06

1.3K 158 109
                                    


B. CHRISTOPHER

—te debo muchas cosas minho, bastantes —eso fue lo que le dije a mi pequeño esposo que solo usaba su traje de baño y una toalla sobre sus hombros, su cabello escurriendo y con sus ojos que parecían los de un gatito curioso—. haré algo por ti, como esta nueva fase de nuestro matrimonio —resultó que, si abría un poco mejor mi mente y mi corazón, honnie resultaba ser un chico bastante dulce y lindo, hasta sus comentarios resultaban bastante graciosos. tenía que darle algo bastante bueno para él, después de tanto daño que recibió de mi parte, era lo mínimo.

así que, hablando con su padre, salió el tema de una nueva instalación en su crucero, así que lo lleve al auditorio que apenas el padre de lee había puesto en el crucero, tenía una impresionante cúpula encima que estaba formada por una mándala hecha de vidrio de colores.

los asientos de terciopelo rojo le daban un toque elegante y ese gran escenario al fondo era el tipo de escenario que tenía en mente para mi plan.

—¡oh genial! ¿vamos a tener sexo en el escenario? no soy fan del exhibicionismo, pero está bien, aquí vamos —tiró su toalla al suelo mientras levantaba sus brazos con un notorio entusiasmo—. soy todo tuyo, oppa —actuaba como una colegiala en ese momento, incluso fingiendo su inexistente timidez.

siempre tan precipitado.

—¿qué? agh no, no vamos a hacer eso aquí —mientras me agachaba para recoger su toalla me dio una patada en el estómago. casi sentí como mis intestinos se movían, para ser tan delicadito tenía una gran fuerza.

—¡ya me estas hartando, bang! —admito que me siento intimidado, caí de rodillas al piso alfombrado cuando él por su cuenta se ponía su toalla de nuevo sobre sus hombros desnudos—. rápido, haz lo que sea que vayas a hacer —gruñó y se cruzó de brazos, vaya mocoso mimado.

—tienes la fuerza de un caballo, ven —cuando pude reparar el aire que había perdido, le tomé la mano y aunque iba haciendo berrinche, caminamos hasta el escenario donde sus pies mojados hacen un gracioso sonido que inundaba todo el lugar.

cuando nos detuvimos aun sentía su rodilla estrellándose en mi estómago, pero me erguí lo mejor que pude, tomé aire y aunque me estaba mirando bastante mal y parecía que de la nada iba a sacar una navaja de su entrepierna o yo qué sé, sonreí confiado de que iba a poder cambiar esa fea expresión en su rostro.

—lee minho.

—¿qué? —dijo entre dientes.

—sé que nos unimos de manera poco convencional, nuestro matrimonio forzado no nos permite acercarnos como debió de ser, ahora que hemos estado juntos un tiempo creo que he llegado a... bueno... tomarte cierto afecto —bastó eso para que su semblante volviera a ser brillante como el que le conocía—. sabes que te quiero, te quiero tanto —besé su frente y sentí un pequeño salto que dio por la impresión, así que solo le abracé—. tampoco te pedí matrimonio, solo llegamos a la ceremonia y fue todo.

—sí, nunca me diste un anillo de compromiso —me abrazó y no me importó que su cuerpo estuviera mojado y frío, para mí era un milagro poder tenerlo así y poder sentir todo eso por él—. ¿qué tiene que ver eso? yo estoy bien con eso, no debes...

—mi madre me dio un anillo cuando mi compromiso se confirmó —cuando saqué una cajita negra del bolsillo de mi bermuda, minho casi sufre un infarto, pero en vez de ser el momento romántico que yo esperaba, empezó a gritar como si estuviera en un concierto de su banda favorita.

incluso saltó en su lugar, agitaba sus manos y parecía que iba a empezar a hiperventilar, pero yo no podía solo reírme de él y ya, así que dando mi mejor esfuerzo, seguí con mi idea inicial.

𔓕 crónicas de un espantoso esposo, minchan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora