Copas de árboles y puntas de edificios.

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Ese día no hicimos mucho. Pasamos al hotel Gran México por mi ropa, pero no cancelé mi reservación, el sábado que sea la comida con el licenciado será más fácil quedarme aquí que regresar con Zack a su departamento. Después nos fuimos en el coche a la hacienda. Liz nos recibió con una efusiva calidez demostrada en una inmensa comida que nos dejó inmóviles por unas dos horas. Durante ese tiempo me escabullí por la cocina a fumar un cigarrillo. Dejé ahí el coche para que no estuviera en la calle. Tomamos un camión, o más bien, Zack tomó un camión mientras yo lo seguía. Bien me pudimos ir a Alaska sin yo siquiera saberlo.

-¿Qué quieres hacer cuando lleguemos?-me pregunta.

Yo miro a través de la ventana como consumimos el camino. Metro a metro, kilómetro a kilómetro. El sol comienza a ceder ante la rotación de la Tierra. Se oculta tras las copas de los árboles y las puntas de los edificios. Las lámparas de la calle se encienden justamente a las siete con once de la tarde convirtiendo el pavimento en un baile de sombras irregulares y abstractas.

-No sé. ¿Quieres ver otra película?-pregunto ajustándome las gafas.

-Como tú quieras-me dice. Pero mi cerebro gira igual de lento que la Tierra y no se me ocurre nada interesante que hacer.

-¿Tienes pasta? Tengo ganas de comer pasta-le digo más para llenar el silencio con palabras que porque tenga hambre.

-Mmm, creo que sí. Podemos comer pasta y ver la película de 'El Padrino' o 'Goodfellas'-me dice y súbitamente me siento entusiasmado.

-¿También te gustan?-le pregunto.

-Sí, son de mis favoritas. También la de 'Cara Cortada' es muy buena.

-A mi me encanta Goofellas, soy un gran fan de Scorsese-le digo y me giro para verlo dándole la espalda a la ventana y a la ciudad que se consume metro a metro.

-Igual yo, me gusta más que Tarantino-las manos de Zack hablan más que sus labios, las mueve mucho al hablar como si dieran un énfasis en lo que dice-, Scorsese es más serio mientras que Tarantino es como poner armas y balas y sangre y una historia en una licuadora y ver que sale.

-Exacto. Mucha gente dice adorar a Tarantino pero solo lo dicen porque su apellido es el más fácil de recordar, en realidad solo conocen 'Bastardos sin gloria'.

-Ay, ya sé, es súper triste eso. Vamos, Tarantino es bueno, pero siento que la gente exagera con él.

-Prefiero mil veces a Ford Copppola-digo mirando como sus ojos brillan al emocionarse.

-Bueno, pero es ya hablar de ligas mayores. Con él como director y Mario Puzo como guionista es imposible no crear una obra maestra.

-Es increíble, aunque prefiero a Mario Puzo como escritor. Sus libros de la cosa nostra me hacen querer ser un mafioso italiano-me alegra haberlos leído hace tiempo. Son de los pocos libros que se encuentran en mi biblioteca de los cuales sepa algo más que la portada.

-A mi me hacen querer viajar en el tiempo, usar un traje con líneas gis, una máquina de escribir y un Cadillac.

-¿Máquina de escribir? ¿Querías ser secretario o escritor?

Los ojos de Zack se me quedan viendo como si no entendiera la pregunta.

-Una máquina de escribir se refiere a un arma, una metralleta Thompson. Se le dice así por el ruido que hacía, como si alguien aporreara una máquina de escribir-imita con la voz el taca-taca que se produce-, ¿me explico?

-Oh, yo te imaginaba en un café de Nueva York con tu Olivetti escribiendo acerca de corridas de toros muy a la Hemingway.

-Hemings, nunca lo he leído. Tengo una copia suya de 'Por quién doblan las campanas', pero nunca lo he leído.

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