—Entiendo.

—Es por eso que necesito que te pongas hermosa para presentarte ante su hijo.

— ¿Qué quieres decir con eso madre? —al parecer tiene algo en mente.

—Seamos honestas Megan. —Me toma de los hombros—Ambas sabemos que tú eres la más bonita.

— ¿Y?

—Que tú tienes la oportunidad de él se fije en ti y puedas tener una vida llena de comodidades.

— ¿Perdón?

—Tú tienes que cautivar a su hijo para que te quedes con todo.

—A ver madre te estas escuchando.

—Así es y es por el bien de todos que te lo estoy explicando.

—Pero porque me estas pidiendo todo esto cuando tu estas saliendo con su padre, pensé que lo hacías por amor.

—Ay por favor Megan. —Deja de sonreirá—Quitemos las máscaras y hablemos claro. —No digo nada—Si salgo con Mitchell es para tener la vida que nos merecemos pero nada me asegura de que Mitchell se llegue a cansar de mí y pase de mi para irse con cualquiera, es más me podría tirar a la calle cuando a él le plazca. —Ahora lo entiendo todo—En cambio tu hija mía tienes todo para ganarte el corazón de su tonto hijo.

— ¿Me está pidiendo que trate de seducir a su hijo?

—No es seducir. —Niega—Yo lo llamaría enamorar.

— ¿Porque quieres que haga algo tan bajo como eso? —pregunto.

—Para que puedas asegurar tu futuro querida hija.

— ¿Cómo?

—Tú no tienes padre. —Auch—Estoy cien por ciento segura que si a mí me llegara a pasar algo el padre de Alis no dudaría en sacarte a patadas de esta casa y tú te quedaras en la calle. —mi vista comienza a empañarse—Es por eso que tú tienes que quedarte con su hijo para que puedas tener todas las comodidades.

—Pero no quiero nada de eso.

—Entonces quieres la calle no es así.

—Yo no puedo estar con alguien más madre. —Le hago saber—Hice un promesa.

—Por favor. —Ríe—Un tonto amor de infancia jamás te dará todo lo que necesitas. —No digo nada—Tienes que hacer lo que te estoy pidiendo.

—Pero mama...

—Sin peros Megan. —me una lagrima sale de mi ojo derecho—Solo una cosa te estoy pidiendo y no puedo creer que no lo quieras hacer ni porque se tratara de tu futuro.

—Pero aun soy menor.

— ¡Ay por favor! —Exclama—Tienes doce años y ya eres muy hermosa lo que significa que con el tiempo te volverás más hermosa de lo que ya eres.

—Pero...

—Ahora vete a duchar para que puedas arreglarte con tiempo antes de que ellos vengan.

—Al menos puedo saber su edad. —pido entre las lágrimas.

—Todo lo que tienes que saber es que tiene quince.

—Es mucho mayor que yo madre.

—Que son solo tres años de diferencia y deja de estar perdiendo el tiempo que se hace tarde. —exige.

—De acuerdo mamá.

—No sabes cómo me alegro de que me obedezcas. —asiento antes de subir las escaleras de nuevamente hacia mi habitación.

———

Al salir de la ducha me quedo en silencio al ver un vestido de color blanco tendido sobre mi cama junto con unos zapatillas de color negras que no estaba antes de que entrara a la ducha, lo observo detenidamente para revisar si es de mi talla y si es de mi talla y por un instante me doy cuenta de los arreglos que adornan al vestido y es que en cada hombro tiene una moña de color negro mientras que en la cintura lo decora una franja de color negro con tres flores en el centro mientras que al final el ruedo también de color negro, al parecer mi madre definitivamente desea que impresione esta noche.

A pesar de que le recordé mi edad a mi madre tal parece que no le importa con tal de conseguir lo que quiere...

Una vez ya puesto me veo al espejo de cuerpo entero para ver que tal me veo con esto puesto por un segundo creí que me quedaría de la patada pero no es así ya que me queda normal.

—Madre...—la llamo—Me puedes peinar mi cabello. —vuelvo a gritar para que me escuche pero no espero tanto ya que ella aparece inmediatamente, va vestida con un vestido de color azul y el cabello lo lleva recogido en forma de una rosa.

—Mira que preciosa te ves cariño mío. —sonrió al escuchar esa palabra de ella "Cariño" muy pocas veces me llama de esa manera y cuando lo hace significa que está muy feliz conmigo. —Sin duda alguna eres la niña más bonita del mundo.

—Gracias mamá.

—Bueno ahora solo falta que arreglarte el cabello para que puedas estar espectacularmente bella esta noche. —Me sella la silla que tengo frente a mi escritorio en donde se encuentra mi espejo favorito—Vamos a dejarte más hermosa de lo que ya estas. —Me siento frente al espejo—Creo que sería buena idea que te alisara el cabello para poder dejártelo suelto.

—Está bien mamá.

—Bien entonces es hora de comenzar...

20 minutos después.

—Pero que linda quedo mi niña. —le dice mi madre a mi reflejo—No cabe duda alguna de que naciste para tener todo en la vida.

— ¿Tu lo crees madre?

—Por supuesto tesoro, eres la niña más bonita del mundo y cualquiera que no se fije en ti es porque es un tonto. —Aclara apagando la plancha para pelo—Aunque dudo mucho que alguien no se fije en ti. —Sonríe pero esa sonrisa desparece al escuchar el timbre de la casa—Ya están aquí. —Advierte antes de dirigirse a la puerta—Tu quédate aquí que en cuanto yo te llame tú tienes que bajar estás de acuerdo.

—Si mama como digas.

—Esa es mi niña.

Me una última sonrisa antes de salir por la puerta, durante el tiempo que espero me permito sacar mi peineta favorita del gaveta de mi escritorio, la observo durante un rato antes de escuchar la voz de mi madre.

—Megan, Alis bajen a saludar.

Tomo aire antes de volver a meter la peineta en su lugar, al salir me aseguro de cerrar bien la puerta con llave por si acaso y de ahí inicio mi recorrido hacia las escaleras en donde comienzo a bajar las escaleras lentamente con los nervios a flote.

Al llegar al final de las escaleras me quedo congelada al ver al chico que está parado al lado de su padre, es más alto que yo ni siquiera aparenta tener dieciséis años, justo cuando creo que todo está muy mal sus ojos giran hacia mí y por unos instantes nos quedamos viendo no sé qué es lo que está viendo en mi pero estoy cien por ciento seguro de que yo no estoy viendo nada en él, es ahí cuando la voz de mi madre rompe el momento.

—Ella es Megan mi hija mayor. —lo veo acercarse para tenderme la mano la cual yo tomo para estrecharla.

—Es un gusto conocerte Megan. —No digo nada—Mi nombre es Liam....

Secretos (Trilogía Amor Oscuro: Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora