Capítulo 1: Primer encuentro

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 Si le preguntaban al joven Gulf Kanawut que había sido lo más difícil de sus 23 años de vida, sin duda respondería que era llevar 18 años enamorado de la misma persona.

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Gulf a la tierna edad de 5 años conoció al que se convirtió en el gran amor de su vida; cualquiera que escuchara esto pensaría que fue amor a primera vista como en los cuentos de hadas, pero a decir verdad no fue así para él.

La primera vez que lo vio simplemente lo ignoró por completo, para él ese chico era alguien sin importancia, ya que solo era un amigo más que llevaba a la casa Ted, su hermano mayor.

La magia sucedió en su segunda visita a la casa de los Kanawut, cuando este joven un par de años mayor lo ayudó a diferencia de sus dos hermanos mayores.

18 años atrás

Gulf se encontraba jugando en el patio de su casa con el viejo balón de futbol de su abuelo, en ese momento el pequeño creía que un fantasma o un duende lo estaba molestando debido a que cada vez que pateaba el balón este se desviaba y se iba al lado contrario; un poco asustado corrió hacia Ted y Earth sus hermanos mayores pero estos lo ignoraron por completo, porque era más importante e interesante jugar con su nueva Nintendo que seguirle el juego a un pequeño de tan solo 5 años.

Cuando el amigo de su hermano llego a la casa de los Kanawut con una sonrisa lo saludo de lejos, pero se preocupó al verlo mirando fijamente al balón con un poco de miedo y el rostro pálido, así que decidió acercarse para preguntarle lo que le sucedía.

— Pequeño ¿estás bien?, ¿te pasa algo? — Gulf lo miro y unas pequeñas lágrimas cayeron de sus brillantes ojos marrones haciendo que el corazón del mayor se contrajera.

— ¡El balón de mi abue esta poseído!— el mayor lo miro interrogante.

— ¿Por qué lo dices pequeño? —

— Cuando yo lo pateo para la derecha se va a la izquierda solito, cuando está quieto se mueve solito — le explicó moviendo exageradamente sus manos, haciendo que al mayor le diera ternura.

El mayor valientemente se acercó al balón poseído y lo tomo entre sus manos dándole un leve apretón, haciendo que el menor se sobresaltara.

— ¡Cuidado! — Grito Gulf mientras corría y pateaba con destreza el balón de las manos del mayor, quedando sorprendido por su habilidad y porque el pequeño cayó sobre él dejándolo ver con mayor claridad el momento exacto en el que el rostro de Gulf se tornaba rojo.

« Wooo... Que adorable » pensó al ver la reacción del niño.

Rápidamente Gulf se puso de pie.

— ¿Y si te posee?, ¿Después cómo le explico a mi hermano que fuiste poseído por el fantasma del balón del abue? —el mayor sonreía mientras se colocaba de pie, Gulf lo sorprendía cada vez más, su manera fluida de hablar, su comportamiento, todo era nuevo para el mayor ya que su hermanita que tenía la misma edad aun balbuceaba al hablar y era algo introvertida.

— No esta poseído — le dijo el mayor mientras sacudía su ropa.

— Solo esta desinflado — los ojos de Gulf brillaban de alegría.

— ¿Seguro? — el mayor asintió mientras iba por el balón.

Después de buscar un rato en la pieza de cachureos encontraron un bombín y el mayor lo infló; cuando le pasó el balón al pequeño este lo probó y sus ojos brillaban aún más que antes al darse cuenta que lo que decía el mayor era cierto.

Cuando iba a correr al interior de la casa el mayor se lo impidió.

— ¿Dónde vas? —

— Debo llamar a mi tío que es monje y cancelar su visita de mañana para el exorcismo del balón de su padre — el joven lo dejo ir sin poder aguantar su risa.

A la mitad de camino Gulf se devolvió al patio.

— Me llamo Gulf Kanawut ¿y tú? —

— Mew Suppasit — el pequeño afino sus labios intentando evitar su sonrojo al ver la sonrisa del mayor.

— Gracias por todo phi Mew — dijo sonrojado y corrió al interior de su casa.

— ¡Gulf! — grito el mayor haciendo que el niño se girara rápidamente.

—¡Si! —

— Cuando termine mi tarea con tu hermano ¿te gustaría que jugáramos un rato juntos? — el pequeño asintió eufórico y siguió su camino.

« ¡Es demasiado adorable! » pensó Mew mientras sonreía.

Ese día cuando Mew termino su tarea jugó con el pequeño casi toda la tarde, por más que Ted lo llamaba él no dejo al pequeño solo, aunque Gulf estaba algo decepcionado porque el mayor no sabía nada de futbol y solo lo cargaba para que no pudiera tomar el balón.

Mientras Mew lo tomaba entre sus brazos Gulf sintió algo extraño en su pancita y en su corazón, pero no le dio mucha importancia, ya que pensó que las galletas que su mami les había dado estaban en mal estado, siguió jugando ignorando por completo que aquel extraño malestar era la primera chispa de un amor que en el futuro llenará su corazón tanto de una enorme tristeza como de una desbordante alegría llena de pación.

Aunque el pequeño Gulf no se enteró de que aquel extraño malestar que sentía cuando estaba junto a Mew era amor hasta 7 años después, cuando experimento el dolor del amor y del desamor de la peor manera.

Por una poción de amor✔Where stories live. Discover now