XXXVIII

27 5 0
                                    

Cuesta subir aquí arriba con ese peso que llevo en la garganta, esperando llegar a lo alto del mirador para esparcirlo por el mundo, para que lo oigan todos y a la vez nadie, aunque esta vez no gritaré. No es algo que merezca ser gritado. Me apoyo en la valla de madera, miro al paisaje y procedo:
- Sabes que a veces te sigo pensando, ¿no? Creo que lo notas pero no estoy seguro. Todo es un poco raro. Bueno, más bien, todo fue un poco raro. Sinceramente he de decir que mis recuerdos de ese momento están bastante distorsionados. Para mí fue una especie de limbo temporal, más que nada porque, en resumidas cuentas, no sabía quién era.
- (...)
El viento parece que me responde, y se detiene nuevamente como si me estuviera cediendo la palabra.
- No es fácil llevar toda una vida atrapado en un lugar oscuro, pretender recoger tus pedazos y hacer como si nada hubiera ocurrido, ¿sabes? No es sencillo darse cuenta de que uno ha ido sobreviviendo a base de robar porciones de identidad ajenas, sin intentar forjar una propia. Al final del día, te miras al espejo y solo ves a una persona rota, una amalgama de personalidades que entran en conflicto y gritan por escapar. Oír cada uno de esos fragmentos agonizar por hacerse un hueco en ese puzle defectuoso... No, no es fácil. No es fácil quitarse los restos de ese tiempo tan oscuro y temido y descubrir que no eres nadie, que solo eres un espejo y que sin una referencia no eres más que un cascarón vacío. Una mente destruida que no sabe qué es real y qué no lo es. Un alma desamparado cuyo cobijo prometido resultó ser una estafa. Un corazón desolado por el frío, con un endurecimiento prematuro y que ahora sólo quiere llorar pero no puede, porque en su momento, derramar una lágrima significaba perder ante el enemigo.
- (...)
Esta vez el viento no responde.
- No pido tu compasión, de verdad, es más, pido yo disculpas por pretender que todo iba bien. Pensaba que no pasaría nada pero aún no estaba listo, todavía seguía sufriendo esas dichosas secuelas. Más de una vez me he preguntado qué podría haber pasado si no hubiera estado incompleto, me da lástima haber estropeado nuestro tacto, pero al fin y al cabo, creo que tuvo que salir así. Al fin y al cabo, todo lo que vino después fue la bomba que quitó todo lo roto y no dejó nada. No de forma dramática, sino como algo bueno. Me ayudó a quitar todas las bases de lo que daba por hecho y reforjé algo de lo que me pudiera sentir satisfecho y con lo que pudiera asentar una identidad propia. Una autonomía que llevaba tiempo buscando. Por eso te digo que no busco arrepentimiento, que todo lo contrario, pido disculpas por hacerte daño y te estoy agradecido por no meterte en un barco destartalado cuyo naufagio se veía a leguas. A pesar de quedarme pensando qué hubiera pasado si me hubiese arreglado a tiempo, me alegro de que haya salido así. Espero algún día tener la oportunidad de decírtelo a ti, y no al viento de un mirador, pero de momento, tocará esperar.
- (...)

¿?On viuen les histories. Descobreix ara