Hyunjin cree que su vida es aburrida, pero una noche de desastres su vida da un drástico giro al conocer a un bailarín exótico que parece tener una doble vida.
•SHIP PRINCIPAL HYUNIN.
•ESCENAS +18
Jeongin duerme profundamente, acurrucado sobre la almohada y balbuceando cosas que no puedo entender. Me deslizo con cuidado sobre la cama, intentando llegar al celular que no deja de sonar.
Christopher.
¿Quién es Christopher?.
Bloqueo el celular después de ponerlo en silencio y vuelvo a acurrucarme a su lado, sin embargo, la pantalla vuelve a iluminar la oscura habitación.
¿Por qué tanta urgencia?.
—«¡Jeongin, ¿Dónde mierda estás?!.¿Estás bien? Te fuiste sin decir nada, necesito verte.».
Aprieto mi mandíbula, haciendo rechinar mis dientes. Escuchando la voz desesperada del otro lado de la línea.
—Jeongin está durmiendo.—Murmuro. La linea permanece en silencio durante unos segundos que a mí parecer parecen horas.
—¿Quién habla?.
—Soy Hyunjin...—suelto un suspiro.— Su novio.
—¡Por supuesto!, ¡El muchacho rubio del mercado!. —Su tono se vuelve despreocupado.— ¡Gracias a Dios!, ¿Jeongin está bien?.
¿De dónde me conoce este tipo?.
—Si, él...—giro sobre mi hombro, sigue dormido.— Él está muy lastimado... Pero está bien.
—Escucha Hyunjin, tienes que impedir que Jeongin vuelva a pisar este lugar.— habla en susurro, como si no estuviera solo.— No desconfíes de mi, no me conoces, soy Christopher Bang, soy... Soy amigo de Jeongin, él es como un hermano menor para mí. Necesito que lo protejas más que nada.
El corazón se me acelera al escucharlo tan desesperado.
—¿De qué debo protegerlo?.
—Nuestro jefe no es un hombre muy comprensivo, nadie puede pagar la deuda de Jeongin más que él mismo. No acepta dinero de gente cualquiera. Estoy intentando hablar con él pero dudo que quiera dejarlo ir así como así. Necesito que cuides a Jeongin, él no debe volver a su casa. ¿Puedes entender eso, Hyunjin?.
—Si, lo entiendo, voy a cuidarlo.—respondo rápidamente, sintiendo mi corazón acelerarse del miedo.
—Perfecto, ¿Podrías darme tu número? Estaré en contacto contigo durante estos días.
—Esta bien.
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—¿Estás mejor?, ¿Algo te duele?.—Pregunto en cuanto lo veo salir de la habitación, camina cojeando, refriega sus ojitos con una de sus manos para mirarme entredormido.
—Estoy bien.—responde en un murmullo.—Debería ir a casa...
—No.— intento sonar tranquilo, recordando las palabras de Christopher retumbar en mi cabeza.—Creo que eso no es buena idea.
—Si, es cierto.—Me sorprendo. Está resultando más fácil de lo que parece.— Pero necesito ropa y no quiero seguir invadiendote.
Me pongo de pie, caminando a paso ligero hacia él.
—No digas estupideces, me gusta tenerte aquí.
Una ligera curva se eleva en sus labios, casi como una sonrisa, una muy débil pero al fin y al cabo está ahí. Sus mejillas han tomado un tono rosado.
Mi corazón ha vuelto a acelerarse.
—No quiero que vuelvas a ese lugar Jeongin.—Confieso. Sintiendo mi cuerpo temblar ante su fría mirada.
—Yo tampoco quiero volver.—dice sorprendiendome.Realmente esperaba que dijera algo de una forma enojada, pero resulta más tranquilo de lo normal.— Pero si no termino con esto ahora, nadie lo hará por mi.
Yo lo haría por ti.
—Jeongin, no vuelvas a ese lugar.
Lo escucho preguntar algo más pero prefiero ignorarlo para ir hasta la cocina y prepararle algo de comer. Él sigue insistiendo en si sé algo más y a pesar de que es la cuarta vez que lo escucho preguntar, sigo fingiendo que no lo escucho.
