XLVIII

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Ella sigue ahí. Pensaba que me dejaría en paz, que entendería que no quiero estar con ella.

Bueno, no va a desaparecer como por arte de magia.

No, me refiero a que todavía sigue dando guerra, que actúa cómo si no pasara nada.

No querrá aceptarlo.

Vale, que no quiere aceptarlo. Me parece genial, pero que me deje tranquilo, ¿no?

Ya sabes cómo es. Y ya sabes que no va a pensar que haya algo mal.

No me lo creo. Es imposible que no piense que haya nada mal. Bueno, sí. Sólo una cosa: yo. Según su punto de vista, yo soy lo peor del mundo, un maltratador que necesita hacerle daño. No entiendo nada.

No debe ser fácil para ella asumir todo de golpe. Has tenido la mala pata de ser la personificación de su dolor.

¿Qué?

¿Crees que no está sufriendo? Pues claro que sí. Lo malo es que no puede planteárselo, ya que no puede aceptar que, en parte, tiene la culpa. Por eso el dolor de tu abandono queda reflejado en tu imagen. Tú eres el causante de ese dolor.

No es justo, no quiero que después de todo lo que ha pasado, encima sea el malo de la película.

Supongo que tampoco es justo para la otra parte. Por suerte tu sí tienes una visión introspectiva más profunda, pero no se puede decir lo mismo de ambas partes.

Ese no es mi problema.

No, pero debes tenerlo en cuenta a la hora de lidiar con este problema. Que no se te olvide que sigue siendo un ser humano, desafortunadamente atado a sus emociones y sentimientos sin poder controlarlos.

Repito: me parece genial todo lo ser humano que pueda ser, pero que ese progreso introspectivo no es mi problema. Yo sólo quiero no tener ni que oírle ni verle otra vez.

Es tu decisión. Yo no puedo hacer nada.

Sí, es mi decisión,y solo yo puedo elegir qué hacer.

Ten cuidado, anda.

¿?Where stories live. Discover now