7: Un repentino rival.

Magsimula sa umpisa
                                    

SeokJin también tenía sus dudas al respecto.

¿Era Kim NamJoon un buen hombre o no?

Hasta ahora, SeokJin sabe que el NamJoon que convive con su padre omega, sus pequeños hermanos y su primo, era completamente diferente al NamJoon que se burlaba de él y lo trataba con indiferencia.

SeokJin lo había visto y escuchado esa noche: NamJoon iba a casa de su padre cada vez que tenía tiempo libre y, a veces, él alfa le llevaba regalos a cada uno de los miembros de su familia. Él charlaba con su hermana sobre sus pasatiempos, y cumplía todos los caprichos de su hermanito menor, incluso si el cachorro no era realmente su hermano biológico. Era el prototipo perfecto de hermano mayor atento y responsable a pesar de su personalidad estricta. Algo que SeokJin no era. Y todo esto lo había aprendido mientras charlaba con el padre y la hermana de NamJoon antes de la cena.

Sin embargo, lo entiende, NamJoon nunca lo trataría de esa forma. Él no era alguien especial para el alfa. Al menos, no por el momento. Pero SeokJin también puede enumerar una lista de razones por las que el hombre lo trataría con indiferencia durante mucho tiempo:

Primero, porque eran casi desconocidos. Hasta el momento, sus interacciones no habían consistido en algo más que arrojarse palabras sardónicas y manosearse. No había razones concretas para llevarse bien.

Segundo, por las circunstancias en las que se conocieron. Su primera cita fue un desastre. Era imposible para ellos llevarse mejor de lo que ya lo estaban haciendo hasta ahora, sobre todo cuando sus personalidades eran tan antagónicas.

Tercero, su relación no estaba destinada para ser buena y dulce como comúnmente eran las relaciones. Todo entre ellos estaba destinado a ser igual, porque solo estaban jugando entre sí. Un juego que SeokJin empezó por interés y un sucio plan. 

Y todo eso estaba bien para él.

No estaba persiguiendo a Kim NamJoon para ganarse su buena voluntad o, en el peor de los casos, su amistad o amor. Por dios, cosas como esas nunca han estado en sus planes. Prácticamente, él solo deseaba su dinero. Quizás un revolcón también. Algo más allá de eso sería contraproducente, teniendo en cuenta que NamJoon lo rechazaría una vez que descubriera su verdadera motivación para todo este enredo.

Pero SeokJin todavía no sabía cómo juzgar a NamJoon. Él realmente no podía decir si era un buen hombre o no. Pero, ciertamente, que fuera agradable con su familia, no lo hacía bueno en absoluto.

—JiMin-ah, no tienes que preocuparte por mí. —SeokJin sonrió con suavidad para calmar las preocupaciones de su amigo. No le gustaba que JiMin tuviera una idea errónea sobre lo que estaba haciendo—. Conozco mis límites. Nunca haría algo que fuera perjudicial para mí. Tú lo sabes mejor que nadie.

—Tienes razón, Jin-hyung. —JiMin suspiró después de unos segundos y asintió con la cabeza. Por el momento, decidió guardar sus otras opiniones al respecto. En todo caso, él conocía bastante bien a SeokJin: el omega no era susceptible a terminar mal parado o, peor aún, con el corazón roto. ¡Además, su amigo siempre lograba conseguir lo que deseaba! JiMin podía dar innumerables pruebas de eso.

Así dieron por finalizada su conversación sobre NamJoon. No era prudente hablar más de lo necesario acerca de ese hombre.

Y cuando terminaron con los tatuajes en la espalda de JiMin, que se trataba de las fases de la luna, ellos decidieron ir a almorzar a un centro comercial que quedaba cerca del club donde normalmente solían ir a pasar el rato.

SeokJin habló mucho sobre él con su amigo. Y después escuchó atentamente al omega contarle todo lo que hizo ese último fin de semana mientras él le daba comentarios al respecto. Esta era una de las razones por las que JiMin y él se llevaban bastante bien. Ambos podían hablar y hablar sin aburrirse. 

Seduciendo Un Alfa |NamJin|Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon