9. ¿Tú, de Nuevo?

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Pocas horas habían transcurrido desde su llegada a Kamar Taj.

Wanda, con el permiso de Wong, tomó unos cuantos libros de la Biblioteca bajo el pretexto de buscar algo para "contribuir a la causa", y se sentó a leerlos en un aula vacía. Ante esto, Strange se enorgulleció: para él, significaba que ella había estado prestando atención a sus palabras, cuando sostuvieron aquella profunda conversación en esa primera mañana juntos, acerca de la importancia de la búsqueda del conocimiento. Pero estos tomos
no contenían nada que ella no conociera, sin más que con otro nombre y adornado con un florido vocabulario académico.

La ilusión que representaba a Sylvie, por su parte, no había emitido palabra alguna desde que llegaron, y lucía como si se estuviera comportando en piloto automático. Afortunadamente para ella, nadie sospechaba nada, y tenía el poder suficiente como para convencer a todos de que era la auténtica. Sus anfitriones se hallaban, además, tan concentrados en vigilar a Wanda que la ignoraban olímpicamente, como si la Encantadora no fuera para nada relevante.

La bruja, hojeando un par de antiguos volúmenes de Introducción a La Magia del Conocimiento, se sintió bastante frustrada. Había perdido su oportunidad de hacerse con la Vara de Watoomb, y todo por distraerse con una burda experiencia emocional. No obstante, trasladarse a Kamar Taj representaba una oportunidad ideal para escapar. Podría intentarlo, o quizás utilizar algo que pudiera serle útil en aquel lugar...

O a alguien...

En su mente barajó diversas ideas y posibilidades. Aunque por fuera no lo pareciera, dentro de sí misma se hallaba a punto de colapsar, producto de la inmensa desesperación que cargaba.

No obstante, contaba con la enorme ventaja de haberse ganado la confianza de Strange. Había logrado conectar con él, y que éste empatizara con ella y su dolor en general.
Sin mencionar que la latente necesidad de afecto en aquél era un punto débil que la favorecía, y se encargaría de explotarlo. Pero hasta ahora todo eso era inútil, puesto que no consiguió siquiera recuperar el Darkhold... ¿dónde podría estar?

Tampoco había vuelto a soñar con sus hijos. Aún así, sentía que éstos la llamaban a cada momento, podía sentirlo... estaba segura de que pedían por su madre, suplicando a gritos que los salvaran, quién sabe de qué...

—Wanda...— dijo de pronto el hechicero, interrumpiendo sus tórridos pensamientos. Ella volteó retornando a la realidad. De pie y ahora frente a ella, se veía muy acelerado y
nervioso. —Venía a decirte que... ¡te necesito!

—¿Qué...?— exclamó ella, con estupor, levantando una ceja incrédula ante aquello.

—¡Es decir...! — se corrigió con prisa, muy avergonzado, llevándose una mano a su rostro que comenzaba a sudar — ¡Dios! ehh... quiero decir, ¡te necesito afuera! Necesitamos que vengas afuera... por favor. Ya llamé a Sylvie. Tenemos que detener esto, ¡¡ahora!!

La mujer no hizo caso omiso a la petición y lo siguió. Strange, caminando a través del pasillo delante de ella, se sintió estúpido ante tal abochornante acto fallido. Era un hecho: por mucho que se esforzara por evitarlo, la bruja no abandonaba sus ya atormentados pensamientos.

Pero tal divagar no era de importancia en aquel momento.

Al salir, Wanda tuvo que entrecerrar ligeramente los ojos para entender qué es lo que estaba ocurriendo frente a ella. En la azotea del templo, se encontraban reunidos todos los hechiceros junto a sus aprendices. Wong había convocado, incluso, a colegas provenientes desde los santuarios de Londres y Hong Kong a modo de refuerzos. Ni siquiera ella tenía una idea de lo que pasaría.

—¡¿Dónde estaban?! — los recriminó muy exasperado, el superior, al notarlos llegar —. Necesitamos unir fuerzas entre todos. ¡¡Esto no tiene vuelta atrás!!

SABBRA CADABRA - (ScarletStrange)Where stories live. Discover now