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Amber

Matías era bastante gracioso y muy bueno bailando. No miraba a Mateo pero sabía que su mirada se ponía en mí la mayoría del tiempo.

Esperaba que volviera a acercarse pero el tiempo pasaba y no lo hacía. No me malentiendan, no es que no quisiera pasar el rato con Matías, pero todos sabíamos que yo había venido por el morocho y no por otra cosa.

Camilo se me acercó a saludarme en un rato y bailé incluso un rato con él. Matías tenía varios amigos y aunque parecían buena onda no eran la clase de personas con las que me relacionaba yo. No encajaba en lo absoluto con ellos.

Cuando Mateo empezó a bailar con Carolina me desanimé totalmente, a pesar de qué me había saludado, parecía que le daba igual el que yo estuviera ahí.

Inevitablemente pensé en todo el día de hoy, mis confesiones, nuestro tiempo compartido y lo íntima que me sentía a él. Pero ahí estaba él, recordándome que para él solo existía aquella rubia, y que yo solo era su amiga.

Siempre te lo dejó claro.

Claro...

Bufé y dejando la pista fui por una copa. Estaba desanimada y estaba segura que eso me iba a subir el ánimo. Pocas veces tomaba pero en serio en este momento lo consideraba necesario. Pedí una segunda copa y sin importarme el ardor en mi garganta me lo pasé derecho. Uno más, solo... uno más.

No era boluda ni ciega, sabía que los pibes de la fiesta me miraban, y era un poco nuevo para mí, si bien al inicio me sentí intimidada, no era algo de relevancia para mí, pues quién quería que me diera bola estaba en la pista bailando con otra chica.

Guau, eso sonó realmente triste.

Creo que no debería tomar más.

—¿Estás sola? —preguntó un pibe a mi lado.

—En lo absoluto —dijo Camilo que no sé de dónde rayos salió.

—¿Sos el novio? —preguntó el pibe a mi lado y yo rodé los ojos tomando una copa más.

¿Qué era eso? Estaba fuerte, la verdad.

—Sí, y vos no deberías tomar más —dijo Camilo sacándome el vaso que tomé en busca de un trago más.

El pibe se fue y Camilo me miró.

—¿Qué hacés tomando? Con ese vestido mínimo deberías ser ya la reina de la pista —dijo y yo sonreí, Cami era tan lindo.

—Está bien. ¿Pero desde cuándo vos y yo somos novios? —dije y él sonrió—. ¿Me perdí la proposición?

—Dale, vení bailemos —dijo riendo antes de arrastrarme a la pista.

Menos inhibida que antes comencé a bailar con Camilo al ritmo de la música.

—Hace calor acá —dije—. Hay mucha gente. ¿O fueron los tragos?

Camilo se pegó un poco más a mí y moví mis caderas con descaro.

—Fua, de haber sabido que bailabas así no te hubiera soltado antes —dijo riéndose.

Una mirada me estaba quemando, busqué el responsable o más bien la responsable, porque se trataba de Carolina, que me miraba absolutamente mal. ¿Y a esa qué le pinta?

Esperen, ¿y Mateo? No estaba a su lado.

Seguro ya está con otra rubia.

—Necesito aire —le dije a Camilo y él asintió.

Mientras iba camino al patio tomé un vaso y vertí todo su contenido en mi boca en un segundo. Luego otro, y... un último.

Sí, así me sentía mejor. Salí al patio y ufff, que bien se sentía el aire fresco de la noche. Me desorienté un poco pero al menos ya no se sentía tan insoportable el calor.

—¿Qué hacés aquí? —preguntó Mateo mirándome.

¿Por qué se mueve así de raro?

—¿Estás borracho? —le dije y Mateo carcajeó—. Uf, no hubieras tomado tanto, eh.

—¿Se me nota tanto? —preguntó.

—Sí, mirá como te movés —critiqué recibiendo una carcajada suya como respuesta—. Y en tu carita linda también se nota. Tenés los ojos rojos...

Mateo asintió y pese a que no estaba muy sobria que digamos, fue imposible no percibir como mordía su labio inferior.

Sacá tus ojos de ahí, Amber. Mirá otro lado.

—Amber...

El llamado de Mateo me hizo reaccionar, tenía mi dedo en su labio. Mis mejillas se calentaron y bufé alejándome, sin embargo, su mano ya estaba en mi muñeca.

—¿Por qué viniste tan hermosa? —preguntó.

Un cosquilleo atravesó mi estómago y sonreí.

—¿Te parece? —pregunté.

Respondió algo pero no le entendí muy bien, perdí la noción del espacio y el tiempo porque de pronto estaba contra una pared con él... muy cerca.

—Mateo...

Su mano estaba en mi cintura y ese toque me hizo vibrar tanto, que sentí que desperté un poco de repente.

—Matu —me corrigió.

Su rostro estaba muy cerca y sus ojos estaban puestos en mi rostro. Mi corazón se aceleró con violencia. ¿Iba a besarme?






2/? Esto continúa<3

¿Cómo les va pareciendo?

Snow ; TRUENONơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