▌ ׄ⭒🌊.⋆¸💧ˊ 𝐄𝐋𝐘𝐒𝐈𝐀𝐍 . . .
⠀⠀ ⠀ ────── se dice que las sirenas
tienen su encanto. ella es
simplemente, la definición de
pacífica, y por sobre todo,
perfecta. ──── ❜
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ALESSIA CREÍA QUE TODO SERÍA FÁCIL, encontrar a Mal, divagar por la isla en busca de su paradero, pero por favor, estar en la isla no era nada como si fuera parte de un cuento de hadas. Quizás si, pero definitivamente no era la parte bonita.
Luego de separarse de Clarissa, había comenzado su camino en dirección a la costa. Su instinto la había llevado hasta allí, pero luego de caminar un buen rato, volvió a caer en cuenta de que aquella era una isla, el agua rodeaba toda su circunferencia, ella podría estar llendo a literalmente, cualquier dirección. Se sintió frustrada por estar en aquella situación, ella solo quería ir a casa.
Con cada paso que daba, miles de miradas se posaban en ella de vez en cuando. Quizás era su forma de caminar, o quizás la habían reconocido, Alessia no tenía como saberlo. Pero definitivamente no le gustaba la atención que estaba recibiendo. Por un instante pensó en pedirle a alguien la dirección de Mal, pero bien sabía que aquello era quizás un poco arriesgado. Estaba en la isla de los perdidos después de todo. Vaya que su nombre le hacía sentido.
Mientras caminaba por las calles de la isla con tiendas y personas alrededor, Alessia no podía evitar mirar el lugar con sus grandes ojos asustados. Se abrazó a si misma al sentir una brisa helada.
－Miren a quién tenemos aquí.－una voz para nada agradable apareció justo a un lado de la pelirroja, Alessia detuvo su andar.－¿Le interesaría comprar una de mis tantas joyas preciosas? Solían ser de los que ahora son grandes reyes y reinas.
A Alessia le produjo curiosidad, y se giró a mirarlo. Se trataba de un hombre canoso con un gran abrigo plagado en joyas. El hombre sonría abiertamente mientras mostraba las joyas. Alessia se acercó.
－Son bonitas.－murmuró mirando las diversas joyas de diversos colores. Se preguntó como artículos como esos se podrían encontrar en la isla, estaba segura de que se parecían mucho a las que usaban los padres de sus amigos.
