CAPÍTULO 4 LA IRA DE LOS DIOSES

169 23 1
                                    

"No podemos comprender los milagros, hasta que nos ocurren. Y cuando finalmente te has dado cuenta, es demasiado tarde. Ya fuiste consumido"

Al llegar al hospital, me encuentro con Dinah. Le cuento todo lo ocurrido y la muy descarada se ríe en mi cara. ¿Pueden creerlo? MI amiga se ríe de mis desgracias. Y en MI cara. Definitivamente no hay amistad sin bullying, como tampoco existe amistad como esta.

Ahora mismo estoy con el viejo antes de irme a casa y continuar con la desesperante búsqueda de trabajo. Tomo su mano cableado y beso su mejilla suavemente, como si temiera romperlo. Mi pobre viejo.

-Ay viejo, he tenido un día de locos...-sonrío triste y empiezo a contarle mi día lleno de acción. Aunque pase dormido debido a la medicina, sé que puede escucharme. Lo sé. -Bueno Charles, ya me voy...-sonrío triste, y trago el nudo en mi garganta.-¿Nos vemos mañana, si? Hoy te quedas con la loca de Cassandra, pobre de ti, viejo. Sabes...me encantaría que nos vieras, apuesto a que no te lo creerías...-digo aguantando las lágrimas estoicamente.-Como dicen viejo, las desgracias unen a las personas. Y es que...ahora somos amigas, ¿quién lo diría, he? Esa metiche endemoniada es una buena mujer papá, elegiste bien. Como siempre. Excepto por mi. Tu problemática hija de ojos hazel...- sorbo mi nariz.-Tienes que despertar viejo, tienes que vernos, te necesitamos. Yo te necesito conmigo...-un sollozo traicionero se me escapa, y rápidamente cubro mi boca con las manos, para luego limpiar las lágrimas de mis ojos. Respiro hondo, y beso su frente.-Te amo papá-es lo último que digo, antes de salir de la habitación con el corazón en un puño. Me despido de la loca de Cassandra, y me voy a casa junto a Chechee, a quien me cuesta convencer de que vaya a su casa.

Me doy un largo, y caliente baño, el cual logra aligerar mis maltrechos músculos. Como necesitaba algo así después de un día como este. Salgo sólo con una toalla envuelta en mi cabeza, y en la habitación, me coloco un bóxer que probablemente sea de Zayn, y una playera del viejo. Sonrío levemente. Charlie odiaba eso. Y es que, misteriosamente, sus remeras desaparecían junto a otra cantidad importante de sudaderas. En mi defensa, su ropa es mucho más cómoda, y sobre las sudaderas, creo que tengo un problema... En la cocina, recaliento lo que Cassie dejó preparado en la nevera. No le presto mucha atención a lo que es, sino que ahora estoy viendo como gira el plato en el microondas una y otra vez, cuando siento mi celular vibrar, haciéndome pegar un brinco. Si, soy algo fácil de sorprender...

Número desconocido

Mi ceño se frunce completamente. Rara vez contestaría un número que no conozco, eso me ha traído problemas en el pasado, pero pensar en que puede ser algo relacionado con el viejo, hace que me aterre completamente y, en un brote de valentía, lo llevo a mi oído.

-¿Si?-digo en un hilo de voz.

-Niña...-abro los ojos como platos, y por poco me caigo del taburete. ¿Cómo consiguió mi número? ¿Debería asustarme?

-¿Anciana arrogante?-pregunto aún confundida, pero recuperando mi tono burlón para con ella.- Que ingrata y desafortunada sorpresa debo decir...-escucho un bufido de su parte, haciéndome sonreír divertida, antes de hablarle seriamente. -¿Se puede saber por qué demonios me estás llamando? ¿No me digas que quieres disculparte con el mundo por ser tan amarga, y decidiste empezar conmigo? Porque si es así, deberías empezar con Joseph, el pobre hombre es...-

-Claro que no niña, ya cállate de una vez, por favor. -ruedo los ojos y saco el plato del microondas, mientras aprieto el teléfono con el hombro.-Tú y yo tenemos algo pendiente, niña...-su jodida voz aterciopelada y demandante comienza a hacerme flaquear. Control Camila, ante todo control. Que ese tempano de hielo no te derrita...-Sabes que me debes la reparación, muñeca...-ruedo los ojos, mientras bufo.

