dio tres mordidas gigantes a su churrasca antes de responder.

-Creo que todavía sigue pagando algunas cosas, pero parece que ya está todo mejor.

Wakasa la observó, con curiosidad, aún se le hacia extraño que ella estuviera con él en ese momento. Verla después de tanto tiempo era extraño.

Dio un pequeño salto, se estiro y le hizo una seña a Mel para que le siguiera, aún quedaba algo de camino por llegar a su departamento.

No estaba muy lejos de la florería, apenas a unos diez minutos si se iban caminando, antes, cuando estaban todos juntos, se las ingeniaron para permanecer todos juntitos a un mínima distancia del resto, y si bien, aquello había cambiado un poco, Takeomi, Wakasa y Keizo aún seguían relativamente cerca.

Aunque posiblemente en estos momentos los más cercanos eran Mel y Wakasa.

-Oye yo conozco ese perro. -soltó la pelirroja cuando pasaron por fuera de una casa.

Un perro negro estaba sentado afuera de la casa, observando a su alrededor.

-¿En serio? -preguntó confundido.

-¿Ese no es el que te mordió cuando era un cachorro?

Wakasa lo miró fijamente, un pequeño recuerdo se le vino a la mente.

"-Es un cachorro -murmuró Mel, con el ceño fruncido".

Aquel perro se les acercó, en plan amistoso, aunque pronto comenzó a ladrar detrás de ellos y a perseguirlos por toda la calle.

-¡Sale pa allá, perro culiao feo!-gritó Wakasa mientras tomaba la mano de Mel y comenzaba a correr.

Se le salio una ruedita a la maleta de Mel.

°•°

-Ya llegamos. -murmuró.

Wakasa estaba apoyado sus manos en sus muslos, miraba el suelo mientras trataba de tomar aire por la boca. Melione le imitaba.

Ambos tuvieron que correr hasta ese departamento por culpa del perro que los había salido persiguiendo.

Puede que Wakasa no tuviera ratas por ahí, pero si que tenía un vecino perruno que los perseguía cada dos por tres.

Flowers |Wakasa Imaushi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora