Gulf tiene 23 años y sigue enamorado de aquel chico que conoció a la tierna edad de 5 años y de quien se hizo inseparable, pero el miedo, el dolor y los malos entendidos los separan.
Mew no acepta su destino y vuelve a Tailandia años después hacié...
Mew estaba preocupado, no lograba contactarse con Gulf y no tenía ninguno de los números de sus amigos, se arrepintió de inmediato de haber decidido ir en auto en vez de tomar el metro, el tráfico no ayudaba a su preocupación; una hora se demoró en llegar en lugar de la usual media hora.
Preocupado corrió por el pasillo de la oscura universidad, llego hasta el estudio de fotografía pero este al igual que el resto de la universidad estaba a oscuras.
« ¿Ya se habrá ido? »
Cuando se volteó para irse la habitación se ilumino proyectando en sus paredes los girasoles de Van Gogh que una vez fue a ver con Gulf, de la nada apareció su propio girasol sonriendo y se acercó a una de las imágenes.
— ¿Recuerdas que de pequeño te pregunté por qué los girasoles de Van Gogh estaban tristes? Tú me dijiste que los girasoles habían sido cortados y alejados de su amado sol y que por eso estaban tristes — el mayor asintió aun de lejos admirando como los girasoles se reflejaban en el cuerpo de Gulf.
— Cuando te dije que tú eras mi sol tu comenzaste a llamarme pequeño girasol y yo fui feliz porque tenía a mi sol a mi lado, pero en estos últimos años fui como los girasoles de Van Gogh porque mi sol ya no estaba iluminándome cada día, ¡pero eso ya no es así! — estiro su mano hacia Mew y este la recibió.
— Me odie cuando bebí la pócima porque sentí que te obligaba a amarme, la tuve por mucho tiempo cerca y nunca pensé en beberla en realidad, hasta que creí perderte de nuevo, la bebí borracho creyendo que con solo tenerte una noche sería suficiente para mí, pero la realidad es que yo no quiero una sola noche a tu lado, yo lo que quería era una vida entera y cuando me di cuenta que me amabas aun sin ella fui muy feliz y me volví codicioso porque ya no era solo una vida a tu lado, yo quiero que en todas las vidas que nos quedan el destino nos una, por eso... — soltó la mano de Mew, saco una bolsita de terciopelo de su bolsillo y de ella un par de anillos.
— Con la ayuda del abuelo de Nunew hice estos anillos para nosotros — Mew estaba sin palabras, los tomo entre sus manos y vio que en el interior estaba el cordón rojo que se ataron aquella tarde y que Gulf restauro con tanto amor, ahora todo tenía sentido, las largas horas desaparecido, el olor metálico, el perfume de otro hombre en partes donde solo alguien que lo tocara íntimamente podría quedar, Mew imagino al hombre mayor guiando las manos de su amado mientras este trabajaba el metal ardiente; los apreso con ambas manos y los llevo hacia su pecho para luego caer de rodillas al piso entre lágrimas.
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— ¿Mew, que te pasa? — pregunto preocupado el joven mientras se colocaba a su altura.
— ¡Perdóname Gulf! —
— ¿Mew, que pasa?, me estas asustando —
— Yo... tontamente pensé que ibas a dejarme — Gulf lo empujo enojado haciéndolo caer hacia atrás, se subió sobre él y lo miro directo a los ojos.
— ¡Bebí una puta poción de amor por ti!, sufrí acoso de distintos tipos por culpa de esa poción y tú piensas que te voy a dejar tan fácilmente después de unas pocas semanas, te volviste loco Mew Suppasit — Gulf le quito bruscamente los anillos de las manos asustando al mayor, tomo su mano y coloco uno de ellos en el meñique de Mew, cuando fue a colocar el suyo Mew no se lo permitió, se sentó acomodando bien a Gulf sobre él, tomo su mano y le coloco el anillo y al igual que lo hiso la primera vez acerco su mano a la boca y lo beso.
— Ahora estamos unidos en esta y en el resto de nuestras vidas —
