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B. CHRISTOPHER

los terribles juegos sexuales de mi esposo no terminaron, después de mostrarme que literal había comprado una tienda entera de disfraces de ese estilo, parecía haberse rendido y entendido que yo no quería tener sexo de esa forma.

pero sería un milagro que lee entendiera algo así de fácil, mi pequeña bola de cabello teñido es tan terco que cuando se le mete una idea a la cabeza ya no hay forma de sacarla, ni arrancándole la cabeza.

estaba durmiendo plácidamente hasta que sentí tremendo azote en mi trasero, pero no hablo de una tierna nalgada o algo así, no, me refiero a un golpe como si estuviéramos en la era de las torturas de la edad media.

me desperté gritando y encontrándome con mi esposo vestido de cura frente a mí, mientras tenía en las manos un gigantesco látigo de cuero, su rostro serio me indica que esta vez no iba a poder escaparme

—¿ya entendiste? —honnie debería estar en el libro de récords mundiales como la persona más terca y loca del mundo.

—¿ahora qué carajos pretendes? —recibí otro golpe y no pude evitar quejarme—. ¡MINHO!

—pecador, no puedes decir esas palabras del demonio —acariciaba ese látigo con mucha tranquilidad, y es que desde hace dos días se había dado a la tarea de que íbamos a tener sexo en nuestra luna de miel y no estaba a discusión, minho tenía un montón de trucos bajo la manga.

—¡minho!

—tendré que castigarte —su rostro era de completa serenidad, estaba muy metido en su papel. eso no podía estar pasando, no a mí que siempre había llevado una vida tan normal—. ponte de rodillas y dime tus pecados —obedecí por miedo a otro golpe y fue ahí donde estaba cayendo en sus juegos pervertidos.

—dime tus pecados —junto sus manos, eso definitivamente estaba siendo lo más extraño que había vivido en mis veintitantos años, ni siquiera cuando había descubierto a mis padres en plena acción; había sido tan vergonzoso, traumante e incómodo.

—me casé con un loco.

—¡christopher! ¿cómo puedes ser un grosero ante una figura de la iglesia? te voy a azotar el trasero hasta que aprendas o te quedes sin trasero, lo que suceda primero —gritó ofendido, pero le tomó dos segundos volver a su papel inicial, tomó el borde de su disfraz antes de empezar a hablar—. tendrás que pagar tus pecados, uno a uno.

—¡eso no tiene sentido!

—¡intento darle un giro a la historia para que tengas que chupármela! —en ese momento fue cuando el chico del servicio a cuarto entró y nos vio en esa extraña escena. el pobre apenas se le ocurrió algo para salir huyendo y dejarnos ahí a los dos, completamente estáticos.

definitivamente esa era una anécdota que yo no iba a contarle a mis hijos.

—esto no está funcionando, amor —le dije, minho parecía saberlo mejor que nadie, pero se estaba esforzando de más, como siempre. así que al final solo se sentó en el borde de la cama con un semblante de lo más deprimente.

—¿no me deseas, channie? cualquier hombre ya hubiera hecho eso con su pareja en su luna de miel —jugó con sus dedos—. sé que soy insoportable, infantil y hasta molesto, pero tú habías dicho que yo te gustaba...

en ese momento mi subconsciente discutía consigo mismo.

"por una mierda, bang, el niño está como quiere el desgraciado, solo hay que hacerlo, nadie sale perdiendo."

𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.Where stories live. Discover now