Capítulo 15: Ser valiente

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Las Navidades habían pasado en un abrir y cerrar de ojos.

Todas las chicas se encontraban en la Sala de las Mujeres hablando, Paula se sentía cómoda con ellas, a excepción de Brittany que se dedicaba a meterse con todas.


De repente las puertas se abrieron y entraron por ellas la reina y la princesa, al principio las chicas se sorprendieron, ya que nunca antes habían estado con ellas por lo que les resultó extraño.

Silvia entró detrás suya con una cara de pocos amigos, las chicas sabían que cuando Silvia no estaba de buen humor era porque tendrían que pasar una mañana entera aprendiendo protocolo y etiqueta, o si no la historia de Illéa.

Paula solía estar atenta a las explicaciones, pero la forma de explicar de Silvia era un tanto aburrida, por lo que se distraía con facilidad, así que de vez en cuando miraba a la reina y a su hija.


Mientras la reina estaba con papeleo, la princesa haciendo deberes y no parecía que le costase mucho. Cuando la princesa terminó de hacer sus deberes se acercó a su madre y empezaron a hablar mientras que la reina continuaba con su trabajo.

Paula las miraba con cierta nostalgia, siempre le habría gustado tener a su madre para hablar de cualquier cosa de adolescente, pedirle consejo, incluso pelearse con ella. Pero su madre se había ido antes de que todo eso pudiera pasar.


Lo que le sacó de su ensimismamiento fue el sonido sordo de un ladrillo impactando sobre el cristal de un ventanal y el chillido de Olivia. Acto seguido, la princesa y la reina se levantaron de sus asientos como si tuvieran un resorte.


- Señoritas, mantengan la calma, acompañenme por favor- dijo un guardia entrando por la puerta, tenía un semblante serio, tanto que daba miedo.

La reina y la princesa no dudaron ni un segundo y corrieron a la puerta para salir de allí, cosa que las chicas imitaron.


- ¿Qué ha sido eso?- preguntó Susan asustada.

- ¿Qué van a ser idiota? Rebeldes- dijo Brittany con cara de pocos amigos.

- Pero si ya no hay rebeldes, ¿no?- preguntó Elisabeth preocupada.

- No hay rebeldes norteños, pero sureños sí- dijo Paula intentando mantener la calma, lo peor que podía hacer era entrar en pánico- Quieren acabar con la monarquía y tomar el control de toda Illea, no dejan de intentarlo.

Había oído hablar de los rebeldes sureños, de hecho hay un día donde se rememoran a las víctimas de su último ataque en el palacio, el cuál fue el más devastador.


Paula no veía el momento de llegar al refugio real, intentaba seguir el paso de las demás, pero no podía porque el corazón le iba a mil por hora. Amanda quiso quedarse un poco más rezagada con ella, pero se negó en rotundo, no se perdonaría jamás si algo le ocurriera.


Le pareció oír un grito de un niño, por lo que se paró en seco para ver de dónde venía. Vió a un rebelde que intentaba llevarse a un niño que podría tener la edad de Sarah. A Paula le hirvió la sangre y se acercó lo más rápido posible, sin pensar en que hacer, lo único que quería era sacar al niño de ahí.

- ¡Suéltalo!- le chilló Paula pegándole un bofetón al rebelde, ni ella misma sabía que tenía tanta fuerza.


El rebelde soltó al niño, que se escondió apresuradamente detrás de Paula, y la miró con una sonrisa repulsiva.

"Esto no es bueno" pensó Paula, pero intentó estar calmada, si el rebelde la veía débil podría hacerle lo que fuera.

Sacó una pistola y apuntó a Paula.

- Vaya, vaya, pero si es la chica de Clermont, ¿es que a las chicas de allí os gusta morir jóvenes?

El rebelde se refería a la predecesora de Paula, Celeste Newsome, que había muerto en el último ataque.

- A mi no me vas a tocar ni un pelo- dijo Paula muy enfadada.


El rebelde le miró muy mal y antes de que apretara el gatillo, alguien de espaldas a Paula le pegó un tiro en el brazo que sujetaba la pistola y parte de sangre cayó en su vestido.

El niño y Paula soltaron un grito y se dieron la vuelta alarmados, pero Paula se tranquilizó al ver que era un guardia.

- ¡Harry tu madre te dijo que no te movieras de tu sitio y lo primero que haces es salir corriendo!- le chilló enfadado el guardia.

- Es que quería ver lo que pasaba Andrew, tenía curiosidad- dijo el niño empezando a llorar.

- ¡La curiosidad mató al gato, pedazo de... !- dijo aún más enfadado el guardia.

- Bueno no ha pasado nada, así que andando todos a un refugio- dijo Paula para recordarles que no era momento para discutir.

- Señorita le llevaré al refugio y me llevaré al niño a otro sitio- dijo empezando a andar el soldado.

- Ni se te ocurra, el niño se queda en el refugio conmigo, no quiero que esté más tiempo en peligro soldado... Woodwork- terminó diciendo Paula mirando la la placa del chico, no podría ser mucho más mayor que ella.

Se dio cuenta de que había tuteado al soldado.

"Definitivamente te coges muchas confianzas" pensó Paula.

El soldado no se opuso, ya que tenía que llevarla cuanto antes al refugio.


Cuando llegaron se encontró al rey y a la reina abrazados con los mellizos, los cuales parecían muy asustados, por lo que debía de ser la primera vez que vivían una situación así.

Byron se encontraba consolando a las chicas, sobre todo a Brittany, que de repente estaba "muy asustada".

En cuanto la vieron entrar la reina le chilló al niño.

- ¡Harry Leger que te dijo tu madre!- dijo la reina alterada, pero se podía ver que estaba muy preocupada.

El niño corrió a los brazos de la reina, estaba muy asustado, por lo que la reina le abrazó y el rey le acariciaba el pelo.

- ¿Qué ha pasado?- Le preguntó el rey a Paula, la cual se sorprendió ya que era la primera vez que hablaba con el rey.

- Verá Majestad, me había quedado detrás del grupo y oí a Harry gritar, me acerqué para ver qué ocurría, y al ver que un rebelde intentaba llevárselo, le aparté de él- Paula obvió la parte de la bofetada, no quería parecer una bruta delante de los reyes- me apuntó con su pistola y cuando estaba apunto de disparar el soldado Woodwork nos salvó a los dos y nos llevó hasta aquí.

- ¿El hijo de Marlee?- dijo la reina sorprendida.


El niño asintió y mientras la reina y la princesa intentaban consolar al niño, Paula se sentó en el suelo, solo quería descansar, se sentía muy débil y solo quería dormir. Pero cuando estuvo a punto de cerrar los ojos notó que alguien se sentaba a su lado.


- Has sido muy valiente- le dijo Byron.

- No iba a seguir corriendo después de escuchar a Harry gritar, a mi pueden matarme si quieren, pero a un niño que ni siquiera ha hecho nada malo no lo puedo consentir.

- Yo no quiero que te hagan daño- le espetó Byron un poco molesto y Paula se quedó sorprendida con sus palabras- Lo que quiero decir, es que ya has sufrido bastante, no quiero que lo sigas pasando mal, no mientras puedas evitarlo.


Paula se enterneció tanto con sus palabras que le dio un beso en la mejilla rápidamente para que nadie le viera.

Y ambos se quedaron dormidos esperando a que el terror se fuera.

Si te lo contara ya no sería un secreto (La Selección)Where stories live. Discover now