Secretos (Trilogía Amor Oscuro: Libro I)

Capítulo 39

—Soy la única familia que tiene.

— ¿Por?

—Su madre falleció hace poco y su hermana se mudó con su padre.

—Y ella no se mudó con su padre porque...

—Porque no conoció nunca a su padre.

—Comprendo.

—Como vera necesito que se logre reportar su desaparición.

—Una pregunta muy importante. —Asiento—La joven es ¿menor de edad?

—No por supuesto que no ya tiene desnieve años.

— ¿En dónde vivía? —estoy a punto de decirle la verdad pero mejor opto por una pequeña mentira.

—Se había quedado en mi casa unos días. —Se queda callado por unos segundos que para mí son eternos—De hecho ella dormía junto conmigo y yo le tenía que prestar algo de ropa para que no fuera a su casa. —Dios me perdone.

— ¿Exactamente cuándo fue la última vez que la vio?

—Lunes. —la mentira no es tan grande ya que desde ese día su número esta fuera de servicio.

— ¿A qué hora desapareció?

—Por la tarde como eso de las tres y media salió de casa. —Dios espero que en verdad me perdone Dios.

— ¿De casualidad no le dijo a donde se dirigía?

—A su casa para recoger algunas cosas.

—Y supongo que desde que salió de su casa no la volvió a ver.

—Así es.

—De acuerdo. —escribe de nuevamente—Una vez dicho su declaración, empezaríamos con la búsqueda lo más pronto posible.

—Por favor.

—Está bien señorita, haremos todo lo posible para encontrarla.

—De acuerdo.

—Ahora si me disculpa contactaré algunos elementos para poder iniciar la búsqueda lo más rápido posible.

—Muchas gracias.

—————

—Ya llegue nana. —grito al cerrar la puerta detrás de mí y ver salir a Sandra de la cocina.

—Mi niña porque has venido antes de lo normal. —me abraza muy fuerte.

—Es que tuve que saltar el día de clases nana.

— ¿Y eso porque mi niña? —pregunta antes de soltarme.

—Es tuve que ir a la estación de policía.

— ¿Para qué mi niña?

—Megan...desapareció.

— ¡Dios santo! —Exclama con horror— ¿Cómo puede ser eso posible?

—No lo sé nana lo único que sé es que espero que aparezca.

—Así será mi niña.

—Mientras todo da inicio necesito que hagas algo por mí—le pido con mucha cautela—Si algún agente o investigador venga, necesito que le digas que Megan ha estado aquí desde el día sábado y que el lunes salió por la tarde y no volvió.

—Mi niña eso sería como mentirle a la policía.

—No importa nana lo único que me importa es que empiecen a buscarla. —le suplico—Por favor nana prométeme que lo harás por favor o de lo contrario nunca podrán buscarla y nunca más sabré de ella, por favor....

—Está bien mi niña. —Acepta—Lo haré lo prometo.

—Gracias nana sin duda alguna eres la mejor.

—De nada mi niña...

———

Horas más tardes

Por-AM

— ¿Bueno?

—Te tengo noticias.

—Dimelas.

—La han reportado como desaparecida.

— ¿Qué? —casi grito al escucharlo.

—Su amiga ha venido a reportar su desaparecimiento y no sé pero por algún momento creí que tú la tenías pero al parecer no es así por la el sonido de sorpresa en tu voz.

— ¿Desde cuándo?

—Lunes.

—A la mierda cómo es posible que eso haya pasado pedazo de mierda. —Grito—Para eso te pago ¡Eh! Para que no hagas nada, para que me seas un estúpido bueno para nada que no pudo ni siquiera vigilarla.

—Mira...

—Nada imbécil. —siento que todo se cae—No sé cómo lo harás pero la tienes que encontrar o de lo contrario tu estarás en mi lista y sabes muy bien que no me gusta que me fallen.

La ansiedad me carcome al no saber nada de mi mariposa, como es posible que haya desaparecido....