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B. CHRISTOPHER

no me pregunten qué estaba haciendo porque a ciencia cierta, ni siquiera yo lo sabría explicar.

cuando minho se había ido de la habitación diciendo esas palabras, me quedé un buen rato con la idea de que no me importaba, que no era problema mío, que ya se le pasaría y quién sabe cuántas cosas más...

no era la primera vez que me hacía un show así entonces no estaba demasiado preocupado por ello, me puse a leer y hasta fui a buscar donde estaban algunas cosas para pasar el rato, y justo a las once me dirigí a la habitación de nuevo, por si minho habría regresado y arreglar eso, pero vaya sorpresa, no había nada, parecía que su maldito berrinche estaba durando más de lo que mi paciencia podía soportar, así que sin más caminé, empecé a buscarlo por todo el crucero. conocía a chicos del mismo estilo que mi esposo, mimados y muy poco listos, me estaba costando mucho eso de llevarnos bien, en serio que le quería, pero no era amor, pero también tenía una extraña mezcla de que era mío, solo mío ¿entienden? ¿no? bueno ni yo estoy entendiendo.

pasé casi una hora deambulando de arriba a abajo buscando al dichoso mocoso que nada más no hallaba, hasta que entré al bar y pude verlo, fue como si algo se quema dentro de mí, como si todo explotara, perdí un tornillo, eso es lo que puedo decir, me sentí completamente molesto con lee minho, pero era un tipo de enojo que yo no conocía, era molesto y me dolía bastante. un sujeto acariciaba su muslo ya demasiado cerca de su entrepierna, pero mi esposo ni siquiera parecía estar en sus cinco sentidos, sus ojos adormilados y hasta la manera lenta en cómo se movía me indicaba una sola cosa... estaba ebrio.

caminé entre las personas, incluso empuje a alguna que otra, pero no me importó demasiado, solo necesitaba llevarme a mi mocoso de ahí. estaba cabreado a más no poder, deberían entenderme, así que ahí fue cuando descubrí lo que estaba sintiendo.

celos.

no había otra explicación lógica que no fuera esa así que llegue a esa conclusión. 

y ahí estaba en esa situación. 

honnie tenía la cara llena de lágrimas y mocos, sí... bastantes mocos. empezó a balbucear un montón de cosas que yo no entendí ni un poco pero igual escuché cada cosa que salía de sus labios, hasta miraba con atención sus exagerados movimientos pareciendo que estaba teniendo una convulsión o algo así.

—channie, lo siento —definitivamente ese chico tenía más alcohol en el cuerpo que sangre—. no quiero que pienses mal, solo estábamos hablando y sé que tampoco puedo justificarme con eso porque pasó lo mismo con seulgi pero... —y explotó, empezó a sorber la nariz mientras empezaba a temblar—. ¿por qué no me quieres? ¡yo te quiero! —sentí algo quebrarse en mi interior así que cedí, iba a dar todo de mi para poder tenerlo para siempre. iba a dar todo el cariño que pudiera a ese chico, cada segundo a partir de ese momento iba a ser dedicado a él y solamente a él.

iba a cambiar mi vida, mis ideas y todas mis metas solo para que él pudiera ser feliz a mi lado, e iba a esforzarme lo doble para que yo también lo fuera.

el matrimonio siempre había sido una idea aterradora para mí, y más cuando simplemente el día de mi boda llegué al altar y ahí mismo me habían presentado formalmente con quien iba a pasar el resto de mi vida. pero ahora vaya que quería esa vida. 

estaba tan claro y yo siempre había sido algo lento para entender las cosas, por una vez iba a hacer todo bien.

yo tenía en mis manos la capacidad para hacer feliz a alguien bastante especial, y si todos los consejos de hyunjin no servían entonces iba a quedarme ahí hasta que pudiera sentir algo.

𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora