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L. MINHO


la cena programada con mis padres fue algo que emocionó a los niños, me dijeron todo lo que iban a llevar para enseñarle a sus abuelos, entre ellos se estúpido camión de bomberos de juguete al que llamaron "franco". tal vez en su inocencia creían que iba a ser el mejor día del mundo, pero no, no iba a serlo. yo no sabía que iba a pasar con mi matrimonio y con mis hijos, eso de vivir divorciado no creía que fuera una buena opción. aquí que decidí hacer lo que siempre hacía, salvar mi matrimonio de la manera más extrema y extraña posible. 

decidí hacer una cena con toda mi familia, solo mis hijos y mi esposo, era una buena opción ¿no? pero con eso de tener tres hijos pequeños que les gusta correr por todos lados no me era tan fácil salir, además de que yo ya no tenía dieciséis como para correr también por todos lados así que me puse un canguro para cargar ahí a manse por ser el más joven, a minguk lo puse en el carrito de compras y daehan lo colgué detrás de mi espalda con otro canguro. 

lo sé, debería ir a las olimpiadas. 

mis piernas dolieron cuando llegamos a casa, tenía a minguk en brazos mientras sostenía con una mano a daehan que a su vez agarraba de la mano a manse, además de tener un montón de bolsas de compras. 

—papá este libro está en un idioma que no entiendo —para empezar, bueno saben que soy un gran chico, pero hasta los grandes chefs necesitan ayuda de libros de cocina con portadas de mujeres mayores en bonitos delantales y cocinas mejores que la mía. 

—¿de qué hablas? —les quite el libro a mis hijos, de hecho, estaba en inglés. mala suerte para todos nosotros porque el que sabía más inglés de nosotros cuatro era daehan—. mmm, haber cielo ¿qué dice? —dae miró las líneas entrecerrando los ojos. 

—no sé leer. 

—interesante detalle —me senté en un banco de la isla de la cocina mirando el libro por mí mismo, intentando recordar las clases con mi estúpido tutor inglés de cuando yo tenía nueve años, mientras mis hijos también veían el libro alrededor mío. 

—nosotros no sabemos leer, pero vemos los dibujos, papá channie sabe leer muy bien —dijo manse. 

—creo que puedo hacer eso —ver solo las imágenes, los niños se fascinaban con cada imagen de comida que aparece, es decir, yo nunca podría hacer platillos que lucieran así, la comida se veía brillante y apetitosa, mi comida lucía dura y oscura como un carbón. 

—haz ese pastel. 

—no, mejor que haga ese pescado feliz. 

—está muerto, hijo. 

—pero se ve feliz. 

al final hice lo más fácil que encontré, pasta, incluso los idiotas pueden hacer una pasta, bueno, todos menos yo, quedó viscosa pero los niños lo compararon con un monstruo de algún programa infantil que veían, así que dijeron que comerían gustosos si le pone cara con algo de algas. 

vestí a los niños lo mejor que pude, los peiné y hasta por una vez no se quitaron los zapatos como siempre. yo me vestí y arreglé lo mejor que pude, encontré el mejor atuendo posible. 

paso una hora, dos horas, tres horas. christopher nunca llegó.

—es un idiota —miré mi celular con desesperación. cuando miré a mis hijos viendo televisión ya cayendo en los brazos de morfeo—. no va a llegar su padre, ¿quieren ir a dormir? 

—papá ha de estar cerca —minguk bosteza al mismo tiempo que sus hermanos a su lado se iban de lado en el sofá quedándose dormidos—. podemos espe... —y se quedó dormido.

𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora