→ calum hood
Camino apresuradamente por los pasillos del estadio acompañado por un guardia y rogando que aún no sea demasiado tarde. Hace un tiempo le he dicho a Luke que hoy vendría a verlo, después de todo hoy sería su partido de debut; él me ha dicho que no habría ningún tipo de problemas si no venía, después de todo estaría cansado, sin embargo, me parece que es mi deber como supuesto novio y como compañero de casa que venga a alentarlo, sobretodo cuando su mamá y su hermana no están.
Me doy cuenta de lo inmenso que es el club cuando parece que no llego nunca a dónde supuestamente están los jugadores. Hay un alboroto afuera que no me deja pensar con claridad y yo simplemente muevo los pies con rapidez detrás del guardia que se ha ofrecido —o más bien le han obligado, pero me gusta pensar que se ha ofrecido con amabilidad— a acompañarme.
Finalmente llego, y lo primero que veo cuando abren la puerta es a Luke vomitando. No estoy seguro si debería ir con él o no, así que me quedo al lado del guardia. Lo veo discutir, resoplo sabiendo que él siempre es así de terco...
Habiendo escuchado la discusión, me acerco detrás sin que me vea para decirle que, en efecto, no puede jugar. Y él se nota bastante sorprendido al verme. Quizás no esperaba que venga. Quizás quería que no venga, de esa forma podría acostarse con alguien después del partido —yo supongo que esa es la vida de los jugadores.
— ¿Pensabas que no iba a venir? —le pregunto y él sólo se queda callado. Lo imaginaba.
Al final, y diciendo unas cuantas palabras más, él se va al campo a jugar.
El director técnico se acerca a mí a penas Luke se va y me dice si quiero acompañarlo a ver el partido de cerca. Le digo que no, que la verdad preferiría no estar afuera porque detesto el fútbol, y hay mucho bochinche afuera. Él insiste, y sigue insistiendo así que suspiro y lo acompaño.
¿Qué malo puede pasar?
La respuesta es: que te pregunten de tu relación con Luke, de cómo es Luke normalmente, e incluso de cómo es Luke en la cama. Lo cual me hace enrojecer.
— Así que debe ser bueno... —dice Hank Haim, y yo me ruborizo un poco más, pensando que decir.
— Bestial —solamente contesto, entre dientes.
El partido pasa lento, o al menos para mí que no entiendo de fútbol. La gente de nuestro alrededor hace comentarios a los cuales asiento o niego sin prestar atención alguna —lo cual me he traído algunas miradas, como si asentir o negar eso fuese de vital importancia para saber cómo soy o cómo pienso—. Finalmente, los últimos momentos se acercan y nadie hace un gol... lo que significa que hay alargue o sea que me quedaré más tiempo.
Resoplo.
Me alegro mucho cuando Luke hace un gol, de hecho me uno a las masas que se paran y gritan levantando los brazos, celebrando. Una vez que ese momento termina, el señor Haim y sus colegas deciden ir adentro a festejar con algo de alcohol, me les sumo.
A pesar de haber hablado de cosas incómodas, he conocido a alguna gente para la que Luke trabaja y me agradan, así que espero que a Luke le agraden también.
Varios tragos después, Luke sale del campo y aparece frente a nosotros. Lo veo desorientado. No quiero hacerle señas ni nada para avisarle a dónde estoy, y al cabo de unos segundos él me encuentra. Haim se va cuando lo ve y nos deja solos.
Tenemos una conversación corta, donde me agradece que esté aquí ya que creía que no iba a venir. Él se sienta a mi par después de que le haya dicho que no lo dejaría sólo con un montón de gente ardiente a su alrededor, en tono de broma.
