VII

21 5 0
                                    

19 de mayo de 2022

Hola otra vez, mi estimada.

La última vez que te hablé, aunque tú no seas consciente de ello porque no lees lo que te escribo, te comenté que me hacía ilusión poder verte al fin, que esta vez sí podría disfrutar de lo que significa tener un amor platónico sin que haya una vocecita en la cabeza que me impulse a actuar de forma incoherente e inmadura.
Te hablé acerca de lo que fue antes que me gustara alguien, de esas cadenas que me arrastraban a una espiral de la que luego no lograba salir y de cómo hace poco, cuando me empezaste a gustar, comprobé que esas cadenas no volvieron. Que ahora me siento más libre y respiro sin que una lanza apunte a mi pecho. Que ahora mis noches no se ven perturbadas por la imagen de una musa endiosada. Que ahora, por primera vez, puedo elegir.

Que me da igual lo que salga de aquí, tanto como si es frustración o alegría, estoy consiguiendo lo que quiero. Disfrutar. Disfrutarte. Porque me recreo en cada mirada que se cruza y en cada oración que te dedico, y sé que no tienen importancia. Que el final no es lo importante, lo importante es vivir el momento en el que nuestras vidas entrechocan sutilmente para, quizás, no volverse a cruzar. Pero esa es la gracia. No esperar nada. No me refiero a esperar rechazo ni aceptación, sino olvidar que habrá un después. Quedarse con lo que hay ahora, que eso no vuelve y luego se echa de menos. Al fin y al cabo eso es lo que se sufre cuando pasa el tiempo, esos momentos en los que ambos se ríen y disfrutan de su tiempo juntos o no tan juntos, que luego por una razón u otra no vuelven a ocurrir. Y se echa de menos.

Ahora me estoy preocupando de que no sea así. De no quedarme con ganas, de no dejarme nada en el tintero. Que seas algo bonito que recordar, y no un trauma más, que de esos ya hay muchos. Y es que me siento bien por fin conmigo mismo porque también, por primera vez, siento que esto es más por mí que por ti, es decir, la otra parte. Que siento que ahora me estoy preocupando más de que sea algo bonito para mí y que ahora me trato con realismo y sin miedo a lo que tenga que pasar. Ahora por fin si siento que tengo algo que ofrecer. Algo puro. Algo que ya no está roto. Algo agradable. Algo que no va a herir. Algo que merece la pena disfrutar.
Y me parece maravilloso que ahora que sí merece la pena compartir ese algo, me da igual hacerlo. Justo al contrario que antes, que no tenía nada y pretendía ofrecer algo.
"Vaya chaval" estarás pensando, o qué me he fumado, también te preguntarás.
Como he dicho esto es más por mí. Que sé que probablemente nunca leas esto, aunque esté dedicado para ti.
Tú no te preocupes, que todo sigue bien. Que tal y como pensaba, todo está siendo agradable y pacífico por primera vez. Tú relájate y sigue tu camino, que yo seguiré el mío. Y quién sabe si algún día será nuestro camino, pero eso es una idea feliz. De momento, cada uno por su lado.

Cuídate.

¿?Where stories live. Discover now