Capítulo 36: Ya me habías perdido

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Al día siguiente Paula pensó en buscar a Byron. Cuando salió de su habitación se encontró a Silvia.

- Lady Paula, me temo que tengo que darle una noticia que no creo que sea de su agrado.- dijo Silvia seria.

- ¿Qué ocurre?- preguntó Paula curiosa.

- Su padre está fuera del recinto esperando a que le dejen entrar y el rey no va a dar la orden para que entre a menos que usted quiera.

La chica se quedó en blanco, ¿por qué estaba su padre allí? ¿lo sabría Edward? ¿qué querría? Muchas más dudas rondaron por la cabeza de Paula, cuando por fin estaba feliz y tranquila, aparece su padre de nuevo para ponerle su mundo patas arriba.

- ¿Señorita?- preguntó Silvia sacando a Paula de sus pensamientos.- ¿Le digo que se vaya?- preguntó comprensiva.

- No hace falta.- dijo Paula muy seria dejando sorprendida a Silvia.- Que le lleven al jardín, por favor, iré en diez minutos.

Silvia se fue para avisar sobre la decisión de la chica, y Paula se fue de nuevo a su habitación hecha un manojo de nervios, se sentó en su tocador sin nisiquiera poder mirarse al espejo y empezó a cantar la nana que su madre le enseñó para intentar calmarse un poco.


Cuando se tranquilizó, se dirigió al jardín, donde se encontró a su padre esperando sentado en un banco.

John Grant vió a su hija salir de palacio y se sorprendió al verla con un precioso vestido de día y la melena recogida en una trenza, pero lo que más le impactó fue la presencia con la que salió al jardín.


- Me alegro de verte cielo.- dijo John con un tono que Paula no oía en años y eso le hizo sospechar.- Estás preciosa.- terminó de decir levantándose para darle un abrazo.

- John.- dijo Paula simplemente quedándose quieta dando a entender que no quería que le diera un abrazo.- ¿Has venido para criticarme?

- En ningún momento te criticaría, cielo.- dijo sorprendido.

- No me digas eso.


Se quedaron unos segundos sin hablar en los que Paula intentaba mostrarse impasible a cualquier cosa que le dijera.


- Has debido de hacerlo muy bien para llegar hasta aquí.

- Diría que sí.

- ¿Y el afortunado?- preguntó sincero.- Debería conocerlo, ¿dónde está?

- Está ocupado, ¿y para qué necesitas conocerlo?- preguntó dubitativa.

- Es lógico que un padre quiera conocer al chico que le gusta a su hija, además no pude conocerlo porque no me invitaste en su cumpleaños.- dijo un poco molesto.

- Sabes perfectamente por qué no te invité, ibas a ser la comidilla de toda la ciudad ¿recuerdas? Y no me hagas reír, tú no quieres conocer a Byron, a ti eso te da igual, así que, ¿para qué has venido?

- Quería pedirte disculpas por todo lo que te he hecho pasar, he supuesto que estarías más tranquila si venía, para darte mi bendición si te quieres casar con él.- dijo con suficiencia dejando a Paula pasmada.

- No necesito tu bendición para hacer nada, y ¿perdonarte? Yo no era la que estaba furiosa todo el tiempo, no era yo la que se quejaba constantemente de cómo eras. Nunca he estado enfadada, he vivido triste desde que murió mamá y ni siquiera tú que se supone que debías actuar como un padre, hiciste nada para cambiarlo, al contrario, me sentía más triste porque sentía que no solo había perdido a mi madre, sino porque también me había quedado sin padre.

Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)Where stories live. Discover now