Colección de Ficlets 🔞| CountryHumans

¿Mommy? Mommy [Rusia, USA]

El título es tan estúpido. Me encanta.

Perdón, perdón, perdón, perdón, perdón. Es una mierda que escribí hace un mes y me dió tremenda paja editar JAJAJS—

[Edit again: escrito hace un año JAKSJQW]

ADVERTENCIAS:
Omegaverse,  Joven! Rusia x Adulto!USA. (No menores de edad, solo diferencia de edad) Masturbación, Dub-con, Sexo explícito, ciclos de apareamiento desmedidos, hombres que amamantan, felación, beso negro, posición 69(??)
Jajacuantopornohayacá.
¿Podría considerar esto incesto? No creo.
Jaja, adiós 😫🔫  me voy al maldito infierno. Gracias.
No históricamente exacto

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Ráfagas de viento helado recorrieron la ciudad de Moscú, congelando a los pobladores que corrían con urgencia hacia un lugar cálido, presumiblemente a sus casas o hacia algún establecimiento cercano que estaba sorprendentemente abierto durante un clima tan desagradable. No se sabía con seguridad qué había desencadenado un invierno tan hostil, sin embargo, no fue sorpresa de muchos moscovitas al sentir el frío calar sus huesos hasta la médula. Los duros inviernos en el país eslavo había sido comidilla de la que hablar en europa y, por obvias razones, en su pueblo.

A Estados Unidos no podía importarle ese hecho. Tan solo quería llegar pronto a la gran casa elegante que visualizaba a unas cuantas millas. La nieve se había asentado en las calles y casi le valieron un golpe por cada resbalón del hielo que congelaba las aceras. Estaba molesto, por decir menos. El soviético lo había convocado por medio de una carta arrugada y las letras marcadas en tinta que se borraron con la rapidez con la que fue doblada y entregada. Esto fue un poco insultante; llegar a Rusia no fue tarea fácil, y menos con los barcos indispuestos que alegaban que las frías temperaturas no favorecían al buen tiempo para vacacionar. ¡Ja! Él vacacionando el Rusia. Si tantas ganas tenía de morir de hipotermia, tranquilamente podría haber viajado a Alaska. Pero no. Él estaba en Moscú, caminando como un perro pateado y perdido hacia la casa de un completo idiota.

Algo en esa carta lo hizo reconsiderar ir. El nerviosismo del soviético y la rapidez con la que se le entregó esta carta como si fuese un secreto de gobierno lo instó a ir. Tal vez fue curiosidad, tal vez preocupación; pero el pedido de ayuda urgente lo estremeció peor que cualquier ráfaga de viento.

Cuando llegó a la casa lúgubre, sus manos enguantadas tocaron fuertemente las puertas altas y gritó enfurecido:

—¡Soviético! ¡Estoy aquí! ¡Abre la maldita puerta que me estoy congelando!— sus dientes castañeaban y colocó sus manos bajo sus axilas para guardar calor.

Unos pasos corriendo se escucharon detrás de la entrada y, pronto, abrieron la puerta lo suficiente como para jalar al americano de la chaqueta y meterlo en la casa, cerrando justo cuando su cuerpo estuvo sano y salvo del exterior. El soviético lo miró sorprendido y aliviado. Fue extraño.

Estados Unidos arqueó una ceja ante el comportamiento del euroasiático y simplemente le quitó las manos de encima para caminar por los pasillos de la gran casa. Necesitaba encontrar la chimenea cuanto antes si no quería que sus dedos se volvieran negros y cayeran congelados.

—No creí que vendrías.— comentó URSS siguiendolo y tomó una manta de piel gruesa para colocarsela en sus hombros.

El estadounidense le dirigió una mirada extrañada y decidió ignorar el comportamiento amable del otro. Tal vez se sintió culpable por hacerlo llegar en estas condiciones. Fue una opción bastante viable, pero no por eso más confiable. Lo miró con sospecha, entrecerrando los ojos, desconfiado, pero pronto, la vista de la chimenea humeando agradablemente con un sofá al lado lo sacó de su trance y fue directamente a ponerse cómodo.