-Y ahí vamos otra vez...con la pena te digo que no se va a poder, simia. Así que deja molestar ya- digo molesta y algo preocupada por su llamada. Simia acosadora.

-Ya veremos muñeca, ya veremos. Dulces sueños, niña. Te veré pronto.-asegura antes de colgar de pronto, dejándome con un mal presentimiento. No sé si fue una promesa, o una amenaza, pero uff, esa voz me mata...jodida anciana cascarrabias, guapa como los dioses, y con el carácter del diablo. Me quedo mirando el celular con cara de idiota.

Cada quien mira como puede...

Continuo preguntándome, ¿cómo pudo haber conseguido mi número? Como dije, es una completa idiota acosadora. Espero no verla, de verdad, es lo que menos necesito en este momento.

En fin, mañana va a ser un largo día. Suerte para mí. Que el santo pomelo nunca me desampare.

A la mañana siguiente, en donde el sueño de la protagonista se verá interrumpido por un...¿¡¡qué demonios!!? Averígüenlo ustedes, ¡flojos!

Estaba en mi quinto sueño, a punto de descubrir quién mató al presidente ruso, sólo quedaban dos sospechosos, su mujer o su hermano, cuando mi estúpido celular suena, dejando inconclusa la escena del crimen y, por lo tanto, despertándome. Intento alcanzarlo dando manotazos por toda la cama.

¡Bingo!

-¿Quién es y qué quiere? -pregunto adormilada, sin abrir los ojos del todo.

-Buenos días, ¿es usted Camila Hazel Cabello? -asiento como si me pudieran ver. Que idiota soy por las mañanas. ¿Sólo por las mañanas?

-Ella habla. ¿Quién eres, y por qué me llamas? -pregunto restregando mi rostro, intentando despertarme del todo.

-Llamo de Empresas Jauregui para informarle que tiene el puesto, la estamos esperando, señorita Cabello-¿qué puesto? ¿Qué cosa? Porque yo salí de ahí en el peor de los términos. Con decirles que golpee al entrevistador.

-Debe ser un error, señorita...-digo acomodándome mejor en la cama, y abriendo los ojos finalmente.

-No lo es. La esperamos aquí en una hora, no llegue tarde, la jefa odia eso y no dudará en buscar a alguien más, adiós...-y cuelga.

Me quedo en trance unos segundos, asimilando esa extraña charla. Que extraño...pero, por otro lado, ¡¡¡TENGO EL EMPLEO!!! Luego de un baile de la victoria accidentado, ya que las frazadas me hicieron terminar en el suelo, me preparo lo más rápido que puedo. Baño, agua, arreglo cabello, bragas por aquí, faldas por allá, maquillaje y ¡listo! Afortunadamente un taxi pasaba cerca y, luego de darle la dirección, aquí me encuentro otra vez. Si ese cerdo vuelve a acercarse a mí, lo castro. Fin del comunicado.

En recepción, todos me desean suerte, ¿tan mala es la jefa? Ojalá que no, o nos llevaremos fatal. Mira que puedo ser un amor de persona, pero si me llevan a mala uff, también puedo ser el diablo... Suspiro de forma un tanto exagerada, para luego golpear la puerta suavemente, o bueno, no tan suave.

-Adelante-pero que voz tan firme y autoritaria. Me cuadro de hombros, y decido entrar. Me sorprendo. Es una bonita oficina, correcta y seria. La jefa está de espaldas, supongo que está leyendo mi currículum, supongo, salvo que esté, muerta...

<<Pero que tonterías dices>>

<<Cállate Karla, estoy nerviosa>>

-Camila Hazel Cabello, es un verdadero placer verla otra vez, niña. Espero y me recuerde...-mierda, esa voz. Por favor que no sea ella, por favor no, por favor. Se gira lentamente en su silla, y me observa con burla.

¡Por los santos clavos de Cristo! Dios, el destino, el santo pomelo, Alá, Mahoma, el unicornio verde, la santa amapola, o alguna otra fuerza sobrenatural, planean reunirme con esta...mujer. ¿Acaso tanto me odian?

Hazel (Camren)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant