Capítulo 38: Conociendo a las Singer

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Al día siguiente, Paula estaba preparándose para el anuncio de su compromiso. Mientras sus doncellas le ayudaban a vestirse, otras doncellas estaban recogiendo todas sus cosas para llevarlas a su nueva habitación.

La morena no pudo evitar pensar en la de cosas que había vivido en aquella habitación, allí fue donde sintió tantísimas cosas, desde tristeza hasta amor, allí fue donde le reveló sus sentimientos a Byron y sentía que cada vez que paseara por el jardín miraría hacia el balcón para no olvidarse nunca de aquellas cuatro paredes en las que vivió casi 6 meses.


- Ya está lista señorita.- dijo Margot sonriente.- ¿Quiere que hagamos pasar al príncipe?

Paula asintió y las doncellas dejaron pasar al rubio que estaba vestido con un elegante traje, sus ojos azules reflejaban una seguridad que provocaba en la chica que sintiera cómo le temblaban las piernas. La morena les echó una mirada a las doncellas indicando que podían marcharse.

En cuanto Byron puso los ojos en la chica, sintió como se le salía el corazón al verla. Llevaba un vestido de mañana azul cielo que según Daphne representaba serenidad, confianza y fidelidad, aunque según Abby era de ese color para que se conjuntara con los ojos de Byron.


- Explícame cómo es que siempre estás tan radiante.- dijo Byron tomando a la chica de la cintura para besarla.

- Eso lo dices porque me ves con buenos ojos.- comentó intranquila poniéndose de puntillas para rodearle con los brazos el cuello.- ¿No estás nervioso?

- Claro que no, estaba nervioso cuando te pedí a ti que te casaras conmigo, ¿por qué lo estaría ahora?

- Porque literalmente, no sólo Illea, sino todo el mundo, está esperando detrás de una puerta para ver con quién sales.

- Pues más razón para no estar nervioso, estoy deseando gritar a los cuatro vientos lo mucho que te quiero.- dijo Byron acariciando la mejilla de la chica con su pulgar.- No tienes porqué preocuparte, prometí no separarme nunca de ti y lo voy a cumplir, en las buenas y en las malas.

La morena le besó apasionadamente haciendo que el rubio se acercase mucho más a ella, pero al darse cuenta que el chico empezaba a quitarse la corbata paró al instante y se separó de él para colocarle bien la corbata.

- Alteza, no querrá romper su promesa, ¿verdad?- preguntó Paula alisando la chaqueta del príncipe.

- Era un secreto.- susurró Byron en el oído de la morena haciendo que se le erizase la piel.- Y nadie se enterará.- dijo atrayéndola.

- Byron Schreave, ¿vas a faltar a tu promesa? Creía que podía confiar en ti.- dijo divertida haciendo que el rubio mirase mal.- Además no es el momento, ni el lugar, así que andando.- terminó de decir dirigiéndose a la puerta con el chico detrás de ella riendo.


Cuando llegaron a las puertas del salón del trono, escucharon un ruido de fondo de mucha gente hablando al otro lado. Paula se puso rígida, porque no le gustaba la idea de que todo el mundo mirara con lupa todos sus movimientos.

- ¿Lista?- dijo Byron tomando el brazo de la chica y pasándolo alrededor de su codo.

- Para nada, tú solo no te sueltes de mi.- comentó Paula nerviosa.

- Nunca.- dijo Byron sonriente dándole un beso en la mejilla.

Cuando el príncipe vio que la chica soltaba una risa ordenó a los guardias que abrieran las puertas. Al entrar la pareja, se encontraron la sala abarrotada de periodistas, que no dejaban de hacer fotos, las chicas de la Selección y la familia real.

Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)Where stories live. Discover now