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B.  CHRISTOPHER

el tema del bebé era algo que ya no habíamos hablado directamente, seguimos con ello, pero no era lo fundamental en esos momentos. 

¿les puedo resumir los nueve meses más raros de mi vida en pocas palabras? supongo que, si han logrado resumir miles de años de evolución, yo también puedo. 

para empezar, volvamos a antes de todo lo que sucedió, minho dejaba aun sus muestras de pipi por toda la casa y sí, no se daba por vencido él solo. cuando sacaba la basura solo sacaba pruebas de embarazo negativas, los vecinos empezaban a verme raro ¿saben? era el raro de las pruebas de embarazo. 

una noche mientras estaba durmiendo plácidamente y soñaba que mi esposo era normal, minho se subió a mi regazo y me dio un puñetazo en la cara, cosa que obviamente me hizo despertar completamente paranoico. 

—¡christopher! —gritó alterándome los nervios una vez más. 

—¡¿nos están robando?! —grité yo, pero honnie negó casi sin aire. 

— ojalá, algo mejor que eso. 

—¿por fin vas a dejar de golpearme? —acaricié mi rostro obviamente adolorido. 

—¡salió positivo! 

—¿eh?, ¿qué cosa? 

—¡la prueba, idiota! 

— ¡ya deja de decirme...! ¿en serio? —minhonnie entonces me mostró su prueba y en efecto, ese pequeño artefacto nos indicaba que pronto no seríamos un pez, un perro y nosotros dos, sino que vendría un pequeño o pequeña a la familia. 

ambos gritamos completamente emocionados como si nos hubiéramos sacado la lotería, no podía creerlo y solo me dediqué a abrazar la espalda de minho mientras me susurraba un montón de cosas que sentía, incluso lloró un poco, pero no me pareció un llanto grotesco está vez, incluso me atrevo a decir que se veía lindo. 

¿cómo me explico? fue la sensación más hermosa que un hombre puede vivir, me sentí muy agradecido con la vida misma al darme esa oportunidad de criar una pequeña vida más, dejar herencia y traer al mundo una buena persona.

los padres de min y los míos no podían caber en su felicidad, me llamaron todo un campeón y hasta minho había hecho malos chistes sobre mi entrepierna y para reconfirmar las buenas noticias fuimos a un hospital, todo estaba en orden. 

—mire joven lee, su bebé en estos momentos es tan pequeño que tiene seguramente el tamaño de una pelotita —explica el médico—. ahora yo sé que es incómodo, pero necesito que sea muy cuidadoso. 

poco a poco esto se torna interesante. 

minho era como un niño pequeño, creí que apenas el tiempo empezara a correr, iba a ser como estar con una chica en plena pubertad en "esos días". pero no fue así (al menos al principio). 

—¿no tienes antojos? —minnie negó haciendo un mohín con los labios aun hojeando la revista de bebés—. ¿seguro? ¿nada? vaya, eres el embarazo más aburrido que he conocido. 

—pues apenas llevo un mes, chris —pasó la página sin mirarme. 

—creí que esto sería más interesante, jeongin comía esos gigantes cócteles de fruta con cátsup como loco —entonces por fin bajo la revista. 

—¿sabes qué? tengo un antojo —mis ojos se iluminaron de momento, estoy casi seguro—. ve a buscarme una moneda de oro del tamaño de tu cabeza. 

—ja ja, muy gracioso, eres un idiota —lo golpeé con un cojín del sofá y solo rio un poco para entonces tomarlo y subirse sobre mío para intentar cubrir mi cara con el cojín. 

𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.Where stories live. Discover now