—Te hubieras perdido, preciosa— digo suavemente.

Más de lo que ya estaba, así que...— resopla de golpe— sí. Salvatore y yo tenemos algunas mierdas en común

—No más que nosotros, bruja— afirmo.

No más que nosotros

—Se viene el...—

Lo sé, es una semana después del aniversario de mis padres— me corta— debí tomarlo como una señal hace siete años atrás

—Valentina...—

Solo...— suspira— no digas nada, ¿si? Lo último que necesito es ponerme a llorar frente a la maldita cámara

—Tarde o temprano, tendremos que seguir hablando de ello—

Ya dije todo lo que tenía que decir, Xander. Lo sabes

Asiento despacio, dándole su espacio para que acomode sus ideas mientras guardo las inmensas ganas de decirle todo de una buena vez, pero, sé que eso ocasionaría un mal trago y lo último que necesito es que nos pongamos a discutir por el pasado por videollamada.

—De acuerdo...— respondo— ¿Cómo va tu cuello?—

Mejor— afirma mientras lo muestra— las marcas se han desparecido casi en su totalidad, pero creo que con el paso de estos días, ya se van de manera definitiva

—Me alegro oír eso— se hace un pequeño silencio— por cierto, ¿ya aceptó nuestro trato?—

—Lo hizo, misma condición. Quiere la Cosa Nostra, tomando el poder como Capo di tutti capi, la enemistad de la Bratva se acaba—

—¿Qué harás después?—

Quedarme en Rusia— arqueo una ceja, sonríe— ¿De verdad pensaste que te librarías de mí, cucciolo?

—Ni un solo segundo— afirmo antes de darle un trago a mi taza de café— estoy atado todo lo que me queda de vida a ti—

Como si no disfrutaras de estar atado a mí

Me atraganto ligeramente con el café y escupo un poco encima de unos papeles, toso en busca de aire para mis pulmones, mientras que Valentina se parte de la risa ante mi reacción niega divertida y yo gruño al saber que me ha tomado el pelo.

—Bruja del demonio—

¡Oye!— exclama entre risas— no es mi culpa, que tu mente pervertida y sucia haya imaginado esos escenarios sexuales en tu cabeza

Carraspeo un poco para pasar algo de saliva y golpeo mi pecho para tener más oxígeno, joder, ahora la bruja si me agarró en una curva de las buenas. Siseo cuando varias imágenes se reproducen en mi mente de manera automática, la risa de Valentina, aumenta.

Sí, veo que tienes el mismo pensamiento que yo

—Joder, no sueltas una frase como si nada, sin saber el peso de la misma, bruja del demonio— siseo, entrecierro mis ojos en sus dirección— me las cobraré—

Ni siquiera sabías a qué me refería, lo demás, lo hiciste tú solo...

—Mejor cierra la boca—

¿Por qué?— se inclina ligeramente contra la cámara, dejándome una buena vista de sus pechos— ¿Tienes miedo de recordar nuestras aventuras en el Black Rose?

—Bruja...—

Tienes que admitir que fue unas vacaciones de verano muy productivas

—Mm...— asiento— aleja tus tetas de la cámara, o juro que estoy a punto de hacer una locura—

El amor del ZarKde žijí příběhy. Začni objevovat